Las adaptaciones para acomodarse al cambio climático definirán el futuro de los países y comunidades del mundo entero, según el informe Recursos mundiales: Adaptación en marcha, elaborado por expertos bajo la coordinación del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), el PNUD, el PNUMA y el Banco Mundial.
Responder a impactos climáticos tan diversos como unos patrones de precipitación alterados, fenómenos meteorológicos más frecuentes o extremadamente intensos o la subida del nivel del mar, supondrán un auténtico desafío para los responsables de tomar decisiones en los gobiernos y en todos los sectores de la economía.
Otro desafío al que tendrán que enfrentarse los responsables de tomar decisiones es el hecho de que el cambio climático no afectará a todos por igual. La vulnerabilidad de las poblaciones afectadas y de los ecosistemas tendrá una influencia en las consecuencias del cambio climático sobre el terreno. Cuando se produce un desastre natural o se da un cambio a largo plazo, el impacto varía entre y dentro de las regiones, países y localidades, dependiendo de la fragilidad de la población afectada. Por ejemplo, un tornado en Australia no tendrá el mismo impacto en la sociedad que uno de igual magnitud en Bangladesh.
Si bien ya se observan ejemplos tempranos de esfuerzos de adaptación, muchos gobiernos nacionales todavía tienen que integrar los riesgos del cambio climático en su planificación y creación de políticas para el presente y a largo plazo.
Los países en vías de desarrollo se enfrentan a desafíos especialmente difíciles en esta tarea. Muchos sufrirán aún más los impactos del cambio climático debido a factores que escapan a su control, como, por ejemplo, la geografía. Al mismo tiempo, su capacidad para emprender iniciativas de adaptación para encajar los impactos a largo plazo, como por ejemplo el deshielo de los polos o la subida del nivel del mar, se ve limitada por la presión de responder a las necesidades de desarrollo actuales, entre otros factores. No obstante, integrar los riesgos climáticos en las decisiones gubernamentales es esencial para
el desarrollo y la consecución de otros objetivos.
La forma en que los gobiernos anticipen y respondan a los riesgos a corto y largo plazo que presenta el cambio climático puede tener consecuencias permanentes para el futuro de sus países. Aunque muchas de las actividades de adaptación son dirigidas y llevadas a cabo por gobiernos y comunidades locales, las decisiones en el ámbito nacional juegan un papel clave a la hora de facilitar los esfuerzos de adaptación locales y del sector privado, fundamentalmente al proporcionar información y orientación.
El cambio climático afectará a muchos sectores, incluidos la agricultura, la producción de energía eléctrica, el transporte, la explotación forestal y uso de la tierra y la gestión del agua. El cambio climático no es sólo un problema medioambiental: sus impactos afectan a todos los ministerios del gobierno. Esto pone de relieve la necesidad de una resolución global por parte de los gobiernos y de diferentes estrategias de decisión que respondan a la naturaleza específica del cambio climático.
Los argumentos sobre por qué los responsables de la toma de decisiones deben centrarse en estos elementos se basan en los resultados de un programa de investigación interactivo y muy variado. Más de 100 expertos en adaptación, funcionarios públicos, profesionales del sector y representantes de la sociedad civil de más de 30 países han colaborado en esta investigación.
Responder a impactos climáticos tan diversos como unos patrones de precipitación alterados, fenómenos meteorológicos más frecuentes o extremadamente intensos o la subida del nivel del mar, supondrán un auténtico desafío para los responsables de tomar decisiones en los gobiernos y en todos los sectores de la economía.
Otro desafío al que tendrán que enfrentarse los responsables de tomar decisiones es el hecho de que el cambio climático no afectará a todos por igual. La vulnerabilidad de las poblaciones afectadas y de los ecosistemas tendrá una influencia en las consecuencias del cambio climático sobre el terreno. Cuando se produce un desastre natural o se da un cambio a largo plazo, el impacto varía entre y dentro de las regiones, países y localidades, dependiendo de la fragilidad de la población afectada. Por ejemplo, un tornado en Australia no tendrá el mismo impacto en la sociedad que uno de igual magnitud en Bangladesh.
