Nuestra capacidad de autocontrol para evitar engañar o mentir va reduciéndose considerablemente a medida que transcurre el día, por lo que somos más propensos a ser deshonestos por la tarde que por la mañana, revela un estudio publicado por la revista Psychological Science, de la Association for Psychological Science (APS) de Estados Unidos.
"Como investigadores de la ética, hemos realizado experimentos en los que se examinaban diversas conductas poco éticas, como mentir, robar o hacer trampa", explican los autores del estudio, Maryam Kouchaki, de la Universidad de Harvard, e Isaac Smith, de la School of Business de la Universidad de Utah, en un comunicado de la APS.
"Nos dimos cuenta de que los experimentos realizados por la mañana parecían arrojar sistemáticamente ratios inferiores de comportamientos no éticos". Este hecho llevó a los investigadores a preguntarse: ¿Es más fácil resistirse a mentir, engañar, robar o participar en conductas no éticas por la mañana?
Partiendo de que se sabe que el autocontrol se debilita por la falta de descanso y por el hecho de tomar decisiones repetidas, Kouchacki y Smith examinaron si las actividades cotidianas eran suficientes como para agotar el autocontrol y, en consecuencia, aumentar el comportamiento deshonesto.
Más tramposos por la tarde-noche
En los experimentos se mostró a unos participantes en edad universitaria varios patrones de puntos desplegados en la pantalla de un ordenador. Se les pidió que identificaran, en cada uno de esos patrones, si había más puntos en la parte izquierda o en la parte derecha de la pantalla.
Es importante destacar que a los voluntarios no se les dio dinero por respuestas acertadas, sino en función del lado de la pantalla identificado como “con más puntos”: se les pagaba 10 veces más si seleccionaban el lado derecho que si seleccionaban el izquierdo. Por tanto, tenían un incentivo financiero por seleccionar el lado derecho, incluso si estaba claro que había más puntos en el izquierdo.
Los resultados demostraron que los participantes evaluados entre las ocho de la mañana y las 12 del mediodía fueron menos propensos a hacer trampas que los evaluados entre las 12 de la noche y las seis de la mañana; un fenómeno que los investigadores denominan el "efecto de la moral por la mañana."
"Como investigadores de la ética, hemos realizado experimentos en los que se examinaban diversas conductas poco éticas, como mentir, robar o hacer trampa", explican los autores del estudio, Maryam Kouchaki, de la Universidad de Harvard, e Isaac Smith, de la School of Business de la Universidad de Utah, en un comunicado de la APS.
"Nos dimos cuenta de que los experimentos realizados por la mañana parecían arrojar sistemáticamente ratios inferiores de comportamientos no éticos". Este hecho llevó a los investigadores a preguntarse: ¿Es más fácil resistirse a mentir, engañar, robar o participar en conductas no éticas por la mañana?
Partiendo de que se sabe que el autocontrol se debilita por la falta de descanso y por el hecho de tomar decisiones repetidas, Kouchacki y Smith examinaron si las actividades cotidianas eran suficientes como para agotar el autocontrol y, en consecuencia, aumentar el comportamiento deshonesto.
Más tramposos por la tarde-noche
En los experimentos se mostró a unos participantes en edad universitaria varios patrones de puntos desplegados en la pantalla de un ordenador. Se les pidió que identificaran, en cada uno de esos patrones, si había más puntos en la parte izquierda o en la parte derecha de la pantalla.
Es importante destacar que a los voluntarios no se les dio dinero por respuestas acertadas, sino en función del lado de la pantalla identificado como “con más puntos”: se les pagaba 10 veces más si seleccionaban el lado derecho que si seleccionaban el izquierdo. Por tanto, tenían un incentivo financiero por seleccionar el lado derecho, incluso si estaba claro que había más puntos en el izquierdo.
Los resultados demostraron que los participantes evaluados entre las ocho de la mañana y las 12 del mediodía fueron menos propensos a hacer trampas que los evaluados entre las 12 de la noche y las seis de la mañana; un fenómeno que los investigadores denominan el "efecto de la moral por la mañana."
