Recientemente, la medicina ha podido establecer que no todos los pacientes que han sufrido lesiones cerebrales severas se encuentran en estado vegetativo, sino en un estado que han llamado “disociación motora cognitiva ” que les permite manifestar algunos síntomas de consciencia.
En los casos de disociación motora cognitiva (CMD), se produce actividad cerebral cuando a un paciente se le pide que imagine, por ejemplo, que está jugando al tenis. Esta reacción cerebral no se da en pacientes en estado vegetativo, pero a pesar de esta crucial diferencia, los pacientes con CMD a menudo se diagnostican en estado vegetativo, sin ninguna función motora ni cognitiva.
Establecer la diferencia entre un paciente realmente en estado vegetativo de otro que sólo padezca CMD es importante porque, tal como explica Mackenzie Graham, investigador de la Universidad de Oxford, en un artículo publicado en Nautilus, si el 32% de los pacientes que sufre lesiones cerebrales graves muere en el hospital, el 70% son desconectados de los tratamientos que les mantienen con vida sin un diagnóstico sobre su estado real de consciencia.
Añade que alrededor de uno de cada cinco pacientes con estado de consciencia mínimo no están realmente en estado vegetativo, pero que se les trata como tales al no tener sistemas apropiados para establecer la diferencia y poder decidir si es conveniente desconectarlo o mantenerlo con vida a la espera de una eventual reacción consciente.
Primero con IRMf
Gracias a una investigación desarrollada en 2006 por Adrian Owen, de la Universidad Western Ontario (Canadá), se demostró que era posible determinar el estado de consciencia de una persona en aparente estado vegetativo a través de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento clínico que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales activas al ejecutar una tarea.
Owen lo averiguó porque pidió a pacientes en estado vegetativo que imaginaran una tarea compleja, como jugar el tenis: el 20 por ciento de ellos mostraron actividad en las regiones de cerebro asociadas a este deporte, como la capacidad de predecir el movimiento del contrario. La actividad cerebral mostrada por estos pacientes era igual a la de una persona saludable. En realidad, no estaban en estado vegetativo, sino que padecían CMD.
Graham explica al respecto que muchos hospitales medianos no tienen máquinas de IRMf porque cuestan alrededor de dos millones de dólares, por lo que con frecuencia no se establece un diagnóstico riguroso sobre el verdadero estado de la consciencia de un paciente vegetativo.
El EEG, más sencillo y económico
Una nueva investigación del Weill Cornell Medicine, la unidad de investigación biomédica y escuela de Medicina de la Universidad de Cornell en Nueva York, ha descubierto ahora que es posible establecer un diagnóstico certero para determinar si un paciente está realmente en estado vegetativo o padece solamente lo que se llama “disociación motora cognitiva”, sin necesidad de IRMf. Los resultados se publican en Current Biology.
La nueva investigación permite detectar el verdadero estado de consciencia de un paciente considerado vegetativo mediante el recurso a la palabra y la reacción cerebral que desencadena un relato en estos pacientes, una reacción que se puede medir a través del electroencefalograma (EEG).
Este sistema es más sencillo y barato que el IRMf, ya que solo necesita sensores aplicados al cráneo para medir la actividad eléctrica del cerebro. Facilita por tanto un diagnóstico ágil y certero del estado real de consciencia de un paciente vegetativo.
La investigación ha partido de la base de que el sentido del oído es uno de los que mejor se conservan cuando un organismo entra en estado vegetativo. También se ha basado en estudios anteriores, según los cuales el cerebro reacciona a la intensidad de los sonidos del entorno. Esa reacción se puede medir mediante EEG.
Estudios anteriores han demostrado asimismo que las historias personales relatadas por los seres queridos aumentan la probabilidad de obtener respuestas sólidas y fiables en pacientes con lesiones cerebrales.
En los casos de disociación motora cognitiva (CMD), se produce actividad cerebral cuando a un paciente se le pide que imagine, por ejemplo, que está jugando al tenis. Esta reacción cerebral no se da en pacientes en estado vegetativo, pero a pesar de esta crucial diferencia, los pacientes con CMD a menudo se diagnostican en estado vegetativo, sin ninguna función motora ni cognitiva.
Establecer la diferencia entre un paciente realmente en estado vegetativo de otro que sólo padezca CMD es importante porque, tal como explica Mackenzie Graham, investigador de la Universidad de Oxford, en un artículo publicado en Nautilus, si el 32% de los pacientes que sufre lesiones cerebrales graves muere en el hospital, el 70% son desconectados de los tratamientos que les mantienen con vida sin un diagnóstico sobre su estado real de consciencia.
Añade que alrededor de uno de cada cinco pacientes con estado de consciencia mínimo no están realmente en estado vegetativo, pero que se les trata como tales al no tener sistemas apropiados para establecer la diferencia y poder decidir si es conveniente desconectarlo o mantenerlo con vida a la espera de una eventual reacción consciente.
Primero con IRMf
Gracias a una investigación desarrollada en 2006 por Adrian Owen, de la Universidad Western Ontario (Canadá), se demostró que era posible determinar el estado de consciencia de una persona en aparente estado vegetativo a través de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento clínico que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales activas al ejecutar una tarea.
Owen lo averiguó porque pidió a pacientes en estado vegetativo que imaginaran una tarea compleja, como jugar el tenis: el 20 por ciento de ellos mostraron actividad en las regiones de cerebro asociadas a este deporte, como la capacidad de predecir el movimiento del contrario. La actividad cerebral mostrada por estos pacientes era igual a la de una persona saludable. En realidad, no estaban en estado vegetativo, sino que padecían CMD.
