La velocidad de los cambios en las regiones polares requiere una respuesta mundial, asegura la Organización Meteorológica Mundial, que ha puesto en marcha una campaña internacional para mejorar las predicciones de las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en el Ártico y la Antártida.
Actualmente, las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino presentan graves deficiencias. El Ártico y la Antártida son las regiones del mundo con el menor número de observaciones. La ausencia de datos y predicciones en el Ártico y la Antártida influye también en la calidad de las predicciones meteorológicas de otras partes del mundo.
Para paliar esta situación, durante los próximos dos años una extensa red internacional e interdisciplinaria de científicos y centros de predicción operativa acometerá colectivamente actividades intensivas de observación y modelización en el Ártico y la Antártida.
La mejora de las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino reducirá los riesgos futuros y facilitará la gestión de la seguridad en las regiones polares, además de propiciar una mejora de las predicciones en latitudes más bajas, donde vive la mayoría de la población, según la OMM.
El Año de la predicción polar se celebra desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019 para abarcar un año completo en el Ártico y la Antártida, y en él participan la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Instituto Alfred Wegener (Alemania) y un amplio conjunto de asociados de todo el mundo.
Regiones más afectadas
“Los efectos del calentamiento global a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero se notan con más intensidad en las regiones polares que en ningún otro lugar del mundo. El Ártico y varias partes de la Antártida se están calentando el doble de rápido que el resto del planeta, lo que está causando la fusión de los glaciares y la reducción del hielo marino y del manto de nieve. Los efectos se notan en otras partes del mundo, tal como ponen de manifiesto el aumento del nivel del mar y la evolución de los patrones meteorológicos y climáticos”, declaró Thomas Junt, miembro del Instituto Alfred Wegener-Centro Helmholtz de Investigaciones Polares y Marinas y presidente del Grupo director del Proyecto de predicción polar.
“La extensión máxima del hielo en el mar Ártico en marzo, después del período de recongelación del invierno, fue la más pequeña jamás registrada debido a varias ‘olas de calor’. La extensión mínima de los hielos marinos de la Antártida después del deshielo estival en el hemisferio sur también fue la más pequeña jamás registrada. El ritmo y las consecuencias del cambio medioambiental en las zonas polares está trascendiendo los límites de nuestro conocimiento científico”, afirmó Jung.
“Debido a las teleconexiones, los polos influyen en las condiciones meteorológicas y climáticas de latitudes más bajas en las que viven cientos de millones de personas. Se considera que el calentamiento de las masas de aire ártico y el declive del hielo marino influyen en la circulación oceánica y la corriente en chorro, y posiblemente estén vinculados con fenómenos extremos como los períodos fríos, las olas de calor y las sequías en el hemisferio norte”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Actualmente, las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino presentan graves deficiencias. El Ártico y la Antártida son las regiones del mundo con el menor número de observaciones. La ausencia de datos y predicciones en el Ártico y la Antártida influye también en la calidad de las predicciones meteorológicas de otras partes del mundo.
Para paliar esta situación, durante los próximos dos años una extensa red internacional e interdisciplinaria de científicos y centros de predicción operativa acometerá colectivamente actividades intensivas de observación y modelización en el Ártico y la Antártida.
La mejora de las predicciones de las condiciones meteorológicas y del hielo marino reducirá los riesgos futuros y facilitará la gestión de la seguridad en las regiones polares, además de propiciar una mejora de las predicciones en latitudes más bajas, donde vive la mayoría de la población, según la OMM.
El Año de la predicción polar se celebra desde mediados de 2017 hasta mediados de 2019 para abarcar un año completo en el Ártico y la Antártida, y en él participan la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Instituto Alfred Wegener (Alemania) y un amplio conjunto de asociados de todo el mundo.
Regiones más afectadas
“Los efectos del calentamiento global a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero se notan con más intensidad en las regiones polares que en ningún otro lugar del mundo. El Ártico y varias partes de la Antártida se están calentando el doble de rápido que el resto del planeta, lo que está causando la fusión de los glaciares y la reducción del hielo marino y del manto de nieve. Los efectos se notan en otras partes del mundo, tal como ponen de manifiesto el aumento del nivel del mar y la evolución de los patrones meteorológicos y climáticos”, declaró Thomas Junt, miembro del Instituto Alfred Wegener-Centro Helmholtz de Investigaciones Polares y Marinas y presidente del Grupo director del Proyecto de predicción polar.
“La extensión máxima del hielo en el mar Ártico en marzo, después del período de recongelación del invierno, fue la más pequeña jamás registrada debido a varias ‘olas de calor’. La extensión mínima de los hielos marinos de la Antártida después del deshielo estival en el hemisferio sur también fue la más pequeña jamás registrada. El ritmo y las consecuencias del cambio medioambiental en las zonas polares está trascendiendo los límites de nuestro conocimiento científico”, afirmó Jung.
