Ilustración del Quantum Mind 2003
El mes pasado tuvo lugar en Tucson, Arizona, el esperado Quantum Mind 2003, nuevo intento de la comunidad científica para avanzar en la comprensión de la conciencia y en su eventual explicación como una manifestación más de los procesos cuánticos de la materia.
Prolongación del “Quantum Mind" celebrado en la ciudad montañosa de Flagstaff en 1999, esta edición pretendía actualizar los conocimientos alcanzados desde entonces y responder a las cuestiones de si la información cuántica puede ser la llave para la comprensión del conocimiento humano y si la conciencia humana puede impulsar la tecnología de la información cuántica.
El congreso reunió, si no a todos, por lo menos a un buen número de investigadores que pretenden explicar la conciencia en términos cuánticos, destacando entre ellos Karl Pribram, el neurólogo de Stanford, y Roger Penrose.
También destacan entre los participantes Paul Benioff, Henry Stapp, Guenter Mahler, Mae Wan Ho, Paavo Pylkkanen, Harald Walach, Jiri Wackerman, Jack Tuszynski, Dick Bierman, Koichiro Matsuno, Stuart Hameroff, Nancy Woolf, Scott Hagan, Paola Zizzi, Alexander Wendt, Jeffrey Satinover, Roeland van Wijk, Guenter Albrecht-Buehler, Ken Augustyn, Sisir Roy, Menas Kafatos, Hartmann Roemer, E. Roy John, Gerald Pollack y Carlo Trugenberger.
Conciencia cuántica
El concepto de conciencia cuántica fue popularizado en los años noventa del siglo pasado por Penrose en su emblemático libro La nueva mente del emperador. Penrose, junto a Stuart Hameroff, ha explicado reiteradamente su visión de la conciencia. La teoría está recogida, más recientemente, en el artículo Orchestrated Objective Reduction of Quantum Coherence in Brain Microtubules: The "Orch OR" Model for Consciousness.
El congreso de Arizona se centró en varias áreas temáticas como los modelos cuánticos de la conciencia, la ciencia de la información cuántica, coherencia, decoherencia y corrección de errores, dinámicas de las proteínas, física y percepción del tiempo, teorías cuánticas del espíritu y las ciencias sociales, así como la memoria asociativa cuántica. Un resumen de todas las ponencias puede consultarse en las actas.
Persiste el misterio
El congreso puso de manifiesto, una vez más, que la naturaleza del conocimiento humano y su significado en el universo continúan siendo un misterio.
La teoría cuántica de la conciencia no goza de unanimidad en la comunidad científica, ya que más bien es minoritaria. La interpretación clásica de la conciencia la describe únicamente como una función más de la actividad neuronal, pero no llega a explicar tampoco algunos de sus enigmas.
Por su parte, los procesos cuánticos como la superposición de estados, la no localización, el enredo de las partículas, aunque siguen resultando inexplicables, están siendo aplicados en tecnologías como la computación y la criptografía cuánticas, e inspiran también el nuevo paradigma de la así llamada visión cuántica de la conciencia.
El congreso puso de manifiesto, sin embargo, a partir de recientes experimentos, que la conciencia se comporta como las partículas cuánticas, al igual que algunas de las funciones de la biología molecular son a todas luces procesos cuánticos.
Debate abierto
Estos descubrimientos sugieren además que la cosmología emula también a la naturaleza cuántica, al igual que los procesos evolutivos de la naturaleza e incluso las interacciones sociales adoptan en ocasiones comportamientos similares a los de las partículas subatómicas.
Los críticos consideran, sin embargo, que el cerebro no puede realizar computación cuántica porque carece del frío extremo que caracteriza el reino subatómico y descalifican la teoría de la conciencia cuántica al considerarla una forma de minimizar su propio misterio.
El Quantum Mind 2003 ha venido a señalar que el debate sigue abierto y que la teoría que considera que el mundo cotidiano, incluido el fenómeno de la conciencia, está situado en la frontera del universo cuántico, se consolida a medida que nuevos descubrimientos desvelan una especie de uniformidad de comportamientos entre el mundo real y el mundo de las partículas elementales.
