En un nuevo estudio dirigido por el Instituto Karolinska (Suecia), los investigadores informan de que puede condicionarse a las personas a asociar imágenes con determinadas respuestas al dolor -como una mejora de la tolerancia al dolor - incluso cuando no son conscientes de las imágenes. Las conclusiones se publican en la revista PNAS.
Estudios anteriores han demostrado que la experiencia de dolor de una persona puede aumentarse o disminuirse asociando una señal específica, tal como una imagen, con dolor de alta o baja intensidad. Sin embargo, hasta ahora no ha estado claro si es necesario ser consciente de la señal para adquirir esa asociación.
En este reciente estudio, Karin Jensen y sus colegas probaron si el aprendizaje inconsciente afectaba a las respuestas al dolor, mediante el uso de imágenes subliminales y capacitando a los participantes a asociar una determinada imagen con dolor alto y otra imagen con dolor bajo.
El estudio incluyó a 49 participantes en total, asignados al azar en cuatro grupos experimentales que dilucidarían el impacto de los diferentes niveles de conciencia durante el experimento. Todos los participantes estaban sanos en general, sin enfermedades crónicas o diagnósticos psiquiátricos. Ninguno de los participantes informó de haber recibido cualquier medicamento, aparte de anticonceptivos hormonales.
Estudios anteriores han demostrado que la experiencia de dolor de una persona puede aumentarse o disminuirse asociando una señal específica, tal como una imagen, con dolor de alta o baja intensidad. Sin embargo, hasta ahora no ha estado claro si es necesario ser consciente de la señal para adquirir esa asociación.
En este reciente estudio, Karin Jensen y sus colegas probaron si el aprendizaje inconsciente afectaba a las respuestas al dolor, mediante el uso de imágenes subliminales y capacitando a los participantes a asociar una determinada imagen con dolor alto y otra imagen con dolor bajo.
El estudio incluyó a 49 participantes en total, asignados al azar en cuatro grupos experimentales que dilucidarían el impacto de los diferentes niveles de conciencia durante el experimento. Todos los participantes estaban sanos en general, sin enfermedades crónicas o diagnósticos psiquiátricos. Ninguno de los participantes informó de haber recibido cualquier medicamento, aparte de anticonceptivos hormonales.
Experimento
En el experimento, señala la nota de prensa del Instituto, se mostraron imágenes de diferentes caras en una pantalla de ordenador. Para algunos de los participantes las imágenes se mostraron con tanta rapidez que no podían ser reconocidas conscientemente. Para cada exposición de imagen, los participantes fueron sometidos a estimulación dolorosa y se les pidió que calificaran el dolor según una escala específica.
Como cada imagen se asoció repetidamente con dolor alto o bajo, se convirtió en una gran señal de dolor alto o de dolor bajo que podía afectar las expectativas de los participantes.
Los resultados sugieren que las señales de dolor pueden ser aprendidas, sin ser conscientes de ellas, ya que los participantes reportaron los mismas sensaciones hubieran recibido o no las imágenes de forma consciente.
El estudio fue realizado por investigadores del Centro Osher en el Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, y del Beth Israel Deaconess Medical Center y la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.).
En el experimento, señala la nota de prensa del Instituto, se mostraron imágenes de diferentes caras en una pantalla de ordenador. Para algunos de los participantes las imágenes se mostraron con tanta rapidez que no podían ser reconocidas conscientemente. Para cada exposición de imagen, los participantes fueron sometidos a estimulación dolorosa y se les pidió que calificaran el dolor según una escala específica.
Como cada imagen se asoció repetidamente con dolor alto o bajo, se convirtió en una gran señal de dolor alto o de dolor bajo que podía afectar las expectativas de los participantes.
Los resultados sugieren que las señales de dolor pueden ser aprendidas, sin ser conscientes de ellas, ya que los participantes reportaron los mismas sensaciones hubieran recibido o no las imágenes de forma consciente.
El estudio fue realizado por investigadores del Centro Osher en el Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska, y del Beth Israel Deaconess Medical Center y la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.).
Referencia bibliográfica:
Karin Jensen, Irving Kirsch, Sara Odmalm, Ted J. Kaptchuk, y Martin Ingvar: Classical conditioning of analgesic and hyperalgesic pain responses without conscious awareness. PNAS (2015). doi:10.1073/pnas.1504567112.
Karin Jensen, Irving Kirsch, Sara Odmalm, Ted J. Kaptchuk, y Martin Ingvar: Classical conditioning of analgesic and hyperalgesic pain responses without conscious awareness. PNAS (2015). doi:10.1073/pnas.1504567112.