Imagen del cerebro de un escáner de resonancia magnética funcional durante pruebas del papel de la corteza frontal en la visión. Fuente: GA Tech.
Dobromir Rahnev, psicólogo del Instituto de Tecnología de Georgia (GA Tech, EE.UU.), conduce un equipo de investigación que ha hecho nuevos descubrimientos sobre cómo organiza el cerebro la percepción visual, incluyendo la forma en que ignora cosas que están claramente a la vista.
Rahnev e investigadores de la Universidad de California en Berkeley han elaborado un mapa aproximado de la función de la corteza frontal en el control de la visión. Han publicado sus hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La corteza frontal se ve a menudo como nuestro "gorra pensante", la parte del cerebro que los científicos asocian con el pensamiento y la toma de decisiones. Pero no se la relaciona habitualmente con la visión. "Algunas personas creen que la corteza frontal no participa", dice Rahnev, profesor asistente en la Escuela de Psicología, en la nota de prensa de GA Tech. La nueva investigación se suma a la evidencia previa de que sí, explica.
Que no se asocie la visión con esa parte del cerebro puede tener que ver con el hecho de que es en otras partes donde se transforma la información procedente de los ojos y otras las que extraen un sentido de la misma haciendo cosas como identificar objetos.
Pero la gorra de pensamiento del cerebro controla y supervisa todo este proceso, por lo que es tan esencial para la forma en que vemos como esas otras áreas, dice Rahnev. Su funcionamiento también explica por qué a veces nos perdemos cosas que hay justo en frente de nosotros.
No es una cámara
"Creemos que nuestra visión es como una cámara, pero eso es totalmente equivocado", dice Rahnev. "Nuestros cerebros no están sólo viendo, están construyendo activamente la escena visual y tomando decisiones al respecto." A veces la corteza frontal no espera ver algo, así que aunque está a la vista, lo borra de la conciencia.
Para probar la implicación de la corteza fontal en la visión, los investigadores realizaron un experimento de dos partes.
En primer lugar, observaron qué regiones del cerebro -en particular, la corteza frontal- se iluminaban con la actividad mientras que voluntarios sanos completaban tareas visuales que corresponden a tres etapas básicas de la percepción visual consciente.
En segundo lugar, inhibieron esas mismas regiones usando la estimulación magnética para confirmar su participación en cada etapa visual.
Rahnev e investigadores de la Universidad de California en Berkeley han elaborado un mapa aproximado de la función de la corteza frontal en el control de la visión. Han publicado sus hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La corteza frontal se ve a menudo como nuestro "gorra pensante", la parte del cerebro que los científicos asocian con el pensamiento y la toma de decisiones. Pero no se la relaciona habitualmente con la visión. "Algunas personas creen que la corteza frontal no participa", dice Rahnev, profesor asistente en la Escuela de Psicología, en la nota de prensa de GA Tech. La nueva investigación se suma a la evidencia previa de que sí, explica.
Que no se asocie la visión con esa parte del cerebro puede tener que ver con el hecho de que es en otras partes donde se transforma la información procedente de los ojos y otras las que extraen un sentido de la misma haciendo cosas como identificar objetos.
Pero la gorra de pensamiento del cerebro controla y supervisa todo este proceso, por lo que es tan esencial para la forma en que vemos como esas otras áreas, dice Rahnev. Su funcionamiento también explica por qué a veces nos perdemos cosas que hay justo en frente de nosotros.
No es una cámara
"Creemos que nuestra visión es como una cámara, pero eso es totalmente equivocado", dice Rahnev. "Nuestros cerebros no están sólo viendo, están construyendo activamente la escena visual y tomando decisiones al respecto." A veces la corteza frontal no espera ver algo, así que aunque está a la vista, lo borra de la conciencia.
Para probar la implicación de la corteza fontal en la visión, los investigadores realizaron un experimento de dos partes.
En primer lugar, observaron qué regiones del cerebro -en particular, la corteza frontal- se iluminaban con la actividad mientras que voluntarios sanos completaban tareas visuales que corresponden a tres etapas básicas de la percepción visual consciente.
En segundo lugar, inhibieron esas mismas regiones usando la estimulación magnética para confirmar su participación en cada etapa visual.
Creer es parte de la visión
La primera etapa de la percepción visual que probaron los investigadores fue la selección: cuando el cerebro escoge una parte de la amplia gama de estímulos visuales disponibles a la que prestar atención realmente.
