La Nasa y la Universidad de California (UCLA) han puesto en marcha un instituto de investigación que busca en la biología inspiración para el desarrollo de nuevos sistemas de propulsión espacial.
El Institute for Cell Mimetic Space Exploration (ICMSE) imita el comportamiento de las células vivas para el desarrollo de nuevas tecnologías. Dispone de un presupuesto de 30 millones de dólares para un proyecto de investigación de diez años de duración.
La investigación se basa en la habilidad desarrollada por la naturaleza para manejar información sobre múltiples niveles a la vez, como es la organización en estructuras cada vez más complejas que van desde las células primarias a los órganos y tejidos hasta los complejos biológicos humanos.
Según se explica en el comunicado de la UCLA, la estrategia que persigue el ICMSE es imitar las capacidades de la célula y establecer así un modelo informático que permita el diseño de un sistema espacial de nuevo tipo que redefinirá completamente la actual tecnología de la exploración espacial.
La biología, fuente de inspiración
La biología inspirará el desarrollo de nuevos sensores, dispositivos y sistemas necesarios para las misiones espaciales, en un esfuerzo interdisciplinar que agrupa biotecnología, la nanotecnología y las tecnologías de la información.
Por ello, el cuerpo de investigadores del Instituto reúne a ingenieros, médicos, físicos y biólogos aportados por la UCLA, así como a científicos del Instituto de Tecnología de California, del Laboratorio de Propulsión de Pasadena y de la Universidad estatal de Arizona.
Los dispositivos que pretende alcanzar en sus investigaciones el ICMSE abarcan desde la escala molecular a los sistemas espaciales. Los objetivos incluyen la creación de micro y nano sensores, fuentes de energía alternativas, códigos de ordenador, nuevas tecnologías para la investigación biológica, supervisión avanzada de la salud del astronauta y dirección de una nave espacial.
La idea fundamental del proyecto es explorar a fondo el funcionamiento básico de una célula para reproducir sus mecanismos a una escala mucho mayor.
Desplazamiento de la ameba
En uno de los campos de investigación, se trata de determinar con mayor precisión el sistema de desplazamiento de una ameba, que interesa especialmente a los ingenieros por sus posibles aplicaciones a múltiples campos.
Los filamentos de actino, una sustancia que forma el esqueleto de una célula, pueden inspirar un sistema de propulsión aplicable a las naves espaciales, según una de las líneas de investigación establecidas por el Instituto.
Aunque el campo de investigación es muy prometedor, nadie espera aplicaciones de estos trabajos al menos en los próximos treinta años, pero se tiene la certeza que, una vez establecidos los mecanismos naturales básicos de la vida, será posible alumbrar nuevos carburantes para los futuros viajes espaciales.
El Institute for Cell Mimetic Space Exploration (ICMSE) imita el comportamiento de las células vivas para el desarrollo de nuevas tecnologías. Dispone de un presupuesto de 30 millones de dólares para un proyecto de investigación de diez años de duración.
La investigación se basa en la habilidad desarrollada por la naturaleza para manejar información sobre múltiples niveles a la vez, como es la organización en estructuras cada vez más complejas que van desde las células primarias a los órganos y tejidos hasta los complejos biológicos humanos.
Según se explica en el comunicado de la UCLA, la estrategia que persigue el ICMSE es imitar las capacidades de la célula y establecer así un modelo informático que permita el diseño de un sistema espacial de nuevo tipo que redefinirá completamente la actual tecnología de la exploración espacial.
La biología, fuente de inspiración
La biología inspirará el desarrollo de nuevos sensores, dispositivos y sistemas necesarios para las misiones espaciales, en un esfuerzo interdisciplinar que agrupa biotecnología, la nanotecnología y las tecnologías de la información.
Por ello, el cuerpo de investigadores del Instituto reúne a ingenieros, médicos, físicos y biólogos aportados por la UCLA, así como a científicos del Instituto de Tecnología de California, del Laboratorio de Propulsión de Pasadena y de la Universidad estatal de Arizona.
Los dispositivos que pretende alcanzar en sus investigaciones el ICMSE abarcan desde la escala molecular a los sistemas espaciales. Los objetivos incluyen la creación de micro y nano sensores, fuentes de energía alternativas, códigos de ordenador, nuevas tecnologías para la investigación biológica, supervisión avanzada de la salud del astronauta y dirección de una nave espacial.
La idea fundamental del proyecto es explorar a fondo el funcionamiento básico de una célula para reproducir sus mecanismos a una escala mucho mayor.
Desplazamiento de la ameba
En uno de los campos de investigación, se trata de determinar con mayor precisión el sistema de desplazamiento de una ameba, que interesa especialmente a los ingenieros por sus posibles aplicaciones a múltiples campos.
Los filamentos de actino, una sustancia que forma el esqueleto de una célula, pueden inspirar un sistema de propulsión aplicable a las naves espaciales, según una de las líneas de investigación establecidas por el Instituto.
Aunque el campo de investigación es muy prometedor, nadie espera aplicaciones de estos trabajos al menos en los próximos treinta años, pero se tiene la certeza que, una vez establecidos los mecanismos naturales básicos de la vida, será posible alumbrar nuevos carburantes para los futuros viajes espaciales.