Si bien ya se observan ejemplos tempranos de esfuerzos de adaptación, muchos gobiernos nacionales todavía tienen que integrar los riesgos del cambio climático en su planificación y creación de políticas para el presente y a largo plazo.
Los países en vías de desarrollo se enfrentan a desafíos especialmente difíciles en esta tarea. Muchos sufrirán aún más los impactos del cambio climático debido a factores que escapan a su control, como, por ejemplo, la geografía. Al mismo tiempo, su capacidad para emprender iniciativas de adaptación para encajar los impactos a largo plazo, como por ejemplo el deshielo de los polos o la subida del nivel del mar, se ve limitada por la presión de responder a las necesidades de desarrollo actuales, entre otros factores. No obstante, integrar los riesgos climáticos en las decisiones gubernamentales es esencial para
el desarrollo y la consecución de otros objetivos.
La forma en que los gobiernos anticipen y respondan a los riesgos a corto y largo plazo que presenta el cambio climático puede tener consecuencias permanentes para el futuro de sus países. Aunque muchas de las actividades de adaptación son dirigidas y llevadas a cabo por gobiernos y comunidades locales, las decisiones en el ámbito nacional juegan un papel clave a la hora de facilitar los esfuerzos de adaptación locales y del sector privado, fundamentalmente al proporcionar información y orientación.
El cambio climático afectará a muchos sectores, incluidos la agricultura, la producción de energía eléctrica, el transporte, la explotación forestal y uso de la tierra y la gestión del agua. El cambio climático no es sólo un problema medioambiental: sus impactos afectan a todos los ministerios del gobierno. Esto pone de relieve la necesidad de una resolución global por parte de los gobiernos y de diferentes estrategias de decisión que respondan a la naturaleza específica del cambio climático.
Los argumentos sobre por qué los responsables de la toma de decisiones deben centrarse en estos elementos se basan en los resultados de un programa de investigación interactivo y muy variado. Más de 100 expertos en adaptación, funcionarios públicos, profesionales del sector y representantes de la sociedad civil de más de 30 países han colaborado en esta investigación.
Portada del informe. Foto: Informe Recursos Mundiales.
Participación ciudadana
Debido a las posibles alteraciones y a las difíciles elecciones que conlleva la toma de decisiones respecto al cambio climático, una participación ciudadana temprana y continua es esencial para una adaptación eficaz. Incluir a la población puede ayudar a los gobiernos a definir las necesidades de adaptación y los niveles de riesgo aceptables y a elegir entre diversas prioridades. Los gobiernos tendrán que garantizar que aquellos afectados por los impactos climáticos y las decisiones de adaptación participen activamente en dichos procesos.
Una información a largo plazo, dirigida a los usuarios y manejada por los mismos, suficiente, precisa, accesible, económica y actualizada con frecuencia es esencial para una adaptación eficaz. Este informe sostiene que los gobiernos deberían incrementar los esfuerzos para reunir y distribuir esta información de forma que esté disponible a la hora de tomar decisiones bien fundamentadas.
Una coordinación entre los organismos de los gobiernos nacionales y otros grupos de interés e instituciones en el ámbito local, subnacional, regional e internacional, es una condición necesaria para que los esfuerzos de adaptación climática tengan éxito. En muchos países, la planificación actual para los riesgos que presenta el cambio climático está a menudo dividida entre diferentes ministerios y carece de una autoridad coordinadora. Además, es necesario un liderazgo efectivo por parte del gobierno y el uso de comisiones institucionales si se quiere dar total prioridad a la integración de los riesgos climáticos en la planificación y desarrollo de políticas.
Las herramientas de ayuda para la toma de decisiones, tanto generales como especializadas, pueden ser útiles para los directivos públicos a la hora de tomar decisiones de adaptación difíciles. Pueden emplearse, por ejemplo, para evaluar los riesgos climáticos y la vulnerabilidad y decidir entre opciones políticas. Algunas herramientas ya existentes, como la cartografía de riesgos, pueden modificarse con el fin de ser útiles en los planes de adaptación y desarrollo de políticas, integrando los riesgos climáticos y la vulnerabilidad en su aplicación.
