Las anomalías climáticas estacionales, como el suave invierno vivido en Francia en 2014 o los calores suaves en el verano japonés del mismo año, tienen una influencia considerable en el balance de las emisiones de CO2 de un país, según un estudio publicado en Environment Research Letters del que informa CEA en un comunicado.
A largo plazo, la actividad económica de un país es el primer factor impactante en la evolución de las emisiones de CO2. En su estudio, los investigadores demuestran que las anomalías meteorológicas interanuales tienen también un efecto medible sobre las emisiones contaminantes, relacionadas con las necesidades de calefacción o de aire acondicionado.
Este impacto se aprecia especialmente en los países de Europa Occidental, como Francia, Alemania, Inglaterra o Polonia, y alcanza 1 kilo de CO2 emitido por día y persona, por cada grado adicional de calefacción, tanto en estos países como a nivel global.
De un año a otro, las necesidades de calefacción y de aire acondicionado pueden aumentar o disminuir considerablemente, con un impacto claro en la tasa de crecimiento de las emisiones de CO2.
Los 15 países más contaminantes
En el caso de Francia se aprecia claramente, con una disminución de las necesidades de calefacción en 2014 en relación a lo que sucedió el año anterior, a lo que se añade un débil crecimiento económico. El descenso de la necesidad de calefacción fue más pronunciado entre 2010 y 2011, aunque con un crecimiento económico mayor, señala el estudio.
Para evaluar el impacto sobre el clima de las emisiones de CO2, los investigadores estudiaron las variaciones de emisiones en 15 países, entre 1990 y 2015: China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Corea del Sur, Canadá, Brasil, Arabia Saudí, Indonesia, México, Australia y Sudáfrica.
Estos países son los mayores emisores de CO2, contribuyendo con el 78% del total mundial en 2014. La mayoría de ellos mostraron un crecimiento significativo del PIB durante el período de análisis. Muchos países mostraron una caída temporal de las emisiones en 2009, como consecuencia de la crisis financiera global.
La eficiencia energética también influye en el balance de emisiones contaminantes, salvo en los países en desarrollo. La mayoría de las emisiones de CO2 muestran una tendencia similar al comportamiento del PIB, destacan los investigadores.
A largo plazo, la actividad económica de un país es el primer factor impactante en la evolución de las emisiones de CO2. En su estudio, los investigadores demuestran que las anomalías meteorológicas interanuales tienen también un efecto medible sobre las emisiones contaminantes, relacionadas con las necesidades de calefacción o de aire acondicionado.
Este impacto se aprecia especialmente en los países de Europa Occidental, como Francia, Alemania, Inglaterra o Polonia, y alcanza 1 kilo de CO2 emitido por día y persona, por cada grado adicional de calefacción, tanto en estos países como a nivel global.
De un año a otro, las necesidades de calefacción y de aire acondicionado pueden aumentar o disminuir considerablemente, con un impacto claro en la tasa de crecimiento de las emisiones de CO2.
Los 15 países más contaminantes
En el caso de Francia se aprecia claramente, con una disminución de las necesidades de calefacción en 2014 en relación a lo que sucedió el año anterior, a lo que se añade un débil crecimiento económico. El descenso de la necesidad de calefacción fue más pronunciado entre 2010 y 2011, aunque con un crecimiento económico mayor, señala el estudio.
Para evaluar el impacto sobre el clima de las emisiones de CO2, los investigadores estudiaron las variaciones de emisiones en 15 países, entre 1990 y 2015: China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Corea del Sur, Canadá, Brasil, Arabia Saudí, Indonesia, México, Australia y Sudáfrica.
Estos países son los mayores emisores de CO2, contribuyendo con el 78% del total mundial en 2014. La mayoría de ellos mostraron un crecimiento significativo del PIB durante el período de análisis. Muchos países mostraron una caída temporal de las emisiones en 2009, como consecuencia de la crisis financiera global.
La eficiencia energética también influye en el balance de emisiones contaminantes, salvo en los países en desarrollo. La mayoría de las emisiones de CO2 muestran una tendencia similar al comportamiento del PIB, destacan los investigadores.
PIB y eficiencia energética
Utilizando métodos estadísticos, relacionaron los efectos de la actividad económica (PIB y eficiencia energética) con los datos del clima. De esta forma descubrieron que el suave otoño e invierno vivido en Francia en 2014 contribuyó a un descenso excepcional de las emisiones de CO2 en Francia ese año, del orden del -6%, debido a una menor necesidad de calefacción.
El mismo impacto se registró en Japón en el verano de 2014, menos caluroso de lo habitual, que redujo la demanda de aire acondicionado.
A escala mundial, las variaciones de las emisiones de CO2 vinculadas a las anomalías climáticas estacionales se compensan parcialmente entre países, pero son perceptibles en cualquier caso.
Por ejemplo, el descenso de las emisiones de CO2 que se observó en 2014, que resultó una sorpresa debido al crecimiento sostenido de la actividad económica, puede explicarse en parte por la meteorología de ese año, comparada con la de los años anteriores.
Sin embargo, los efectos meteorológicos no son suficientes para explicar la estabilización de las emisiones mundiales en 2015, que rompió la tendencia al crecimiento que se observaba desde los años 90. Esta estabilización no se había observado desde la crisis económica de 2008 y 2009.
Utilizando métodos estadísticos, relacionaron los efectos de la actividad económica (PIB y eficiencia energética) con los datos del clima. De esta forma descubrieron que el suave otoño e invierno vivido en Francia en 2014 contribuyó a un descenso excepcional de las emisiones de CO2 en Francia ese año, del orden del -6%, debido a una menor necesidad de calefacción.
El mismo impacto se registró en Japón en el verano de 2014, menos caluroso de lo habitual, que redujo la demanda de aire acondicionado.
A escala mundial, las variaciones de las emisiones de CO2 vinculadas a las anomalías climáticas estacionales se compensan parcialmente entre países, pero son perceptibles en cualquier caso.
Por ejemplo, el descenso de las emisiones de CO2 que se observó en 2014, que resultó una sorpresa debido al crecimiento sostenido de la actividad económica, puede explicarse en parte por la meteorología de ese año, comparada con la de los años anteriores.
Sin embargo, los efectos meteorológicos no son suficientes para explicar la estabilización de las emisiones mundiales en 2015, que rompió la tendencia al crecimiento que se observaba desde los años 90. Esta estabilización no se había observado desde la crisis económica de 2008 y 2009.
Referencia
Inter-annual variability in fossil-fuel CO2 emissions due to temperature anomalies. Environmental Research Letters. DOI: https://doi.org/10.1088/1748-9326/aa693d
Inter-annual variability in fossil-fuel CO2 emissions due to temperature anomalies. Environmental Research Letters. DOI: https://doi.org/10.1088/1748-9326/aa693d