“Debido a las teleconexiones, los polos influyen en las condiciones meteorológicas y climáticas de latitudes más bajas en las que viven cientos de millones de personas. Se considera que el calentamiento de las masas de aire ártico y el declive del hielo marino influyen en la circulación oceánica y la corriente en chorro, y posiblemente estén vinculados con fenómenos extremos como los períodos fríos, las olas de calor y las sequías en el hemisferio norte”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Más actividades humanas
Los drásticos cambios en las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en los polos están dando lugar a un incremento de actividades humanas como el transporte, el turismo, la pesca y la explotación y extracción de recursos naturales, destaca la OMM.
“El aumento de actividad previsto conlleva su propia parte proporcional de riesgos para el medio ambiente y la sociedad, incluidos los medios de subsistencia tradicionales indígenas. Los mares polares cargados de hielo suponen un reto para la navegación, puesto que un derrame de petróleo podría ser catastrófico. Una menor cantidad de hielo no implica menos peligros”, dijo el señor Taalas. “Por lo tanto, cada vez tendrá una importancia más decisiva disponer de información precisa sobre el tiempo y el hielo marino para mejorar la gestión de la seguridad en las regiones polares y fuera de ellas”, afirmó.
Es probable que los cambios en el círculo polar ártico den como resultado una apertura del mar, un aumento del oleaje y un incremento de las dificultades para la navegación a causa del hielo, destaca la OMM.
En un Ártico sin hielo, las condiciones de altura de las olas, del orden de 7,5 m o más, podrían ser la nueva situación que los marineros tengan que tener en cuenta para diseñar y planificar la navegación.
La capacidad para comprender y predecir mejor los efectos de fenómenos como las bajas polares del Ártico o los vientos extremos de la Antártida ayudará a que las naciones del entorno de los polos se preparen para problemas considerables de gestión y conservación de las carreteras, los aeropuertos, los edificios y los oleoductos existentes.
Vigilando el hielo marino
Durante la campaña se hará especial hincapié en las capacidades de predicción del hielo marino. En escalas temporales más breves, la información sobre el hielo marino incluye información sobre zonas con fuerte convergencia del hielo, que es importante para la navegación segura. En escalas temporales mensuales a estacionales, el foco de atención comprenderá la predicción de las condiciones del hielo marino en la ruta del mar del Norte y en el océano Austral alrededor de la Antártida.
Todos los datos de observación se difundirán a través del Sistema de Información de la OMM, lo que posibilitará que los centros de predicción operativa de todo el mundo reciban los datos en tiempo real para integrarlos en sus predicciones.
Asimismo, los sociólogos analizarán cómo se pueden tener en cuenta las predicciones polares en la adopción de decisiones, mientras que las principales partes interesadas de los sectores del transporte, la navegación marítima y el turismo aportarán información sobre las necesidades prácticas de la comunidad de usuarios.
Los drásticos cambios en las condiciones meteorológicas, climáticas y del hielo en los polos están dando lugar a un incremento de actividades humanas como el transporte, el turismo, la pesca y la explotación y extracción de recursos naturales, destaca la OMM.
“El aumento de actividad previsto conlleva su propia parte proporcional de riesgos para el medio ambiente y la sociedad, incluidos los medios de subsistencia tradicionales indígenas. Los mares polares cargados de hielo suponen un reto para la navegación, puesto que un derrame de petróleo podría ser catastrófico. Una menor cantidad de hielo no implica menos peligros”, dijo el señor Taalas. “Por lo tanto, cada vez tendrá una importancia más decisiva disponer de información precisa sobre el tiempo y el hielo marino para mejorar la gestión de la seguridad en las regiones polares y fuera de ellas”, afirmó.
Es probable que los cambios en el círculo polar ártico den como resultado una apertura del mar, un aumento del oleaje y un incremento de las dificultades para la navegación a causa del hielo, destaca la OMM.
En un Ártico sin hielo, las condiciones de altura de las olas, del orden de 7,5 m o más, podrían ser la nueva situación que los marineros tengan que tener en cuenta para diseñar y planificar la navegación.
La capacidad para comprender y predecir mejor los efectos de fenómenos como las bajas polares del Ártico o los vientos extremos de la Antártida ayudará a que las naciones del entorno de los polos se preparen para problemas considerables de gestión y conservación de las carreteras, los aeropuertos, los edificios y los oleoductos existentes.
Vigilando el hielo marino
Durante la campaña se hará especial hincapié en las capacidades de predicción del hielo marino. En escalas temporales más breves, la información sobre el hielo marino incluye información sobre zonas con fuerte convergencia del hielo, que es importante para la navegación segura. En escalas temporales mensuales a estacionales, el foco de atención comprenderá la predicción de las condiciones del hielo marino en la ruta del mar del Norte y en el océano Austral alrededor de la Antártida.
Todos los datos de observación se difundirán a través del Sistema de Información de la OMM, lo que posibilitará que los centros de predicción operativa de todo el mundo reciban los datos en tiempo real para integrarlos en sus predicciones.
Asimismo, los sociólogos analizarán cómo se pueden tener en cuenta las predicciones polares en la adopción de decisiones, mientras que las principales partes interesadas de los sectores del transporte, la navegación marítima y el turismo aportarán información sobre las necesidades prácticas de la comunidad de usuarios.