La adaptación a los impactos del cambio climático requerirá un sinfín de recursos a largo plazo, incluidos los recursos financieros, humanos, ecológicos y sociales. Tanto los gobiernos como los donantes tendrán que realizar inversiones destinadas a cubrir los impactos climáticos previstos a largo plazo. Los países en vías de desarrollo necesitan urgentemente adquirir la técnica y la capacidad de llevar a cabo planes de adaptación, políticas e iniciativas.
Debido a las posibles alteraciones y a las difíciles elecciones que conlleva la toma de decisiones respecto al cambio climático, una participación ciudadana temprana y continua es esencial para una adaptación eficaz. Incluir a la población puede ayudar a los gobiernos a definir las necesidades de adaptación y los niveles de riesgo aceptables y a elegir entre diversas prioridades. Los gobiernos tendrán que garantizar que aquellos afectados por los impactos climáticos y las decisiones de adaptación participen activamente en dichos procesos.
Una información a largo plazo, dirigida a los usuarios y manejada por los mismos, suficiente, precisa, accesible, económica y actualizada con frecuencia es esencial para una adaptación eficaz. Este informe sostiene que los gobiernos deberían incrementar los esfuerzos para reunir y distribuir esta información de forma que esté disponible a la hora de tomar decisiones bien fundamentadas.
Una coordinación entre los organismos de los gobiernos nacionales y otros grupos de interés e instituciones en el ámbito local, subnacional, regional e internacional, es una condición necesaria para que los esfuerzos de adaptación climática tengan éxito. En muchos países, la planificación actual para los riesgos que presenta el cambio climático está a menudo dividida entre diferentes ministerios y carece de una autoridad coordinadora. Además, es necesario un liderazgo efectivo por parte del gobierno y el uso de comisiones institucionales si se quiere dar total prioridad a la integración de los riesgos climáticos en la planificación y desarrollo de políticas.
Las herramientas de ayuda para la toma de decisiones, tanto generales como especializadas, pueden ser útiles para los directivos públicos a la hora de tomar decisiones de adaptación difíciles. Pueden emplearse, por ejemplo, para evaluar los riesgos climáticos y la vulnerabilidad y decidir entre opciones políticas. Algunas herramientas ya existentes, como la cartografía de riesgos, pueden modificarse con el fin de ser útiles en los planes de adaptación y desarrollo de políticas, integrando los riesgos climáticos y la vulnerabilidad en su aplicación.
La adaptación a los impactos del cambio climático requerirá un sinfín de recursos a largo plazo, incluidos los recursos financieros, humanos, ecológicos y sociales. Tanto los gobiernos como los donantes tendrán que realizar inversiones destinadas a cubrir los impactos climáticos previstos a largo plazo. Los países en vías de desarrollo necesitan urgentemente adquirir la técnica y la capacidad de llevar a cabo planes de adaptación, políticas e iniciativas.
Más que preocupaciones sobre el futuro
Según el informe, los impactos climáticos ya están teniendo lugar y no son sólo preocupaciones sobre el futuro. El ritmo, la escala y alcance de estos impactos requieren diferentes enfoques en cuanto a la toma de decisiones. Los climas extremos, por ejemplo, exigen políticas de gobierno y planes que respondan a tales fenómenos. La toma de decisiones también tendrá que ser preventiva para ser capaz de prepararnos eficazmente tanto para el acontecimiento de estos fenómenos extremos como para otras variantes del cambio climático en el futuro. Otros tipos de cambio requerirán una toma de decisiones flexible (para luchar contra una variabilidad intensificada), sólida, (para soportar múltiples situaciones en el futuro, dada la incertidumbre que rodea a los impactos futuros), o duradera (para permitir que las decisiones puedan soportar cambios a largo plazo).
Además, la naturaleza profunda y de gran alcance de los probables impactos del cambio climático obligará a los responsables a tomar decisiones extremadamente difíciles. Dados los escasos recursos, es difícil saber cómo decidirán los responsables entre prioridades opuestas. Los encargados de desarrollar planes y políticas pueden abordar algunas de las decisiones de adaptación paso a paso, siempre asegurándose de que estas decisiones a corto plazo no cierren las puertas a opciones futuras a medida que se desarrolla el cambio climático.