Con mayor sentido moral por la mañana
Los científicos también evaluaron la conciencia moral de los participantes, tanto en el grupo de la mañana como en el de la tarde. A todos se les presentaron fragmentos de palabras como
"__ RAL" y "E_ __ C_ _".
Se constató así que los participantes de la mañana eran más propensos a formar las palabras "moral" y "ética" con esas letras (los otros formaron más palabras como “coral” y “efecto”), lo que, según los investigadores, sustenta que los de la mañana tenían un sentido más acentuado de moralidad.
Estos resultados se repitieron en pruebas realizadas online a participantes de todo Estados Unidos: estos otros fueron más propensos a enviar un mensaje deshonesto a un compañero virtual o a informar de la resolución de un problema numérico irresoluble por la tarde que por la mañana.
Desvinculación moral vespertina
También se constató que el grado de comportamiento no ético sin sentimiento de culpa o de angustia – lo que se conoce como desvinculación moral – fue diferente por la mañana que por la tarde.
Así, aquellos voluntarios con mayor propensión a la desvinculación moral fueron propensos a engañar o hacer trampas tanto por la mañana como por la tarde. Sin embargo, las personas con una menor propensión a la desvinculación moral – de las que cabría esperar que fueran más éticas- se comportaron honestamente por la mañana, pero no tanto por la tarde.
Según los autores del estudio, estos hallazgos “sugieren que la mera hora del día puede propiciar un fallo sistemático en el comportamiento moral de las buenas personas". Asimismo, tendrían implicaciones para organizaciones y empresas interesadas en reducir los comportamientos poco éticos. Estas organizaciones “podrían tener que vigilar más estos comportamientos de clientes o empleados por la tarde que por la mañana", afirman.
Los científicos también evaluaron la conciencia moral de los participantes, tanto en el grupo de la mañana como en el de la tarde. A todos se les presentaron fragmentos de palabras como
"__ RAL" y "E_ __ C_ _".
Se constató así que los participantes de la mañana eran más propensos a formar las palabras "moral" y "ética" con esas letras (los otros formaron más palabras como “coral” y “efecto”), lo que, según los investigadores, sustenta que los de la mañana tenían un sentido más acentuado de moralidad.
Estos resultados se repitieron en pruebas realizadas online a participantes de todo Estados Unidos: estos otros fueron más propensos a enviar un mensaje deshonesto a un compañero virtual o a informar de la resolución de un problema numérico irresoluble por la tarde que por la mañana.
Desvinculación moral vespertina
También se constató que el grado de comportamiento no ético sin sentimiento de culpa o de angustia – lo que se conoce como desvinculación moral – fue diferente por la mañana que por la tarde.
Así, aquellos voluntarios con mayor propensión a la desvinculación moral fueron propensos a engañar o hacer trampas tanto por la mañana como por la tarde. Sin embargo, las personas con una menor propensión a la desvinculación moral – de las que cabría esperar que fueran más éticas- se comportaron honestamente por la mañana, pero no tanto por la tarde.
Según los autores del estudio, estos hallazgos “sugieren que la mera hora del día puede propiciar un fallo sistemático en el comportamiento moral de las buenas personas". Asimismo, tendrían implicaciones para organizaciones y empresas interesadas en reducir los comportamientos poco éticos. Estas organizaciones “podrían tener que vigilar más estos comportamientos de clientes o empleados por la tarde que por la mañana", afirman.
Referencia bibliográfica:
M. Kouchaki, I. H. Smith. The Morning Morality Effect: The Influence of Time of Day on Unethical Behavior. Psychological Science (2013). DOI:10.1177/0956797613498099.
M. Kouchaki, I. H. Smith. The Morning Morality Effect: The Influence of Time of Day on Unethical Behavior. Psychological Science (2013). DOI:10.1177/0956797613498099.