Intrasys
En 1972, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente para dar a conocer mejor la necesidad de conservar y mejorar el medio ambiente. Este año la jornada está marcada por la publicación de un nuevo estudio realizado en la Universidad de Berkeley, en California, que señala que el aumento global de la temperatura del plantea este siglo será de 7,7ºC, dos grados más de las estimaciones actuales.
Este cambio en las estimaciones se debe a las emisiones adicionales de CO2 y metano a la atmósfera que genera el planeta como consecuencia del calentamiento global. Esta variable no había sido integrada en los anteriores modelos climáticos, pero ha sido incorporada ahora por científicos norteamericanos tomando como referencia la historia del clima de la Tierra recogida en el interior de los hielos antárticos.
La investigación realizada por la Universidad de Berkeley en Califnornia, publicada en la última edición de la revista especializada Geophysical Research Letters, basa sus conclusiones en un estudio del interior del hielo antártico, que contiene la información acerca de la temperatura global y los niveles de dióxido de carbono y metano (gases que producen el calentamiento global) de los últimos 360.000 años.
En épocas pasadas también se produjo un calentamiento de la Tierra debido al aumento de la intensidad de los rayos solares. Este calentamiento genera la espontánea emisión de los gases que producen el efecto invernadero, lo que eleva aún más las temperaturas.
Predicciones erradas
Según explican estos investigadores en un comunicado de la Universidad de Berkeley, los datos obtenidos del estudio de los hielos antárticos no definen los procesos específicos que provocaron el calentamiento de épocas pasadas, pero sospechan que la subida de la temperatura en suelos y océanos derivada de los rayos solares provocaron mayores emisiones de CO2 y metano a la atmósfera.
Consideran por tanto que para calcular con mayor exactitud la previsible evolución del clima, es preciso añadir a los modelos actuales los procesos naturales de emisiones contaminantes, como complemento a las emisiones producidas por los combustibles fósiles y otras actividades humanas.
Los modelos actuales de predicción determinan que habrá un incremento de la temperatura de entre 1,5ºC y 4,5ºC por la duplicación de los niveles de dióxido de carbono presentes en la atmósfera. Pero lo que no se han tenido en cuenta los procesos naturales que también provocarán emisiones adicionales de CO2, por lo que el aumento de la temperatura global, si se añade esta variable, podría ser aún mayor de lo que se calculado hasta ahora.
Según los expertos de la Universidad de California, se están haciendo estimaciones que se quedan cortas porque ignoran las emisiones adicionales de dióxido de carbono que la Tierra también genera como consecuencia del aumento de la temperatura. Eso supone una emisión extra a tener en cuenta en los modelos climáticos.
Lo que vienen a decir es que el calentamiento provocado por las actividades humanas produce además cambios en el sistema del planeta que provocan que la Tierra emita espontáneamente más CO2 a la atmósfera que el que genera la actividad humana. Esto provoca que la temperatura aumente más allá de los valores que se esperan para finales del siglo XXI.
Estudiando el pasado
Aunque los modelos actuales no abarcan todas las variables, estos investigadores consideran posible realizar una estimación de los efectos de la emisión terrestre extra de CO2, así como conocer cómo el planeta respondió a ella en ciclos anteriores de calentamiento y de enfriamiento, que fueron causados por variaciones naturales de la intensidad de la incidencia de los rayos solares sobre la Tierra.
Desde finales de la década de los 90, los especialistas han estudiado el interior del hielo polar, descubriendo que ha habido cuatro grandes ciclos climáticos en la Tierra, así como muchas variaciones más pequeñas. Pero aunque se conocen por los datos estos cambios, en qué medida afectan al calentamiento no había quedado del todo claro.
Harte y su equipo idearon la fórmula para usar dicha información y, utilizando los modelos actuales de predicción del clima global, lograron estimar los efectos del incremento del CO2 en la atmósfera como resultado del calentamiento. A partir de los datos, los científicos pudieron deducir el efecto de la temperatura en los niveles de CO2 y metano atmosféricos, así como los efectos de estos gases sobre la temperatura.
Así, aplicaron los datos del aumento de CO2 y metano como consecuencia de una temperatura más alta, y los añadieron a la probabilidad de aumento de estos gases que ya se había medido con modelos actuales. Con la cantidad total, calcularon qué incremento de temperatura habría que considerar con esta nueva variable.