La segunda etapa es la combinación, dice. El cerebro combina la información visual procesada con otro material, por ejemplo lo que preveía que iba a suceder.
Luego viene la evaluación, la toma de decisiones. Si en el proceso ha eliminado un elemento importante porque no preveía que fuera a estar ahí, la decisión puede salir mal.
"La corteza frontal envía una señal para mover la atención sobre el objeto seleccionado", dice Rahnev. "Hace parte de la combinación, y es probable que sea el primer evaluador de lo que usted piensa que vio."
En los experimentos, durante una exploración de resonancia magnética funcional, diferentes partes de la corteza frontal de los participantes se iluminaron, correspondientes a cada función de la visión.
La parte posterior de la corteza frontal se activaba durante la selección; su sección media lo hacía durante la combinación, y la parte delantera o anterior, durante la evaluación.
Esa es la forma en que los investigadores llegaron a una especie de mapa de la visión de la corteza frontal. "Es un mapa rudimentario", reconoce Rahnev. "Uno muy simple que sólo dice: "Esta es la parte de atrás. Esta la del medio. Esta es la parte delantera."
La demostración de que el mapa es así vino de la utilización de la estimulación magnética. Cuando los investigadores la usaron para inhibir la parte trasera y media de la corteza frontal separadamente, los sujetos se volvieron menos capaces de completar las funciones correspondientes de selección y combinación.
Cuando estimularon la parte delantera, ocurrió lo contrario. Los sujetos fueron, ligeramente, pero significativamente, más capaces de evaluar la exactitud de lo que piensan que vieron.
"Esta es una demostración muy clara de la función de la corteza frontal, que generalmente se ha considerado el asiento del pensamiento, en el control de la visión."
Rahnev explica también que acumular demasiada información satura el sistema y produce las distracciones, como en un accidente de tráfico.
La primera etapa de la percepción visual que probaron los investigadores fue la selección: cuando el cerebro escoge una parte de la amplia gama de estímulos visuales disponibles a la que prestar atención realmente.
La segunda etapa es la combinación, dice. El cerebro combina la información visual procesada con otro material, por ejemplo lo que preveía que iba a suceder.
Luego viene la evaluación, la toma de decisiones. Si en el proceso ha eliminado un elemento importante porque no preveía que fuera a estar ahí, la decisión puede salir mal.
"La corteza frontal envía una señal para mover la atención sobre el objeto seleccionado", dice Rahnev. "Hace parte de la combinación, y es probable que sea el primer evaluador de lo que usted piensa que vio."
En los experimentos, durante una exploración de resonancia magnética funcional, diferentes partes de la corteza frontal de los participantes se iluminaron, correspondientes a cada función de la visión.
La parte posterior de la corteza frontal se activaba durante la selección; su sección media lo hacía durante la combinación, y la parte delantera o anterior, durante la evaluación.
Esa es la forma en que los investigadores llegaron a una especie de mapa de la visión de la corteza frontal. "Es un mapa rudimentario", reconoce Rahnev. "Uno muy simple que sólo dice: "Esta es la parte de atrás. Esta la del medio. Esta es la parte delantera."
La demostración de que el mapa es así vino de la utilización de la estimulación magnética. Cuando los investigadores la usaron para inhibir la parte trasera y media de la corteza frontal separadamente, los sujetos se volvieron menos capaces de completar las funciones correspondientes de selección y combinación.
Cuando estimularon la parte delantera, ocurrió lo contrario. Los sujetos fueron, ligeramente, pero significativamente, más capaces de evaluar la exactitud de lo que piensan que vieron.
"Esta es una demostración muy clara de la función de la corteza frontal, que generalmente se ha considerado el asiento del pensamiento, en el control de la visión."
Rahnev explica también que acumular demasiada información satura el sistema y produce las distracciones, como en un accidente de tráfico.
Referencia bibliográfica:
Dobromir Rahnev, Derek Evan Nee, Justin Riddle, Alina Sue Larson, Mark D’Esposito: Causal evidence for frontal cortex organization for perceptual decision making. Proceedings of the National Academy of Sciences (2016). DOI: 10.1073/pnas.1522551113.
Dobromir Rahnev, Derek Evan Nee, Justin Riddle, Alina Sue Larson, Mark D’Esposito: Causal evidence for frontal cortex organization for perceptual decision making. Proceedings of the National Academy of Sciences (2016). DOI: 10.1073/pnas.1522551113.