La música puede evocar cada una de las emociones conocidas, pero una nueva investigación de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia ha comprobado que también puede hacernos más productivos.
La estudiante de doctorado Kathleen R. Keeler y Jose M. Cortina, Ph.D., profesor de la Escuela de Negocios de la citada universidad, investigaron el vínculo entre las características musicales y desempeño laboral.
A través de un trabajo recogido en Working to the Beat, analizaron las respuestas fisiológicas y emocionales inmediatas provocadas por la música y cómo afectan al rendimiento profesional.
Y descubrieron que algunas facetas de la música, como el volumen, las letras, la familiaridad y las preferencias musicales, influyen claramente en los resultados laborales.
Vieja y nueva historia
Aunque la influencia de la música en el trabajo ha sido no sólo estudiada, sino utilizada para una variedad de ocupaciones, tales como trabajadores de fábricas, agrícolas, marineros y mineros, las primeras evidencias empíricas y anecdóticas sugieren que la música no solo mejora la productividad, sino también que aumenta la sensación de felicidad, destacan los investigadores.
En su artículo, describen en detalle cómo las funciones ejecutivas (es decir, la atención ejecutiva, el control inhibitorio, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva) se ven favorecidas por la música por sus efectos fisiológicos y emocionales inmediatos.
Destacan que las funciones ejecutivas forman la base de varias habilidades cognitivas clave de nivel superior, como la planificación, el razonamiento y la resolución de problemas, todas las cuales son importantes para el desempeño exitoso en el trabajo.
Añaden que el rendimiento en las tareas complejas y creativas puede mejorarse cuando se escuchan músicas que facilitan la flexibilidad cognitiva y la memoria asociada a tareas laborales. Del mismo modo, los trabajadores pueden adaptarse mejor a las nuevas situaciones después de un cambio, si escuchan la música adecuada.
La estudiante de doctorado Kathleen R. Keeler y Jose M. Cortina, Ph.D., profesor de la Escuela de Negocios de la citada universidad, investigaron el vínculo entre las características musicales y desempeño laboral.
A través de un trabajo recogido en Working to the Beat, analizaron las respuestas fisiológicas y emocionales inmediatas provocadas por la música y cómo afectan al rendimiento profesional.
Y descubrieron que algunas facetas de la música, como el volumen, las letras, la familiaridad y las preferencias musicales, influyen claramente en los resultados laborales.
Vieja y nueva historia
Aunque la influencia de la música en el trabajo ha sido no sólo estudiada, sino utilizada para una variedad de ocupaciones, tales como trabajadores de fábricas, agrícolas, marineros y mineros, las primeras evidencias empíricas y anecdóticas sugieren que la música no solo mejora la productividad, sino también que aumenta la sensación de felicidad, destacan los investigadores.
En su artículo, describen en detalle cómo las funciones ejecutivas (es decir, la atención ejecutiva, el control inhibitorio, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva) se ven favorecidas por la música por sus efectos fisiológicos y emocionales inmediatos.
Destacan que las funciones ejecutivas forman la base de varias habilidades cognitivas clave de nivel superior, como la planificación, el razonamiento y la resolución de problemas, todas las cuales son importantes para el desempeño exitoso en el trabajo.
Añaden que el rendimiento en las tareas complejas y creativas puede mejorarse cuando se escuchan músicas que facilitan la flexibilidad cognitiva y la memoria asociada a tareas laborales. Del mismo modo, los trabajadores pueden adaptarse mejor a las nuevas situaciones después de un cambio, si escuchan la música adecuada.
Una canción para cada función
Porque para cada situación laboral funciona un tipo de música determinado. Canciones lentas como "Carolina in My Mind", de James Taylor, o "Let It Be", de The Beatles, podrían ayudar a una persona a realizar tareas complejas y creativas como la planificación, el razonamiento y la resolución de problemas, porque el estilo de estas canciones facilita la flexibilidad cognitiva y la memoria asociada a la función laboral.
Sin embargo, canciones más rítmicas y dinámicas, que ayudan a facilitar la atención ejecutiva y el control inhibitorio, como "Holding Out For A Hero", de Bonnie Tyler, o "Paint It Black", de The Rolling Stones, serían útiles para tareas simples y rutinarias que enfatizan la cantidad y velocidad de la producción.
"Tanto las tareas simples como las rutinarias requieren un rango específico de música porque, aunque la tarea puede ser simple y bien aprendida, la concentración en estas tareas puede ser difícil debido a la naturaleza a menudo aburrida y repetitiva del trabajo", explica Keeler en un comunicado.
"La música puede ser útil, dañina o intrascendente según el tipo de música y el tipo de tarea en la que estés trabajando", añade Cortina. "La razón principal es que la música con diferentes características tiene diferentes efectos sobre la emoción y la activación fisiológica, lo que a su vez afecta a la atención".