Estos resultados, afirman los científicos, deben ser tomados muy en cuenta puesto que, aunque varíen de unas mediciones a otras, siempre resultan positivos, es decir, siempre señalan a un aumento alarmante de la temperatura en la Tierra.
Que la actividad humana se mantenga o se modifique resultará crucial para que estos escenarios se cumplan, concluyen estos investigadores.
Escenarios
Los escenarios que se perfilan como consecuencia del calentamiento global han sido apuntados en diversas ocasiones. Según el artífice de la investigación de referencia, John Harte, en una rueda de prensa celebrada en Berkeley, como consecuencia del calentamiento global, a finales del presente siglo las oleadas de calor paralizarán a las grandes ciudades y matarán a miles de personas anualmente.
Asimismo, señaló Harte, el nivel del mar aumentará medio metro, lo que causará que algunas regiones costeras e islas del mundo desaparezcan, mientras que el derretimiento de los glaciares provocará importantes cambios en el planeta.
Los posibles impactos en España del calentamiento global han sido analizados asimismo esta semana en un encuentro organizado en Madrid por la Cátedra Collège de France-Fundación Marcelino Botín y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En este encuentro se dijo que cada grado de temperatura que aumente en una ciudad, es como si la moviéramos 200 kilómetros hacia el sur. En 2100, por lo tanto, Madrid podría alcanzar en verano la temperatura que hoy tiene Sevilla.
Asimismo, la cuota anual de lluvias en la Península podría descender entre un 10 y un 30% durante el último tercio de siglo, y el nivel del mar aumentaría entre 10 y 80 centímetros en sus regiones costeras.
Respecto al impacto en Europa del previsible aumento de temperatura, tal como ya informamos en otro artículo, las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte del viejo continente.
Asimismo, según las estimaciones del estudio realizado por la Universidad de Norwich, en el que participaron expertos de ocho países europeos, al que nos referíamos en el citado artículo, las estaciones frías serán mucho más cortas en Europa y los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 hasta un total de cuatro meses.
Una de las conclusiones más alarmantes de este estudio es que las centrales nucleares dejarán de funcionar porque no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para el enfriamiento de los reactores.
Este cambio en las estimaciones se debe a las emisiones adicionales de CO2 y metano a la atmósfera que genera el planeta como consecuencia del calentamiento global. Esta variable no había sido integrada en los anteriores modelos climáticos, pero ha sido incorporada ahora por científicos norteamericanos tomando como referencia la historia del clima de la Tierra recogida en el interior de los hielos antárticos.
La investigación realizada por la Universidad de Berkeley en Califnornia, publicada en la última edición de la revista especializada Geophysical Research Letters, basa sus conclusiones en un estudio del interior del hielo antártico, que contiene la información acerca de la temperatura global y los niveles de dióxido de carbono y metano (gases que producen el calentamiento global) de los últimos 360.000 años.
En épocas pasadas también se produjo un calentamiento de la Tierra debido al aumento de la intensidad de los rayos solares. Este calentamiento genera la espontánea emisión de los gases que producen el efecto invernadero, lo que eleva aún más las temperaturas.
Predicciones erradas
Según explican estos investigadores en un comunicado de la Universidad de Berkeley, los datos obtenidos del estudio de los hielos antárticos no definen los procesos específicos que provocaron el calentamiento de épocas pasadas, pero sospechan que la subida de la temperatura en suelos y océanos derivada de los rayos solares provocaron mayores emisiones de CO2 y metano a la atmósfera.
Consideran por tanto que para calcular con mayor exactitud la previsible evolución del clima, es preciso añadir a los modelos actuales los procesos naturales de emisiones contaminantes, como complemento a las emisiones producidas por los combustibles fósiles y otras actividades humanas.
Los modelos actuales de predicción determinan que habrá un incremento de la temperatura de entre 1,5ºC y 4,5ºC por la duplicación de los niveles de dióxido de carbono presentes en la atmósfera. Pero lo que no se han tenido en cuenta los procesos naturales que también provocarán emisiones adicionales de CO2, por lo que el aumento de la temperatura global, si se añade esta variable, podría ser aún mayor de lo que se calculado hasta ahora.
