La sequía también supondría un gran problema en Europa en 2080 si no se frena el cambio climático, al alcanzar a unos 700.000 km2 por año –más que la superficie total de España–. Afectará a 140 millones de personas al año, alerta el estudio del JRC. Imagen: Aliaksandr Zabudzko. Fuente: PhotoXpress.
A solo unos días de la publicación del informe de la OMS, que señala que, en 2012, siete millones de personas murieron en el mundo por efecto de la contaminación atmosférica, investigadores del Centro Común de Investigación (JRC), que realiza estudios científicos para la Comisión Europea, alertan del potencial impacto sobre la mortalidad de los europeos de otro factor derivado de las actividades humanas: el cambio climático.
Los datos de esta investigación revelan, en concreto, que si no se toman las medidas pertinentes para frenar el cambio climático, en 2080 “los fallecimientos relacionados con el calor podrían duplicar la mortalidad al año en Europa, respecto al pasado reciente”. También habrá un aumento de la mortalidad prematura y de las enfermedades, señala el estudio.
Dos escenarios posibles
Para la investigación, se trazaron dos posibles escenarios. En uno de ellos, los efectos que tendrá el cambio climático en Europa en 2080, en caso de tomar medidas ahora y de que se alcanzase la meta de 2 ºC de aumento de la temperatura global media respecto al nivel preindustrial.
En el segundo escenario, se contempló la posibilidad de que no se tomasen medidas actualmente contra el cambio climático y, en consecuencia, que la temperatura subiese 3,5 ºC de media.
Las preguntas planteadas desde la Comisión para el estudio fueron, por un lado, sobre los impactos del cambio climático y las regiones que más ganan y las que más pierden en Europa con la subida de temperaturas; y, por otro, hasta qué punto las decisiones políticas de adaptación podrían reducir los impactos negativos, y si existen efectos transfronterizos.
“La Comisión Europea en 2013 puso en marcha la política de adaptación al cambio climático a nivel paneuropeo, y dentro de esa política se encargaron varios estudios y uno de ellos es este”, explica Juan Carlos Císcar, economista del Instituto de Prospectiva Teconlógica del JRC y coordinador del trabajo, en declaraciones recogidas por Sinc.
Los datos de esta investigación revelan, en concreto, que si no se toman las medidas pertinentes para frenar el cambio climático, en 2080 “los fallecimientos relacionados con el calor podrían duplicar la mortalidad al año en Europa, respecto al pasado reciente”. También habrá un aumento de la mortalidad prematura y de las enfermedades, señala el estudio.
Dos escenarios posibles
Para la investigación, se trazaron dos posibles escenarios. En uno de ellos, los efectos que tendrá el cambio climático en Europa en 2080, en caso de tomar medidas ahora y de que se alcanzase la meta de 2 ºC de aumento de la temperatura global media respecto al nivel preindustrial.
En el segundo escenario, se contempló la posibilidad de que no se tomasen medidas actualmente contra el cambio climático y, en consecuencia, que la temperatura subiese 3,5 ºC de media.
Las preguntas planteadas desde la Comisión para el estudio fueron, por un lado, sobre los impactos del cambio climático y las regiones que más ganan y las que más pierden en Europa con la subida de temperaturas; y, por otro, hasta qué punto las decisiones políticas de adaptación podrían reducir los impactos negativos, y si existen efectos transfronterizos.
“La Comisión Europea en 2013 puso en marcha la política de adaptación al cambio climático a nivel paneuropeo, y dentro de esa política se encargaron varios estudios y uno de ellos es este”, explica Juan Carlos Císcar, economista del Instituto de Prospectiva Teconlógica del JRC y coordinador del trabajo, en declaraciones recogidas por Sinc.
Por sectores
Para el estudio se utilizaron modelos climáticos de alta resolución –que simulan la evolución del clima con mucho detalle–. A partir de los datos arrojados por dichos modelos, se calcularon los impactos en varios sectores, como la agricultura, el transporte, la salud humana, el turismo y la energía.
Todos los sectores se estudiaron desde el punto de vista biofísico y económico, salvo las consecuencias del cambio climático en los ecosistemas y en la sequía, que no se integraron dentro del modelo económico.
“Para hacerse una idea de la complejidad de los modelos, hacer una simulación de las inundaciones desde ahora hasta finales de siglo, sobre lo que puede ocurrir en Europa, supone cien ordenadores trabajando durante diez días seguidos”, explica Císcar.
Los investigadores midieron asimismo los impactos socioeconómicos por regiones: sur de Europa, Reino Unido e Irlanda; los países nórdicos; y centro, norte y sur de Europa.
En el sector agrícola, llegaron a conclusiones que ya se conocían por estudios previos. La productividad agraria se estima que va a disminuir un 10% de media en Europa. En el caso de las regiones del sur, sería aún mayor la caída de rendimientos, que podría alcanzar un 20%.
