La empatía es la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otra persona puede sentir o pensar. Se trata de una habilidad cognitiva, emocional o afectiva, que permite a una persona ponerse en la situación emocional de otra persona.
Aunque la empatía forma parte de un conjunto de variables relacionadas con la sensibilidad que podemos sentir hacia los demás, poco sabemos de su origen, de cómo se ha ido conformando como una característica de la especie humana.
Se ha dicho que una décima parte del nivel de empatía es producto de la genética, tal como informamos en otro artículo, y también que es una habilidad más mental que sensorial. Generalmente se ha asociado como una habilidad desarrollada como consecuencia de la cooperación que practicamos desde que se formaron los primeros grupos humanos.
Según esta teoría, la capacidad de percibir las emociones y las intenciones de otras personas nos preparó para satisfacer las necesidades de los otros miembros del grupo y para desarrollar relaciones sociales complejas.
Simulaciones cognitivas
Sin embargo, una nueva investigación del Instituto Max Planck (Alemania) y del Instituto Santa Fe (California) describe la empatía como el resultado de simulaciones cognitivas que no están orientadas necesariamente a la cooperación con otros individuos.
Según esta investigación, que obliga a repensar la historia evolutiva de la empatía, esta habilidad es reflejo del comportamiento de las neuronas espejo: se activan no sólo cuando el individuo realiza acciones motoras dirigidas a un objetivo (como tomar una manzana), sino también cuando la persona observa cómo alguien de su grupo realiza la misma acción.
Los investigadores han llegado a esta conclusión a través de un modelo que explica desde otra perspectiva los orígenes evolutivos de la empatía y de otros fenómenos relacionados, como el contagio emocional o el bostezo contagioso.
El modelo sugiere que el origen de una amplia gama de respuestas empáticas se encuentra en la simulación cognitiva, que nos permite desarrollar habilidades sociales debido a nuestra capacidad de percibir los pensamientos y las intenciones de los demás, gracias a las neuronas espejo.
Los protagonistas de esta investigación, Fabrizio Mafessoni y Michael Lachmann, plantean que los animales, incluidos los humanos, pueden participar en el acto de simular las mentes de los demás y que es en esta habilidad donde debemos situar el origen de la empatía.
“No podemos leer otras mentes, son como cajas negras para nosotros. Pero todos los individuos comparten "cajas negras" casi idénticas con otros miembros de su especie, y están ejecutando constantemente simulaciones de lo que otras mentes están haciendo", señala Lachmann en un comunicado. Esta simulación no está necesariamente orientada hacia la cooperación: es solo algo que humanos y animales hacen espontáneamente.
Aunque la empatía forma parte de un conjunto de variables relacionadas con la sensibilidad que podemos sentir hacia los demás, poco sabemos de su origen, de cómo se ha ido conformando como una característica de la especie humana.
Se ha dicho que una décima parte del nivel de empatía es producto de la genética, tal como informamos en otro artículo, y también que es una habilidad más mental que sensorial. Generalmente se ha asociado como una habilidad desarrollada como consecuencia de la cooperación que practicamos desde que se formaron los primeros grupos humanos.
Según esta teoría, la capacidad de percibir las emociones y las intenciones de otras personas nos preparó para satisfacer las necesidades de los otros miembros del grupo y para desarrollar relaciones sociales complejas.
Simulaciones cognitivas
Sin embargo, una nueva investigación del Instituto Max Planck (Alemania) y del Instituto Santa Fe (California) describe la empatía como el resultado de simulaciones cognitivas que no están orientadas necesariamente a la cooperación con otros individuos.
Según esta investigación, que obliga a repensar la historia evolutiva de la empatía, esta habilidad es reflejo del comportamiento de las neuronas espejo: se activan no sólo cuando el individuo realiza acciones motoras dirigidas a un objetivo (como tomar una manzana), sino también cuando la persona observa cómo alguien de su grupo realiza la misma acción.
