Muestras de sangre. Fuente: AlphaGalileo.
Expertos del Instituto Nacional de Perinatología, en la ciudad de México, afirman que el plomo que se encuentra en el ambiente incide de manera negativa en los procesos de memoria de los adolescentes.
Según un estudio realizado, los adolescentes que acumularon mayor concentración de plomo en sangre cuando tenían entre uno y cinco años presentaron dificultades en tareas aplicadas con la memoria.
En palabras de la doctora Carmen Hernández Chávez, especialista de dicho Instituto, el problema podría ser detonante de futuras complicaciones relacionadas con la capacidad creativa de los jóvenes.
Falta de flexibilidad cognitiva
La doctora Hernández Chávez a la presente investigación con el análisis de una muestra de más de 91 sujetos. La mitad de los participantes estuvieron expuestos durante 10 años a factores ambientales donde predominaba la presencia de plomo. Esta muestra fue extraída del Estudio Prospectivo de Plomo de la Ciudad de México.
Los integrantes del estudio fueron evaluados continuamente a través de métricas neuropsicológicas, así como análisis de muestras sanguíneas que indicaban sus concentraciones de plomo en la sangre.
“A los adolescentes se les presentó una lista de 12 palabras en tres ensayos, después se les pidió repetir todas las palabras que pudieran recordar sin importar el orden, donde se observó una tendencia a repetir una misma respuesta”, señala Hernández Chávez en un comunicado publicado por AlphaGalileo.
Los resultados del estudio también mostraron que los chicos presentaban falta de flexibilidad cognitiva; es decir, tuvieron dificultad para introducir en el pensamiento cambios o uso de estrategias para la solución de una determinada tarea.
Finalmente, la investigadora indicó que la Norma Oficial Mexicana vigente podría estar subestimando las afectaciones a consecuencia del plomo, ya que establecen que el nivel “aceptado” es de cero a diez microgramos por decilitro de plomo en la sangre. Por lo que recomendó
revisar el reglamento para ajustar nuevamente los niveles de concentración de este metal en la sangre.
Según un estudio realizado, los adolescentes que acumularon mayor concentración de plomo en sangre cuando tenían entre uno y cinco años presentaron dificultades en tareas aplicadas con la memoria.
En palabras de la doctora Carmen Hernández Chávez, especialista de dicho Instituto, el problema podría ser detonante de futuras complicaciones relacionadas con la capacidad creativa de los jóvenes.
Falta de flexibilidad cognitiva
La doctora Hernández Chávez a la presente investigación con el análisis de una muestra de más de 91 sujetos. La mitad de los participantes estuvieron expuestos durante 10 años a factores ambientales donde predominaba la presencia de plomo. Esta muestra fue extraída del Estudio Prospectivo de Plomo de la Ciudad de México.
Los integrantes del estudio fueron evaluados continuamente a través de métricas neuropsicológicas, así como análisis de muestras sanguíneas que indicaban sus concentraciones de plomo en la sangre.
“A los adolescentes se les presentó una lista de 12 palabras en tres ensayos, después se les pidió repetir todas las palabras que pudieran recordar sin importar el orden, donde se observó una tendencia a repetir una misma respuesta”, señala Hernández Chávez en un comunicado publicado por AlphaGalileo.
Los resultados del estudio también mostraron que los chicos presentaban falta de flexibilidad cognitiva; es decir, tuvieron dificultad para introducir en el pensamiento cambios o uso de estrategias para la solución de una determinada tarea.
Finalmente, la investigadora indicó que la Norma Oficial Mexicana vigente podría estar subestimando las afectaciones a consecuencia del plomo, ya que establecen que el nivel “aceptado” es de cero a diez microgramos por decilitro de plomo en la sangre. Por lo que recomendó
revisar el reglamento para ajustar nuevamente los niveles de concentración de este metal en la sangre.
También aumenta la criminalidad
Este no es el primer estudio que relaciona el plomo con ciertas condiciones de los adolescentes. Ya en 2008, otra investigación, en este caso realizada por científicos de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, reveló que la exposición al plomo durante la gestación y la infancia afecta al comportamiento en la edad adulta, propiciando una mayor agresividad.
Este otro estudio, llevado a cabo durante treinta años con más de 300 individuos demostró que, a mayor grado de concentración de plomo en sangre durante la infancia, mayor proporción de arrestos criminales durante la edad adulta.
Y no solo eso, los análisis realizados constataron que el plomo en sangre puede producir una reducción de la materia gris del cerebro de hasta un 1%.
En términos generales, el plomo es un metal pesado que, durante muchos años, se usó para fabricar pinturas y tuberías; en la gasolina, y en otros muchos artículos, incluidos los juguetes infantiles.
Con el paso del tiempo, la utilización de este metal se ha ido evitando cada vez más porque es venenoso y potencialmente peligroso para la salud, pero aún se encuentra en algunas cerámicas, superficies o pinturas antiguas o muebles viejos. El desgaste de los objetos hace que el plomo que hay en ellos se desprenda y pueda extenderse.
Este no es el primer estudio que relaciona el plomo con ciertas condiciones de los adolescentes. Ya en 2008, otra investigación, en este caso realizada por científicos de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, reveló que la exposición al plomo durante la gestación y la infancia afecta al comportamiento en la edad adulta, propiciando una mayor agresividad.
Este otro estudio, llevado a cabo durante treinta años con más de 300 individuos demostró que, a mayor grado de concentración de plomo en sangre durante la infancia, mayor proporción de arrestos criminales durante la edad adulta.
Y no solo eso, los análisis realizados constataron que el plomo en sangre puede producir una reducción de la materia gris del cerebro de hasta un 1%.
En términos generales, el plomo es un metal pesado que, durante muchos años, se usó para fabricar pinturas y tuberías; en la gasolina, y en otros muchos artículos, incluidos los juguetes infantiles.
Con el paso del tiempo, la utilización de este metal se ha ido evitando cada vez más porque es venenoso y potencialmente peligroso para la salud, pero aún se encuentra en algunas cerámicas, superficies o pinturas antiguas o muebles viejos. El desgaste de los objetos hace que el plomo que hay en ellos se desprenda y pueda extenderse.