Micrografía de vaginosis bacterial - células escamosas del cérvix cubiertas con la bacteria Gardnerella vaginalis (flechas). Fuente: Wikimedia Commons.
El tipo y la abundancia de los microorganismos vaginales en mujeres sanas cambian a lo largo de la vida de las mujeres en períodos cortos de tiempo, según una investigación estadounidense publicada esta semana en la revista Science Translational Medicine. Sin embargo, hay algunas mujeres que nunca experimentan variaciones.
Las bacterias no patógenas del cuerpo humano se consideran un órgano más, como lo son el corazón y el cerebro. El llamado microbioma (la totalidad de los microbios, sus elementos genéticos o genomas y sus interacciones ambientales) se estructura en poblaciones y tiene funciones específicas. Por ejemplo, la flora intestinal contribuye activamente a la digestión.
Anteriormente, varios estudios ya habían demostrado que hay cinco tipos de comunidades microbianas vaginales. El nuevo hallazgo indica, además, que estas pueden variar en cada mujer a lo largo del tiempo.
Gracias a este nuevo hallazgo, se podrá mejorar el diagnóstico de infecciones comunes, como la vaginosis bacteriana, y reducir el uso innecesario de antibióticos para restaurar la salud vaginal.
Las bacterias no patógenas del cuerpo humano se consideran un órgano más, como lo son el corazón y el cerebro. El llamado microbioma (la totalidad de los microbios, sus elementos genéticos o genomas y sus interacciones ambientales) se estructura en poblaciones y tiene funciones específicas. Por ejemplo, la flora intestinal contribuye activamente a la digestión.
Anteriormente, varios estudios ya habían demostrado que hay cinco tipos de comunidades microbianas vaginales. El nuevo hallazgo indica, además, que estas pueden variar en cada mujer a lo largo del tiempo.
Gracias a este nuevo hallazgo, se podrá mejorar el diagnóstico de infecciones comunes, como la vaginosis bacteriana, y reducir el uso innecesario de antibióticos para restaurar la salud vaginal.
Es importante conocer las variaciones
Las conclusiones del trabajo están en desacuerdo con la comunidad ginecológica, que hasta ahora suponía que todas las mujeres respondían a los tratamientos de la misma manera.
Según los nuevos resultados, una muestra vaginal de una mujer no tiene en cuenta todo el conjunto de microbios presentes a lo largo del tiempo y, como consecuencia, no sirve por sí sola para indicar qué está causando los síntomas.
La investigación, liderada por Pawel Gajer, investigador de la Escuela de Medicina Universidad de Maryland (en Estados Unidos), consistió en un análisis de una duración de 16 semanas, del microbioma vaginal de 32 mujeres negras y blancas en edad reproductiva, para conocer la estabilidad de sus poblaciones bacterianas.
A partir de los resultados obtenidos, los investigadores señalan que la complejidad de la vagina humana hace que su microbioma “cambie en periodos cortos de tiempo, sea diferente de una mujer a otra y varíe en su respuesta a las relaciones sexuales”.
Estos resultados hacen pensar que el riesgo de infección y la contracción de enfermedades en una mujer pueden variar mucho a lo largo de los años.
Las conclusiones del trabajo están en desacuerdo con la comunidad ginecológica, que hasta ahora suponía que todas las mujeres respondían a los tratamientos de la misma manera.
Según los nuevos resultados, una muestra vaginal de una mujer no tiene en cuenta todo el conjunto de microbios presentes a lo largo del tiempo y, como consecuencia, no sirve por sí sola para indicar qué está causando los síntomas.
La investigación, liderada por Pawel Gajer, investigador de la Escuela de Medicina Universidad de Maryland (en Estados Unidos), consistió en un análisis de una duración de 16 semanas, del microbioma vaginal de 32 mujeres negras y blancas en edad reproductiva, para conocer la estabilidad de sus poblaciones bacterianas.
A partir de los resultados obtenidos, los investigadores señalan que la complejidad de la vagina humana hace que su microbioma “cambie en periodos cortos de tiempo, sea diferente de una mujer a otra y varíe en su respuesta a las relaciones sexuales”.
Estos resultados hacen pensar que el riesgo de infección y la contracción de enfermedades en una mujer pueden variar mucho a lo largo de los años.
Referencia bibliográfica:
Gajer, P.; Brotman, R.M.; Bai, G.; Sakamoto, J.; Schütte, U.M.E.; Zhong, X.; Koenig, S.S.K.; Fu, L.; Ma, Z.S.; Zhou, X.; Abdo, Z.; Forney, L.J.; Ravel. J. “Temporal dynamics of the human vaginal microbiota”. Science Translational Medicine 4 (132): 1-13, 2 de mayo de 2012.
Witkin, S.S.; Ledger, W.J. “Complexities of the uniquely human vagina”. Science Translational Medicine 4 (132): 1-4, 2 de mayo de 2012.
Gajer, P.; Brotman, R.M.; Bai, G.; Sakamoto, J.; Schütte, U.M.E.; Zhong, X.; Koenig, S.S.K.; Fu, L.; Ma, Z.S.; Zhou, X.; Abdo, Z.; Forney, L.J.; Ravel. J. “Temporal dynamics of the human vaginal microbiota”. Science Translational Medicine 4 (132): 1-13, 2 de mayo de 2012.
Witkin, S.S.; Ledger, W.J. “Complexities of the uniquely human vagina”. Science Translational Medicine 4 (132): 1-4, 2 de mayo de 2012.