Los investigadores han llegado a esta conclusión a través de un modelo que explica desde otra perspectiva los orígenes evolutivos de la empatía y de otros fenómenos relacionados, como el contagio emocional o el bostezo contagioso.
El modelo sugiere que el origen de una amplia gama de respuestas empáticas se encuentra en la simulación cognitiva, que nos permite desarrollar habilidades sociales debido a nuestra capacidad de percibir los pensamientos y las intenciones de los demás, gracias a las neuronas espejo.
Los protagonistas de esta investigación, Fabrizio Mafessoni y Michael Lachmann, plantean que los animales, incluidos los humanos, pueden participar en el acto de simular las mentes de los demás y que es en esta habilidad donde debemos situar el origen de la empatía.
“No podemos leer otras mentes, son como cajas negras para nosotros. Pero todos los individuos comparten "cajas negras" casi idénticas con otros miembros de su especie, y están ejecutando constantemente simulaciones de lo que otras mentes están haciendo", señala Lachmann en un comunicado. Esta simulación no está necesariamente orientada hacia la cooperación: es solo algo que humanos y animales hacen espontáneamente.
Neuronas espejo y empatía
Mafessoni y Lachmann basaron su modelo en incorporar la reacción de las neuronas espejo en los procesos empáticos. Descubrieron que las personas que imitan pensamientos y actitudes de otras personas lo hacen con finalidad de reforzar la cooperación y el parentesco.
Pero el modelo arrojó un nuevo término a la ecuación: que una persona incluso puede imitar los pensamientos y actitudes de otra sin necesidad de estar pensando en la cooperación o en el parentesco. Incluso realiza simulación cognitiva cuando esa imitación no aporta ninguna ventaja para el sujeto.
En consecuencia, su modelo sugiere que los sistemas de empatía no evolucionan únicamente porque las personas están dispuestas a cooperar o por parentesco. También evolucionan porque los animales simulan a otros para visualizar sus acciones.
Según Mafessoni, "el origen mismo de la empatía puede estar en la necesidad de comprender a otros individuos".
Para Lachmann, este hallazgo "cambia por completo la forma en que pensamos sobre los seres humanos y los animales", y tiene importancia teórica para una amplia gama de campos, incluida la psicología cognitiva, la antropología, la neurociencia, los sistemas complejos y la biología evolutiva.
Mafessoni y Lachmann basaron su modelo en incorporar la reacción de las neuronas espejo en los procesos empáticos. Descubrieron que las personas que imitan pensamientos y actitudes de otras personas lo hacen con finalidad de reforzar la cooperación y el parentesco.
Pero el modelo arrojó un nuevo término a la ecuación: que una persona incluso puede imitar los pensamientos y actitudes de otra sin necesidad de estar pensando en la cooperación o en el parentesco. Incluso realiza simulación cognitiva cuando esa imitación no aporta ninguna ventaja para el sujeto.
En consecuencia, su modelo sugiere que los sistemas de empatía no evolucionan únicamente porque las personas están dispuestas a cooperar o por parentesco. También evolucionan porque los animales simulan a otros para visualizar sus acciones.
Según Mafessoni, "el origen mismo de la empatía puede estar en la necesidad de comprender a otros individuos".
Para Lachmann, este hallazgo "cambia por completo la forma en que pensamos sobre los seres humanos y los animales", y tiene importancia teórica para una amplia gama de campos, incluida la psicología cognitiva, la antropología, la neurociencia, los sistemas complejos y la biología evolutiva.
Referencia
The complexity of understanding others as the evolutionary origin of empathy and emotional contagion. Fabrizio Mafessoni, Michael Lachmann. Scientific Reports, volume 9, Article number: 5794 (2019). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-019-41835-5
The complexity of understanding others as the evolutionary origin of empathy and emotional contagion. Fabrizio Mafessoni, Michael Lachmann. Scientific Reports, volume 9, Article number: 5794 (2019). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-019-41835-5