Enamorados. José Ignacio Fletes Cruz (Leon, Nicaragua)
La "primera impresión" es la que realmente cuenta en las relaciones interpersonales, según una investigación realizada por dos investigadores norteamericanos que publica Journal of Social and Personal Relationships.
El estudio analizó el comportamiento de 164 jóvenes que no se conocían entre sí. Después de reunirlos en parejas, los dejaron conversar durante tres, seis o diez minutos y a continuación les pidieron que rellenaran un cuestionario.
El objetivo era estimar la relación que cada uno de ellos estaría dispuesto a llevar con el otro, sabiendo que coincidiría con él, o ella, cuatro veces por semana.
Las cuestiones versaban sobre ¿qué esperas del otro?, ¿qué tipo de conversación te gustaría mantener con él?, ¿cuáles son tus primeras impresiones sobre ella?
Medir el optimismo
Todas las preguntas iban destinadas a medir el optimismo de cada encuestado sobre una eventual relación futura con la persona que le había correspondido en el experimento.
Dos meses más tarde, los participantes desvelaron lo que había pasado en sus relaciones con los otros después de aquella conversación inicial. Y surgió la sorpresa: el 95% de los jóvenes habían desarrollado con el otro la relación que habían estimado tras la conversación inicial de varios minutos.
Es más, cuanto más positiva era la impresión respecto del otro, más aumentaba la proximidad alcanzada con el compañero o compañera del experimento. Y el mismo fenómeno se producía en sentido inverso en todos los casos.
Para los autores de la investigación, el hecho de que una gran mayoría de jóvenes haya podido determinar “a primera vista” cuál sería la calidad de las relaciones con la otra persona, confirma la validez de la primera impresión para evaluar los comportamientos humanos.
Asimismo, la investigación pone de manifiesto la importancia de los comportamientos, ya que cuanto más se cree en una amistad, más posibilidades existen de que una persona se abra a otra.
Cuestión de minutos, no de días
Tal como explican los autores en la presentación de su estudio, investigaciones previas habían demostrado que las primeras semanas de las relaciones interpersonales eran determinantes para una amistad a largo plazo entre dos personas.
El estudio realizado ahora por esos investigadores, Michael Sunnafrank, de la Universidad de Minnesota, y Artemio Ramírez, de la Universidad de Ohio, extiende y amplía las investigaciones anteriores, añadiendo que las decisiones e influencias de una relación interpersonal se determina en los primeros minutos de conocimiento entre ambas personas.
Las investigaciones anteriores sobre las relaciones interpersonales han concluido que existe un efecto acumulativo que se produce durante los primeros cinco días de conocer a una persona, y que ese efecto acumulativo es el que determinaba cómo continuaría una relación.
Nueva luz
Sin embargo, lo que aporta la nueva investigación es algo más contundente, que todo ocurre mucho más deprisa, en sólo unos minutos, lo que ratifica la validez de la “primera impresión” como instrumento de regulación de las relaciones interpersonales.
Es esa primera impresión la que al mismo tiempo establece el esfuerzo que la persona está dispuesta a realizar para avanzar en su relación con el otro, ya sea un amigo o amiga, una novia o un novio.
La investigación arroja nueva luz sobre los procesos psicológicos que regulan las relaciones interpersonales desde los primeros momentos, que es cuando los protagonistas deciden si quieren profundizar en la relación con el otro, si no despierta mayor interés o si esa relación tiene alguna posibilidad de convertirse en una buena amistad o en un romance.
Tal como explica Ramírez en un comunicado de la Universidad de Ohio, las relaciones sentimentales probablemente se guíen por estos parámetros psicológicos a la hora de abrir o cerrar el camino a un entendimiento prolongado entre un hombre y una mujer.
El estudio analizó el comportamiento de 164 jóvenes que no se conocían entre sí. Después de reunirlos en parejas, los dejaron conversar durante tres, seis o diez minutos y a continuación les pidieron que rellenaran un cuestionario.
El objetivo era estimar la relación que cada uno de ellos estaría dispuesto a llevar con el otro, sabiendo que coincidiría con él, o ella, cuatro veces por semana.
Las cuestiones versaban sobre ¿qué esperas del otro?, ¿qué tipo de conversación te gustaría mantener con él?, ¿cuáles son tus primeras impresiones sobre ella?
Medir el optimismo
Todas las preguntas iban destinadas a medir el optimismo de cada encuestado sobre una eventual relación futura con la persona que le había correspondido en el experimento.
Dos meses más tarde, los participantes desvelaron lo que había pasado en sus relaciones con los otros después de aquella conversación inicial. Y surgió la sorpresa: el 95% de los jóvenes habían desarrollado con el otro la relación que habían estimado tras la conversación inicial de varios minutos.
Es más, cuanto más positiva era la impresión respecto del otro, más aumentaba la proximidad alcanzada con el compañero o compañera del experimento. Y el mismo fenómeno se producía en sentido inverso en todos los casos.
Para los autores de la investigación, el hecho de que una gran mayoría de jóvenes haya podido determinar “a primera vista” cuál sería la calidad de las relaciones con la otra persona, confirma la validez de la primera impresión para evaluar los comportamientos humanos.
Asimismo, la investigación pone de manifiesto la importancia de los comportamientos, ya que cuanto más se cree en una amistad, más posibilidades existen de que una persona se abra a otra.
Cuestión de minutos, no de días
Tal como explican los autores en la presentación de su estudio, investigaciones previas habían demostrado que las primeras semanas de las relaciones interpersonales eran determinantes para una amistad a largo plazo entre dos personas.
El estudio realizado ahora por esos investigadores, Michael Sunnafrank, de la Universidad de Minnesota, y Artemio Ramírez, de la Universidad de Ohio, extiende y amplía las investigaciones anteriores, añadiendo que las decisiones e influencias de una relación interpersonal se determina en los primeros minutos de conocimiento entre ambas personas.
Las investigaciones anteriores sobre las relaciones interpersonales han concluido que existe un efecto acumulativo que se produce durante los primeros cinco días de conocer a una persona, y que ese efecto acumulativo es el que determinaba cómo continuaría una relación.
Nueva luz
Sin embargo, lo que aporta la nueva investigación es algo más contundente, que todo ocurre mucho más deprisa, en sólo unos minutos, lo que ratifica la validez de la “primera impresión” como instrumento de regulación de las relaciones interpersonales.
Es esa primera impresión la que al mismo tiempo establece el esfuerzo que la persona está dispuesta a realizar para avanzar en su relación con el otro, ya sea un amigo o amiga, una novia o un novio.
La investigación arroja nueva luz sobre los procesos psicológicos que regulan las relaciones interpersonales desde los primeros momentos, que es cuando los protagonistas deciden si quieren profundizar en la relación con el otro, si no despierta mayor interés o si esa relación tiene alguna posibilidad de convertirse en una buena amistad o en un romance.
Tal como explica Ramírez en un comunicado de la Universidad de Ohio, las relaciones sentimentales probablemente se guíen por estos parámetros psicológicos a la hora de abrir o cerrar el camino a un entendimiento prolongado entre un hombre y una mujer.