Temas relacionados:
La conciencia será artificial
El conocimiento, ¿es una onda?
Prolongación del “Quantum Mind" celebrado en la ciudad montañosa de Flagstaff en 1999, esta edición pretendía actualizar los conocimientos alcanzados desde entonces y responder a las cuestiones de si la información cuántica puede ser la llave para la comprensión del conocimiento humano y si la conciencia humana puede impulsar la tecnología de la información cuántica.
El congreso reunió, si no a todos, por lo menos a un buen número de investigadores que pretenden explicar la conciencia en términos cuánticos, destacando entre ellos Karl Pribram, el neurólogo de Stanford, y Roger Penrose.
También destacan entre los participantes Paul Benioff, Henry Stapp, Guenter Mahler, Mae Wan Ho, Paavo Pylkkanen, Harald Walach, Jiri Wackerman, Jack Tuszynski, Dick Bierman, Koichiro Matsuno, Stuart Hameroff, Nancy Woolf, Scott Hagan, Paola Zizzi, Alexander Wendt, Jeffrey Satinover, Roeland van Wijk, Guenter Albrecht-Buehler, Ken Augustyn, Sisir Roy, Menas Kafatos, Hartmann Roemer, E. Roy John, Gerald Pollack y Carlo Trugenberger.
Conciencia cuántica
El concepto de conciencia cuántica fue popularizado en los años noventa del siglo pasado por Penrose en su emblemático libro La nueva mente del emperador. Penrose, junto a Stuart Hameroff, ha explicado reiteradamente su visión de la conciencia. La teoría está recogida, más recientemente, en el artículo Orchestrated Objective Reduction of Quantum Coherence in Brain Microtubules: The "Orch OR" Model for Consciousness.
El congreso de Arizona se centró en varias áreas temáticas como los modelos cuánticos de la conciencia, la ciencia de la información cuántica, coherencia, decoherencia y corrección de errores, dinámicas de las proteínas, física y percepción del tiempo, teorías cuánticas del espíritu y las ciencias sociales, así como la memoria asociativa cuántica. Un resumen de todas las ponencias puede consultarse en las actas.
Persiste el misterio
El congreso puso de manifiesto, una vez más, que la naturaleza del conocimiento humano y su significado en el universo continúan siendo un misterio.
La teoría cuántica de la conciencia no goza de unanimidad en la comunidad científica, ya que más bien es minoritaria. La interpretación clásica de la conciencia la describe únicamente como una función más de la actividad neuronal, pero no llega a explicar tampoco algunos de sus enigmas.
Por su parte, los procesos cuánticos como la superposición de estados, la no localización, el enredo de las partículas, aunque siguen resultando inexplicables, están siendo aplicados en tecnologías como la computación y la criptografía cuánticas, e inspiran también el nuevo paradigma de la así llamada visión cuántica de la conciencia.
El congreso puso de manifiesto, sin embargo, a partir de recientes experimentos, que la conciencia se comporta como las partículas cuánticas, al igual que algunas de las funciones de la biología molecular son a todas luces procesos cuánticos.
Debate abierto
Estos descubrimientos sugieren además que la cosmología emula también a la naturaleza cuántica, al igual que los procesos evolutivos de la naturaleza e incluso las interacciones sociales adoptan en ocasiones comportamientos similares a los de las partículas subatómicas.
Los críticos consideran, sin embargo, que el cerebro no puede realizar computación cuántica porque carece del frío extremo que caracteriza el reino subatómico y descalifican la teoría de la conciencia cuántica al considerarla una forma de minimizar su propio misterio.
El Quantum Mind 2003 ha venido a señalar que el debate sigue abierto y que la teoría que considera que el mundo cotidiano, incluido el fenómeno de la conciencia, está situado en la frontera del universo cuántico, se consolida a medida que nuevos descubrimientos desvelan una especie de uniformidad de comportamientos entre el mundo real y el mundo de las partículas elementales.
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