La meditación tiene un efecto positivo sobre el envejecimiento cerebral, según un estudio que examinó el cerebro de 73 personas mayores de 65 años, entre las que se encontrabas asiduos a esta técnica que habían practicado entre 15.000 y 30.000 horas. Los resultados de esta investigación se publican en Scientific Reports.
Con la edad se produce una disminución progresiva del volumen cerebral y del metabolismo de la glucosa que tienen como consecuencia una disminución de las funciones cognitivas. Estos cambios psicológicos pueden exacerbarse por el estrés y la mala calidad del sueño.
Estos dos últimos parámetros se consideran factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Actuar sobre los niveles de estrés y sobre la calidad del sueño forma parte de las medidas que pueden tomarse para retrasar al máximo la aparición de la enfermedad. Este estudio se ha centrado en esta posibilidad para estudiar los efectos de la meditación sobre los mecanismos del envejecimiento.
Esta investigación analizó el cerebro de seis personas que practican habitualmente la meditación, con una edad media de 65 años y con miles de horas de meditación a sus espaldas.
Estas seis personas fueron seleccionadas para la investigación porque practican la meditación siguiendo diferentes técnicas budistas, lo que según los científicos les permite obtener un panel bastante representativo.
La meditación es una práctica en la que se entrena la mente para conseguir algún beneficio. Una forma particularmente ambiciosa de meditación tiene como fin conseguir sostener la concentración en un punto sin esfuerzo, enfocado a habilitar en su practicante un estado de bienestar en cualquier actividad de la vida. La meditación no constituye una religión en sí misma.
Los investigadores compararon el funcionamiento de sus cerebros con el de otros 67 participantes, de la misma edad. Por último, incluyeron a un grupo más amplio de 186 personas, de edades comprendidas entre los 20 y los 87 años, con la finalidad de evaluar los efectos clásicos del envejecimiento del cerebro y comprender mejor los efectos particulares de la meditación.
Todas las personas que participaron en este estudio fueron sometidas a exámenes neurológicos por imágenes de resonancia magnética (IRM) y tomografía por emisión de positrones (PET).
Con la edad se produce una disminución progresiva del volumen cerebral y del metabolismo de la glucosa que tienen como consecuencia una disminución de las funciones cognitivas. Estos cambios psicológicos pueden exacerbarse por el estrés y la mala calidad del sueño.
Estos dos últimos parámetros se consideran factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Actuar sobre los niveles de estrés y sobre la calidad del sueño forma parte de las medidas que pueden tomarse para retrasar al máximo la aparición de la enfermedad. Este estudio se ha centrado en esta posibilidad para estudiar los efectos de la meditación sobre los mecanismos del envejecimiento.
Esta investigación analizó el cerebro de seis personas que practican habitualmente la meditación, con una edad media de 65 años y con miles de horas de meditación a sus espaldas.
Estas seis personas fueron seleccionadas para la investigación porque practican la meditación siguiendo diferentes técnicas budistas, lo que según los científicos les permite obtener un panel bastante representativo.
La meditación es una práctica en la que se entrena la mente para conseguir algún beneficio. Una forma particularmente ambiciosa de meditación tiene como fin conseguir sostener la concentración en un punto sin esfuerzo, enfocado a habilitar en su practicante un estado de bienestar en cualquier actividad de la vida. La meditación no constituye una religión en sí misma.
Los investigadores compararon el funcionamiento de sus cerebros con el de otros 67 participantes, de la misma edad. Por último, incluyeron a un grupo más amplio de 186 personas, de edades comprendidas entre los 20 y los 87 años, con la finalidad de evaluar los efectos clásicos del envejecimiento del cerebro y comprender mejor los efectos particulares de la meditación.
Todas las personas que participaron en este estudio fueron sometidas a exámenes neurológicos por imágenes de resonancia magnética (IRM) y tomografía por emisión de positrones (PET).
Mejores cerebros
Esta tecnología permitió apreciar diferencias significativas en el volumen de materia gris y del metabolismo de la glucosa: el córtex frontal cingulado y la corteza insular de las personas que practican meditación es más voluminosa y/o tenía un metabolismo superior al de los demás participantes, incluso cuando se consideran diferentes niveles educativos y estilos de vida.
Esas regiones cerebrales aumentadas, destacan los investigadores en un comunicado, son las que específicamente declinan con la edad. Los efectos de la edad evaluados en este mismo estudio en las personas que no meditan, entre 20 y 87 años de edad, se concentran especialmente en esas regiones, que estaban mejor conservadas en las personas que meditan.
Estos primeros resultados sugieren que la meditación podría reducir los efectos de estos procesos en el cerebro y desempeñar una influencia positiva en el envejecimiento cerebral, posiblemente permitiendo una reducción del estrés, de la ansiedad, de las emociones negativas y de los problemas de sueño que se agudizan con los años.
Los investigadores consideran que se trata de un estudio piloto que necesita ser contrastado con observaciones de más grupos de personas, con la finalidad de obtener resultados más concluyentes. Además, los investigadores se proponen comprender también los mecanismos que permiten a la meditación tener ese efecto positivo sobre el envejecimiento cerebral.
Esta tecnología permitió apreciar diferencias significativas en el volumen de materia gris y del metabolismo de la glucosa: el córtex frontal cingulado y la corteza insular de las personas que practican meditación es más voluminosa y/o tenía un metabolismo superior al de los demás participantes, incluso cuando se consideran diferentes niveles educativos y estilos de vida.
Esas regiones cerebrales aumentadas, destacan los investigadores en un comunicado, son las que específicamente declinan con la edad. Los efectos de la edad evaluados en este mismo estudio en las personas que no meditan, entre 20 y 87 años de edad, se concentran especialmente en esas regiones, que estaban mejor conservadas en las personas que meditan.
Estos primeros resultados sugieren que la meditación podría reducir los efectos de estos procesos en el cerebro y desempeñar una influencia positiva en el envejecimiento cerebral, posiblemente permitiendo una reducción del estrés, de la ansiedad, de las emociones negativas y de los problemas de sueño que se agudizan con los años.
Los investigadores consideran que se trata de un estudio piloto que necesita ser contrastado con observaciones de más grupos de personas, con la finalidad de obtener resultados más concluyentes. Además, los investigadores se proponen comprender también los mecanismos que permiten a la meditación tener ese efecto positivo sobre el envejecimiento cerebral.
Referencia
Reduced age-associated brain changes in expert meditators: a multimodal neuroimaging pilot study. Scientific Reports 7, Article number: 10160 (2017). doi:10.1038/s41598-017-07764-x
Reduced age-associated brain changes in expert meditators: a multimodal neuroimaging pilot study. Scientific Reports 7, Article number: 10160 (2017). doi:10.1038/s41598-017-07764-x