Según el informe, los impactos climáticos ya están teniendo lugar y no son sólo preocupaciones sobre el futuro. El ritmo, la escala y alcance de estos impactos requieren diferentes enfoques en cuanto a la toma de decisiones. Los climas extremos, por ejemplo, exigen políticas de gobierno y planes que respondan a tales fenómenos. La toma de decisiones también tendrá que ser preventiva para ser capaz de prepararnos eficazmente tanto para el acontecimiento de estos fenómenos extremos como para otras variantes del cambio climático en el futuro. Otros tipos de cambio requerirán una toma de decisiones flexible (para luchar contra una variabilidad intensificada), sólida, (para soportar múltiples situaciones en el futuro, dada la incertidumbre que rodea a los impactos futuros), o duradera (para permitir que las decisiones puedan soportar cambios a largo plazo).
Además, la naturaleza profunda y de gran alcance de los probables impactos del cambio climático obligará a los responsables a tomar decisiones extremadamente difíciles. Dados los escasos recursos, es difícil saber cómo decidirán los responsables entre prioridades opuestas. Los encargados de desarrollar planes y políticas pueden abordar algunas de las decisiones de adaptación paso a paso, siempre asegurándose de que estas decisiones a corto plazo no cierren las puertas a opciones futuras a medida que se desarrolla el cambio climático.
Aquellas que tengan en cuenta futuros riesgos requerirán por parte de los responsables actuar de forma más tajante, especialmente cuando se planifiquen costosos proyectos de infraestructura a largo plazo o se tomen otras decisiones que tengan consecuencias duraderas. Por ejemplo, puede ser que la ampliación de los programas de riego que dependen del flujo glaciar tenga que ser diseñada teniendo en cuenta las previsiones de futuro, ya que el volumen de esta fuente de agua puede disminuir o variar su estacionalidad en pocos años.
Por último, esta investigación sugiere que los responsables de tomar decisiones de adaptación deberían conocer y anticipar los umbrales (puntos que si son sobrepasados pueden tener como consecuencia cambios drásticos en las condiciones o el funcionamiento del sistema), especialmente aquellos que tengan consecuencias duraderas o irreversibles.
Existen umbrales tanto en los sistemas naturales como en las estructuras creadas por el hombre. Estos últimos son más fáciles de controlar. Por ejemplo, un sistema de prevención de inundaciones existente puede ser eficaz frente a inundaciones producidas por un aumento de las precipitaciones si se conoce el momento en el que se debe actuar. Si se supera un nivel de precipitación determinado, podría ser necesario realizar mejoras o incluso crear un sistema completamente nuevo, lo que podría conllevar la reubicación de algunas comunidades. Identificar dichos umbrales y transformar este conocimiento en planes de adaptación es esencial para mejorar las decisiones de adaptación y sus resultados.
Por otro lado, es poco probable que los umbrales de los ecosistemas resulten evidentes hasta que se traspasen. Por ejemplo, los humedales podrían desecarse con una temperatura más alta a medida que se agoten las aguas subterráneas.
Un aumento de la temperatura podría propiciar la invasión de plantas leñosas en prados, lo cual podría resultar en una lenta desertificación debido a una mayor demanda de humedad y nutrientes. Vigilar el estrés al que están sometidos los ecosistemas será esencial, así como continuar investigando dichos umbrales. También será crucial emprender acciones más agresivas para proteger estos ecosistemas, por ejemplo realizando actividades para repararlos o limitando su uso.
Referencia bibliográfica
Recursos Mundiales: Adaptación en marcha. Tomado decisiones en el cambio climático. Edición en español. Instituto de Recursos Mundiales (WRI), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente y el Banco Mundial. WRI/Tébar Libros universitarios.
Recursos Mundiales: Adaptación en marcha. Tomado decisiones en el cambio climático. Edición en español. Instituto de Recursos Mundiales (WRI), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente y el Banco Mundial. WRI/Tébar Libros universitarios.