La luz artificial de los dispositivos móviles también puede afectar al metabolismo de los niños e influir en su sobrepeso. Imagen: Toca Boca. Fuente: Flickr.
Un estudio por el Early Childhood Research Group de la Universidad de la Tecnología de Queensland (QUT, Australia) ha revelado que los niños en edad de preescolar expuestos a más luz más temprano tienden a pesar más.
La investigadora Cassandra Pattinson y sus colaboradores de dicho centro analizaron a 48 niños de edades comprendidas entre los tres y los cinco años, de seis centros de educación infantil Brisbane. El análisis se hizo durante un período de dos semanas y en él se midieron el sueño de cada niño, sus actividades cotidianas y su exposición diaria a la luz, así como su altura y su peso, para calcular el índice de masa corporal (IMC) de cada pequeño.
Se descubrió así que “la exposición a luz de intensidad moderada al principio del día se asociaba con un mayor índice de masa corporal; mientras que los niños que recibían la mayor dosis de luz – interior y exterior- durante la tarde estaban más delgados", explica Pattinson en un comunicado de la QUT.
La autora del estudio considera por tanto que a los factores que ya se sabía que inciden en la obesidad (ingesta de calorías, disminución de la actividad física, o sueño escaso), habría que añadir la luz.
La investigadora Cassandra Pattinson y sus colaboradores de dicho centro analizaron a 48 niños de edades comprendidas entre los tres y los cinco años, de seis centros de educación infantil Brisbane. El análisis se hizo durante un período de dos semanas y en él se midieron el sueño de cada niño, sus actividades cotidianas y su exposición diaria a la luz, así como su altura y su peso, para calcular el índice de masa corporal (IMC) de cada pequeño.
Se descubrió así que “la exposición a luz de intensidad moderada al principio del día se asociaba con un mayor índice de masa corporal; mientras que los niños que recibían la mayor dosis de luz – interior y exterior- durante la tarde estaban más delgados", explica Pattinson en un comunicado de la QUT.
La autora del estudio considera por tanto que a los factores que ya se sabía que inciden en la obesidad (ingesta de calorías, disminución de la actividad física, o sueño escaso), habría que añadir la luz.
También sucede en adultos
Según los científicos australianos, esta es la primera vez que se demuestra que la luz influye en el peso de los niños.
Estudios previos ya habían señalado este factor como una de las causas de la obesidad. Una investigación de 2012, realizada en la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y publicada en la revista BioEssays, explicó por qué el sobrepeso y la exposición a la luz artificial estarían relacionados.
Aunque, gracias a la luz eléctrica, podemos trabajar, descansar y realizar actividades a cualquier hora; también por su causa nos hemos ido “distanciando” de las rotaciones naturales de la Tierra, que imponen la alternancia de la noche y el día.
Nuestro ciclo diario de sueño y vigilia está ajustado a esas rotaciones, y es controlado por un reloj molecular presente en todas nuestras células. Con la luz artificial, ese reloj biológico a duras penas puede permanecer en sintonía con el ciclo rotacional de la Tierra, un desequilibrio que afecta al metabolismo y, en consecuencia, puede hacer engordar e incluso desarrollar diabetes.
Qué hacer
Los expertos señalan que, para evitar que la luz artificial pueda afectar tanto y provocar sobrepeso, se pueden mantener ritmos circadianos saludables siguiendo las siguientes medidas: comer a las mismas horas, dormir bien y sin interrupciones por la noche y en total oscuridad, y exponerse a gran cantidad de luz solar durante el día.
En cuanto a los niños, Pattison alerta que “gracias a la iluminación artificial, entre la que se incluye la que emiten tabletas, teléfonos móviles y televisores, los niños modernos están expuestas a más luz ambiental que cualquier generación anterior”.
Por tanto, la reducción del uso de estos dispositivos en horas sin luz podría ser una forma de ayudar al metabolismo de los pequeños. La investigadora presentó sus hallazgos el pasado día 23 de octubre en la ASA Sleep Downunder Conference celebrada en Melbourne.
Según los científicos australianos, esta es la primera vez que se demuestra que la luz influye en el peso de los niños.
Estudios previos ya habían señalado este factor como una de las causas de la obesidad. Una investigación de 2012, realizada en la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y publicada en la revista BioEssays, explicó por qué el sobrepeso y la exposición a la luz artificial estarían relacionados.
Aunque, gracias a la luz eléctrica, podemos trabajar, descansar y realizar actividades a cualquier hora; también por su causa nos hemos ido “distanciando” de las rotaciones naturales de la Tierra, que imponen la alternancia de la noche y el día.
Nuestro ciclo diario de sueño y vigilia está ajustado a esas rotaciones, y es controlado por un reloj molecular presente en todas nuestras células. Con la luz artificial, ese reloj biológico a duras penas puede permanecer en sintonía con el ciclo rotacional de la Tierra, un desequilibrio que afecta al metabolismo y, en consecuencia, puede hacer engordar e incluso desarrollar diabetes.
Qué hacer
Los expertos señalan que, para evitar que la luz artificial pueda afectar tanto y provocar sobrepeso, se pueden mantener ritmos circadianos saludables siguiendo las siguientes medidas: comer a las mismas horas, dormir bien y sin interrupciones por la noche y en total oscuridad, y exponerse a gran cantidad de luz solar durante el día.
En cuanto a los niños, Pattison alerta que “gracias a la iluminación artificial, entre la que se incluye la que emiten tabletas, teléfonos móviles y televisores, los niños modernos están expuestas a más luz ambiental que cualquier generación anterior”.
Por tanto, la reducción del uso de estos dispositivos en horas sin luz podría ser una forma de ayudar al metabolismo de los pequeños. La investigadora presentó sus hallazgos el pasado día 23 de octubre en la ASA Sleep Downunder Conference celebrada en Melbourne.