Graham explica al respecto que muchos hospitales medianos no tienen máquinas de IRMf porque cuestan alrededor de dos millones de dólares, por lo que con frecuencia no se establece un diagnóstico riguroso sobre el verdadero estado de la consciencia de un paciente vegetativo.
El EEG, más sencillo y económico
Una nueva investigación del Weill Cornell Medicine, la unidad de investigación biomédica y escuela de Medicina de la Universidad de Cornell en Nueva York, ha descubierto ahora que es posible establecer un diagnóstico certero para determinar si un paciente está realmente en estado vegetativo o padece solamente lo que se llama “disociación motora cognitiva”, sin necesidad de IRMf. Los resultados se publican en Current Biology.
La nueva investigación permite detectar el verdadero estado de consciencia de un paciente considerado vegetativo mediante el recurso a la palabra y la reacción cerebral que desencadena un relato en estos pacientes, una reacción que se puede medir a través del electroencefalograma (EEG).
Este sistema es más sencillo y barato que el IRMf, ya que solo necesita sensores aplicados al cráneo para medir la actividad eléctrica del cerebro. Facilita por tanto un diagnóstico ágil y certero del estado real de consciencia de un paciente vegetativo.
La investigación ha partido de la base de que el sentido del oído es uno de los que mejor se conservan cuando un organismo entra en estado vegetativo. También se ha basado en estudios anteriores, según los cuales el cerebro reacciona a la intensidad de los sonidos del entorno. Esa reacción se puede medir mediante EEG.
Estudios anteriores han demostrado asimismo que las historias personales relatadas por los seres queridos aumentan la probabilidad de obtener respuestas sólidas y fiables en pacientes con lesiones cerebrales.
Coincidencia sorprendente
La nueva investigación ha tenido en cuenta todos estos factores y contó con la participación de 13 personas sanas, que servían de control, así como con 21 pacientes con lesiones cerebrales cuyas condiciones iban de consciencia mínima hasta vegetativa.
A todos ellos se les leyeron diferentes textos, al mismo tiempo que su actividad cerebral era registrada mediante EEG. Con posterioridad, midieron también la capacidad de los pacientes en estado vegetativo para visualizar tareas complejas a través de una máquina IRMf.
Observaron una coincidencia sorprendente: los pacientes vegetativos que mostraban un EEG similar al de una persona sana al escuchar los relatos, podían visualizar tareas complejas durante la prueba IRMf. Y a la inversa: los que tenían peor resultado EEG, no mostraban actividad en la IRMf.
De esta forma, los investigadores pudieron demostrar que no es necesario recurrir a la IRMf para conocer el grado de consciencia de una persona en estado vegetativo, sino que el EEG permite detectar si un paciente en realidad está con CMD y puede percibir por tanto lo que pasa y se dice en su entorno, aunque no pueda reaccionar físicamente.
"Este enfoque puede ser un método más eficaz y efectivo para identificar inicialmente a pacientes con lesiones cerebrales graves que están muy conscientes, pero que no pueden responder, una condición llamada disociación motora cognitiva", explica el autor principal, Nicholas D. Schiff, en un comunicado.
Y añade: "Se necesitan estudios futuros para validar nuestros resultados. Sin embargo, nuestros hallazgos enfatizan la urgencia de examinar a todos los pacientes con lesiones cerebrales graves e identificar a aquellos que pueden beneficiarse de intervenciones como las interfaces auditivas cerebro-ordenador, para mejorar su capacidad de comunicarse con el mundo exterior".
La nueva investigación ha tenido en cuenta todos estos factores y contó con la participación de 13 personas sanas, que servían de control, así como con 21 pacientes con lesiones cerebrales cuyas condiciones iban de consciencia mínima hasta vegetativa.
A todos ellos se les leyeron diferentes textos, al mismo tiempo que su actividad cerebral era registrada mediante EEG. Con posterioridad, midieron también la capacidad de los pacientes en estado vegetativo para visualizar tareas complejas a través de una máquina IRMf.
Observaron una coincidencia sorprendente: los pacientes vegetativos que mostraban un EEG similar al de una persona sana al escuchar los relatos, podían visualizar tareas complejas durante la prueba IRMf. Y a la inversa: los que tenían peor resultado EEG, no mostraban actividad en la IRMf.
De esta forma, los investigadores pudieron demostrar que no es necesario recurrir a la IRMf para conocer el grado de consciencia de una persona en estado vegetativo, sino que el EEG permite detectar si un paciente en realidad está con CMD y puede percibir por tanto lo que pasa y se dice en su entorno, aunque no pueda reaccionar físicamente.
"Este enfoque puede ser un método más eficaz y efectivo para identificar inicialmente a pacientes con lesiones cerebrales graves que están muy conscientes, pero que no pueden responder, una condición llamada disociación motora cognitiva", explica el autor principal, Nicholas D. Schiff, en un comunicado.
Y añade: "Se necesitan estudios futuros para validar nuestros resultados. Sin embargo, nuestros hallazgos enfatizan la urgencia de examinar a todos los pacientes con lesiones cerebrales graves e identificar a aquellos que pueden beneficiarse de intervenciones como las interfaces auditivas cerebro-ordenador, para mejorar su capacidad de comunicarse con el mundo exterior".
Referencia
Cortical Response to the Natural Speech Envelope Correlates with Neuroimaging Evidence of Cognition in Severe Brain Injury. Chananel Braiman et al. Current Biology. November 21, 2018. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cub.2018.10.057
Cortical Response to the Natural Speech Envelope Correlates with Neuroimaging Evidence of Cognition in Severe Brain Injury. Chananel Braiman et al. Current Biology. November 21, 2018. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cub.2018.10.057