Respecto a la energía, la demanda de aire acondicionado será mayor en toda Europa. Sin embargo, los países del norte ahorrarán en uso de calefacción y, en conjunto, habrá una bajada de forma global del consumo energético. “Aunque no es una bajada homogénea para toda Europa, en el sur aumenta el consumo de forma relativamente significativa”, apunta el científico.
Los problemas energéticos de Europa en relación con el cambio climático de cara a las próximas décadas ya fueron analizados en un estudio de 2012, realizado por un equipo internacional de expertos.
En él se concluyó que, entre 2031 y 2060 podrían producirse interrupciones en el suministro de energía en el continente, debido a un importante descenso en la producción de las centrales termoeléctricas por la ausencia de agua para refrigeración, una consecuencia directa del cambio climático. La reducción de la producción energética oscilaría entre un 4 y un 19%.
Países del sur de Europa, extremadamente cálidos
Según las simulaciones del estudio, en los tres meses de verano, con una subida de 3,5 ºC de media global, la península ibérica y las regiones del sur de Europa sufrirían un incremento de entre 5 ºC y 6 ºC. Si se consiguiera no sobrepasar los 2 ºC a escala mundial, ese incremento sería del orden de 1 ºC o 2 ºC.
En el caso de las precipitaciones, los inviernos serán más lluviosos y los veranos mucho más secos. “Las inundaciones por término medio en Europa pueden aumentar y triplicarse el daño económico respecto a nuestra historia reciente –hablamos de cifras de miles de millones de euros–. Las personas afectadas por estas inundaciones también se pueden duplicar”, asegura Císcar.
Por último, la sequía también supondría un gran problema en Europa, al alcanzar a unos 700.000 km2 por año –más que la superficie total de España–, y afectaría a 140 millones de personas al año. Los incendios forestales podrían llegar a duplicarse.
Para el estudio se utilizaron modelos climáticos de alta resolución –que simulan la evolución del clima con mucho detalle–. A partir de los datos arrojados por dichos modelos, se calcularon los impactos en varios sectores, como la agricultura, el transporte, la salud humana, el turismo y la energía.
Todos los sectores se estudiaron desde el punto de vista biofísico y económico, salvo las consecuencias del cambio climático en los ecosistemas y en la sequía, que no se integraron dentro del modelo económico.
“Para hacerse una idea de la complejidad de los modelos, hacer una simulación de las inundaciones desde ahora hasta finales de siglo, sobre lo que puede ocurrir en Europa, supone cien ordenadores trabajando durante diez días seguidos”, explica Císcar.
Los investigadores midieron asimismo los impactos socioeconómicos por regiones: sur de Europa, Reino Unido e Irlanda; los países nórdicos; y centro, norte y sur de Europa.
En el sector agrícola, llegaron a conclusiones que ya se conocían por estudios previos. La productividad agraria se estima que va a disminuir un 10% de media en Europa. En el caso de las regiones del sur, sería aún mayor la caída de rendimientos, que podría alcanzar un 20%.
Respecto a la energía, la demanda de aire acondicionado será mayor en toda Europa. Sin embargo, los países del norte ahorrarán en uso de calefacción y, en conjunto, habrá una bajada de forma global del consumo energético. “Aunque no es una bajada homogénea para toda Europa, en el sur aumenta el consumo de forma relativamente significativa”, apunta el científico.
Los problemas energéticos de Europa en relación con el cambio climático de cara a las próximas décadas ya fueron analizados en un estudio de 2012, realizado por un equipo internacional de expertos.
En él se concluyó que, entre 2031 y 2060 podrían producirse interrupciones en el suministro de energía en el continente, debido a un importante descenso en la producción de las centrales termoeléctricas por la ausencia de agua para refrigeración, una consecuencia directa del cambio climático. La reducción de la producción energética oscilaría entre un 4 y un 19%.
Países del sur de Europa, extremadamente cálidos
Según las simulaciones del estudio, en los tres meses de verano, con una subida de 3,5 ºC de media global, la península ibérica y las regiones del sur de Europa sufrirían un incremento de entre 5 ºC y 6 ºC. Si se consiguiera no sobrepasar los 2 ºC a escala mundial, ese incremento sería del orden de 1 ºC o 2 ºC.
En el caso de las precipitaciones, los inviernos serán más lluviosos y los veranos mucho más secos. “Las inundaciones por término medio en Europa pueden aumentar y triplicarse el daño económico respecto a nuestra historia reciente –hablamos de cifras de miles de millones de euros–. Las personas afectadas por estas inundaciones también se pueden duplicar”, asegura Císcar.
Por último, la sequía también supondría un gran problema en Europa, al alcanzar a unos 700.000 km2 por año –más que la superficie total de España–, y afectaría a 140 millones de personas al año. Los incendios forestales podrían llegar a duplicarse.