Según los expertos de la Universidad de California, se están haciendo estimaciones que se quedan cortas porque ignoran las emisiones adicionales de dióxido de carbono que la Tierra también genera como consecuencia del aumento de la temperatura. Eso supone una emisión extra a tener en cuenta en los modelos climáticos.
Lo que vienen a decir es que el calentamiento provocado por las actividades humanas produce además cambios en el sistema del planeta que provocan que la Tierra emita espontáneamente más CO2 a la atmósfera que el que genera la actividad humana. Esto provoca que la temperatura aumente más allá de los valores que se esperan para finales del siglo XXI.
Estudiando el pasado
Aunque los modelos actuales no abarcan todas las variables, estos investigadores consideran posible realizar una estimación de los efectos de la emisión terrestre extra de CO2, así como conocer cómo el planeta respondió a ella en ciclos anteriores de calentamiento y de enfriamiento, que fueron causados por variaciones naturales de la intensidad de la incidencia de los rayos solares sobre la Tierra.
Desde finales de la década de los 90, los especialistas han estudiado el interior del hielo polar, descubriendo que ha habido cuatro grandes ciclos climáticos en la Tierra, así como muchas variaciones más pequeñas. Pero aunque se conocen por los datos estos cambios, en qué medida afectan al calentamiento no había quedado del todo claro.
Harte y su equipo idearon la fórmula para usar dicha información y, utilizando los modelos actuales de predicción del clima global, lograron estimar los efectos del incremento del CO2 en la atmósfera como resultado del calentamiento. A partir de los datos, los científicos pudieron deducir el efecto de la temperatura en los niveles de CO2 y metano atmosféricos, así como los efectos de estos gases sobre la temperatura.
Así, aplicaron los datos del aumento de CO2 y metano como consecuencia de una temperatura más alta, y los añadieron a la probabilidad de aumento de estos gases que ya se había medido con modelos actuales. Con la cantidad total, calcularon qué incremento de temperatura habría que considerar con esta nueva variable.
Estos resultados, afirman los científicos, deben ser tomados muy en cuenta puesto que, aunque varíen de unas mediciones a otras, siempre resultan positivos, es decir, siempre señalan a un aumento alarmante de la temperatura en la Tierra.
Que la actividad humana se mantenga o se modifique resultará crucial para que estos escenarios se cumplan, concluyen estos investigadores.
Escenarios
Los escenarios que se perfilan como consecuencia del calentamiento global han sido apuntados en diversas ocasiones. Según el artífice de la investigación de referencia, John Harte, en una rueda de prensa celebrada en Berkeley, como consecuencia del calentamiento global, a finales del presente siglo las oleadas de calor paralizarán a las grandes ciudades y matarán a miles de personas anualmente.
Asimismo, señaló Harte, el nivel del mar aumentará medio metro, lo que causará que algunas regiones costeras e islas del mundo desaparezcan, mientras que el derretimiento de los glaciares provocará importantes cambios en el planeta.
Los posibles impactos en España del calentamiento global han sido analizados asimismo esta semana en un encuentro organizado en Madrid por la Cátedra Collège de France-Fundación Marcelino Botín y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En este encuentro se dijo que cada grado de temperatura que aumente en una ciudad, es como si la moviéramos 200 kilómetros hacia el sur. En 2100, por lo tanto, Madrid podría alcanzar en verano la temperatura que hoy tiene Sevilla.
Asimismo, la cuota anual de lluvias en la Península podría descender entre un 10 y un 30% durante el último tercio de siglo, y el nivel del mar aumentaría entre 10 y 80 centímetros en sus regiones costeras.
Respecto al impacto en Europa del previsible aumento de temperatura, tal como ya informamos en otro artículo, las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte del viejo continente.
Asimismo, según las estimaciones del estudio realizado por la Universidad de Norwich, en el que participaron expertos de ocho países europeos, al que nos referíamos en el citado artículo, las estaciones frías serán mucho más cortas en Europa y los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 hasta un total de cuatro meses.
Una de las conclusiones más alarmantes de este estudio es que las centrales nucleares dejarán de funcionar porque no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para el enfriamiento de los reactores.