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Las catástrofes naturales son maltratadas por los medios de comunicación

Dos expertas de la ciencia y la industria abordan el tratamiento de las catástrofes en la prensa, en un coloquio de T21TV


Las informaciones periodísticas sobre catástrofes naturales carecen de rigor y se centran en el trastorno en lugar de en las causas y las consecuencias, según sendas expertas del mundo académico y del empresarial. Así lo creen María Luisa Sánchez Calero, profesora de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, y Belén Benito, CEO de Geolyder y experta en seísmos, que conversan en un coloquio de Tendencias 21TV sobre cómo tratan los periodistas desastres como el terremoto de Nepal.


Redacción T21
04/05/2015

Las informaciones periodísticas sobre catástrofes naturales carecen de rigor y se centran en el trastorno en lugar de en las causas y las consecuencias, según sendas expertas del mundo académico y del empresarial. Así lo creen María Luisa Sánchez Calero, profesora de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, y Belén Benito, doctora en físicas, CEO de Geolyder, y experta en seísmos y en gestión de desastres naturales, además de profesora de la Universidad Politécnica de Madrid. Ambas conversan en un coloquio de Tendencias 21TV sobre cómo tratan los periodistas desastres como el terremoto de Nepal.

El debate, moderado por Ernesto Estévez, comienza abordando si los medios españoles abordan bien este tipo de noticias. Según Calero, tienen un problema que es que van demasiado deprisa, y que informan sin estar en el lugar de los hechos, sin contrastar con las fuentes suficientes. Además, no tienen suficientes fuentes expertas. La inmediatez está reñida con el rigor informativo, señala.

Benito coincide en que falta información técnica, y que se hable de si se podía haber evitado el terremoto, de su origen... Recuerda que en un informativo sobre el terremoto de Nepal dedicaron 20 minutos al seísmo, pero solo a sus aspectos sociales, que son muy importantes, pero no a la parte más técnica. Hay que difundir que se pueden adoptar medidas preventivas, señala.

Además, apunta Calero, entre los periodistas hay poca especialización, más con la reducción de las plantillas. Se ha perdido mucha mano experta, gente que conozca expertos y que les pregunte. Se busca al corresponsal más cercano a la catástrofe, que no es experto.

Imágenes catastrofistas

También se abusa de imágenes catastrofistas, espectaculares, según Benito. Y cuando llaman a un experto, eligen los titulares más alarmistas, sacados de contexto.

En eso coincide Calero, que ha hecho un estudio sobre los informativos de TVE, Cuatro y Antena 3, La comunicación del riesgo: análisis del acontecer en los informativos de televisiones españolas con Enrique Morales, de la Universidad Camilo José Cela, y Carlos Lozano, de la Universidad Rey Juan Carlos, ambas de Madrid. Lo que prima es hablar del trastorno, las imágenes, poner al periodista a hacer la entradilla en el sitio que más llama la atención. No priman tanto las causas y las consecuencias.

También se sacan demasiadas imágenes de las víctimas, según Benito, para quien no hace falta repetirlas tanto. Hay que insistir en la ayuda, en qué tiene que hacer la población, en cómo se pueden prevenir las réplicas.

Hay que inculcar a la población la cultura del riesgo, dice Benito, como se hace en Latinoamérica, donde hay más terremotos. Les enseñan desde pequeños los protocolos, señala.

Cuando el desastre ocurre en fin de semana, escasean los expertos en las informaciones, y es porque las instituciones oficiales están cerradas, y los periodistas, no especializados, no tienen agenda propia para llamarles directamente. Así lo explican tanto Benito como Calero.

La académica cree que precisamente en las noticias de desastres debe cambiarse el tratamiento habitual de las noticias, las cinco W (Who, What, Why, When, Where?) del periodismo, pero precisamente se sigue tratando igual, tanto en la televisión pública como en la privada, apostando por la espectacularidad. Además, cuando pasan unos días, los periodistas se van y el acontecimiento se olvida, lamenta también Calero, que recuerda el caso de Haití.

Prevención

Sobre si España está preparada para afrontar un desastre de grandes proporciones, Benito cree que más para las inundaciones, que son más frecuentes y se previenen más. El hecho de que no haya habido terremotos de gran magnitud desde el siglo XIX nos ha hecho perder la conciencia del fenómeno, que tiene mucho riesgo en el sur.

Hay planes de riesgo sísmico en todas las comunidades, y los ayuntamientos de sur y el levante están obligados a tener planes propios, pero no se hacen, lamenta, porque los políticos miran a corto plazo. Precisamente cuando ocurre, piden planes, pero en ese momento es cuando menos probable es que haya otra catástrofe.

Los terremotos no se pueden prevenir, pero sus consecuencias sí, protegiendo a los edificios. Benito pone de ejemplo Haití, donde un terremoto de 7,2 grados provocó 300.000 muertos, mientras que en Chile, también en 2010, uno de 8,8 provocó 500, la mayoría por el tsunami.

Para concluir, Calero resalta el poder inmenso de los medios para difundir la cultura del riesgo, y reclama un uso adecuado de los términos científicos, además de mayor tiempo y espacio para estas informaciones.



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