Niebla tóxica en Taipei (Taiwan). Imagen: Johntarantino1. Fuente: Wikipedia.
Ya no hay duda. Respirar aire contaminado produce, al menos potencialmente, cáncer. Así lo ha hizo público ayer la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo especializado de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Después de una revisión de la literatura científica más reciente, los principales expertos del mundo –convocados por el programa de monografías de la IARC– concluyeron que existen pruebas suficientes de que la exposición a la contaminación del aire causa cáncer de pulmón.
Los investigadores también observaron, informa SINC, una asociación positiva con un mayor riesgo de cáncer de vejiga. De la misma forma, el material particulado o partículas en suspensión –un componente importante de la contaminación del aire– se evaluó por separado y fue clasificado igualmente como carcinógeno para los humanos.
Los resultados, que saldrán publicados el próximo 24 de octubre en la revista The Lancet Oncology, se basan en la revisión independiente de más de 1.000 artículos científicos que incluyen muestras de millones de personas realizados en los cinco continentes.
"Clasificar la contaminación del aire como cancerígena para los seres humanos es un paso importante", subraya Christopher Wild, director de la IARC. "Hay maneras eficaces de reducir la contaminación del aire y, dada la magnitud de la exposición global, este informe debería enviar un mensaje contundente a la comunidad internacional para tomar medidas sin más retraso".
La evaluación de los científicos reclutados por la IARC revela una relación directa entre cáncer y contaminación, es decir, que a mayor exposición a partículas y contaminación atmosférica, mayor riesgo de cáncer de pulmón.
El informe presentado hoy, que sitúa al aire contaminado en el grupo 1 (carcinógeno para el ser humano) de la escala estándar de la IARC, deja claro que aunque la composición de la contaminación del aire y los niveles de exposición puede variar enormemente de un lugar a otro, estas conclusiones pueden aplicarse a todas las regiones del mundo.
Después de una revisión de la literatura científica más reciente, los principales expertos del mundo –convocados por el programa de monografías de la IARC– concluyeron que existen pruebas suficientes de que la exposición a la contaminación del aire causa cáncer de pulmón.
Los investigadores también observaron, informa SINC, una asociación positiva con un mayor riesgo de cáncer de vejiga. De la misma forma, el material particulado o partículas en suspensión –un componente importante de la contaminación del aire– se evaluó por separado y fue clasificado igualmente como carcinógeno para los humanos.
Los resultados, que saldrán publicados el próximo 24 de octubre en la revista The Lancet Oncology, se basan en la revisión independiente de más de 1.000 artículos científicos que incluyen muestras de millones de personas realizados en los cinco continentes.
"Clasificar la contaminación del aire como cancerígena para los seres humanos es un paso importante", subraya Christopher Wild, director de la IARC. "Hay maneras eficaces de reducir la contaminación del aire y, dada la magnitud de la exposición global, este informe debería enviar un mensaje contundente a la comunidad internacional para tomar medidas sin más retraso".
La evaluación de los científicos reclutados por la IARC revela una relación directa entre cáncer y contaminación, es decir, que a mayor exposición a partículas y contaminación atmosférica, mayor riesgo de cáncer de pulmón.
El informe presentado hoy, que sitúa al aire contaminado en el grupo 1 (carcinógeno para el ser humano) de la escala estándar de la IARC, deja claro que aunque la composición de la contaminación del aire y los niveles de exposición puede variar enormemente de un lugar a otro, estas conclusiones pueden aplicarse a todas las regiones del mundo.
Un importante problema de salud
"El aire que respiramos se ha contaminado con una mezcla de sustancias que causan cáncer", subraya Kurt Straif, director de la sección de Monografías de la IARC. "Ahora sabemos que la contaminación del aire no solo es un riesgo importante para la salud en general, sino que también es una de las principales causas de muerte por cáncer debido a una causa ambiental”.
No es nuevo que la contaminación del aire aumenta el riesgo de diversas enfermedades respiratorias y del corazón. Además, los estudios indican que en los últimos años los niveles de exposición han aumentado significativamente en algunas partes del mundo, sobre todo en países de rápida industrialización con grandes poblaciones.
Los datos más recientes, publicados por la propia IARC, indican que solo en 2010, 223.000 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo se debieron a la contaminación del aire.
Las principales fuentes de contaminación del aire son el transporte, la generación de energía estacionaria, las emisiones industriales y agrícolas, y las que se desprenden de la calefacción y la cocina. Por supuesto, también existen fuentes naturales para algunos contaminantes del aire.
"El aire que respiramos se ha contaminado con una mezcla de sustancias que causan cáncer", subraya Kurt Straif, director de la sección de Monografías de la IARC. "Ahora sabemos que la contaminación del aire no solo es un riesgo importante para la salud en general, sino que también es una de las principales causas de muerte por cáncer debido a una causa ambiental”.
No es nuevo que la contaminación del aire aumenta el riesgo de diversas enfermedades respiratorias y del corazón. Además, los estudios indican que en los últimos años los niveles de exposición han aumentado significativamente en algunas partes del mundo, sobre todo en países de rápida industrialización con grandes poblaciones.
Los datos más recientes, publicados por la propia IARC, indican que solo en 2010, 223.000 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo se debieron a la contaminación del aire.
Las principales fuentes de contaminación del aire son el transporte, la generación de energía estacionaria, las emisiones industriales y agrícolas, y las que se desprenden de la calefacción y la cocina. Por supuesto, también existen fuentes naturales para algunos contaminantes del aire.