Imagen del agujero de ozono más grande en la Antártida registrada en septiembre de 2000. Datos obtenidos por el instrumento Total Ozone Mapping Spectrometer (TOMS) a bordo de un satélite de la NASA. Fuente: Wikipedia.
La recuperación de la capa de ozono, que protege a nuestro planeta de los dañinos rayos ultravioletas -radiación que procede del Sol-, se encamina hacia su restauración total en las próximas décadas, como resultado de la acción internacional contra las sustancias que provocan su agotamiento.
Esto es lo que afirma un informe conjunto del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), elaborado por un grupo de 300 científicos y difundido ayer miércoles 10 de septiembre.
Los datos respaldan resultados recogidos por diversos satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) y publicados en 2013, que señalaban que el agujero de ozono que cubría entonces la Antártida era el más pequeño de los últimos diez años; y los publicados por la propia ONU en 2012, que señalaban que el agujero en la capa de ozono había disminuido ese año, con respecto a 2011. También las afirmaciones de científicos como el biólogo marino James B. McClintock, investigador durante 30 años de la Antártida, que cree que el agujero de ozono "se puede cerrar antes de finales de siglo".
La causa de la reparación
El agujero de ozono se produjo debido al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratosfera, como consecuenica de las emisiones antropogénicas de compuestos químicos, entre los que destacaban los compuestos clorofluorocarbonados (CFC) utilizados como fluido refrigerante.
Los expertos de la ONU han destacado en un comunicado de la Organización que su reducción se debe principalmente al Protocolo de Montreal de 1989, sin el cual se calcula que la concentración de gases que destruyen esa delicada capa se habría multiplicado por diez para el año 2050.
Este tratado internacional para reducir la producción y el consumo de numerosas sustancias que reaccionan con el ozono, agotándolo, implicó a los países miembros de las Naciones Unidas, Santa Sede, Unión Europea y los Estados de Micronesia.
Todos se comprometieron a reducir a la mitad la producción de CFC en un periodo de 10 años. Debido al alto grado de aceptación e implementación que se logró, hoy día es considerado como un ejemplo excepcional de cooperación internacional.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Protocolo de Montreal ha tenido consecuencias muy buenas, pues ha evitado dos millones de casos de cáncer de piel anuales, numerosos padecimientos en la visión y el sistema inmunológico, y enormes daños a la agricultura y la vida silvestre.
Esto es lo que afirma un informe conjunto del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), elaborado por un grupo de 300 científicos y difundido ayer miércoles 10 de septiembre.
Los datos respaldan resultados recogidos por diversos satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) y publicados en 2013, que señalaban que el agujero de ozono que cubría entonces la Antártida era el más pequeño de los últimos diez años; y los publicados por la propia ONU en 2012, que señalaban que el agujero en la capa de ozono había disminuido ese año, con respecto a 2011. También las afirmaciones de científicos como el biólogo marino James B. McClintock, investigador durante 30 años de la Antártida, que cree que el agujero de ozono "se puede cerrar antes de finales de siglo".
La causa de la reparación
El agujero de ozono se produjo debido al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratosfera, como consecuenica de las emisiones antropogénicas de compuestos químicos, entre los que destacaban los compuestos clorofluorocarbonados (CFC) utilizados como fluido refrigerante.
Los expertos de la ONU han destacado en un comunicado de la Organización que su reducción se debe principalmente al Protocolo de Montreal de 1989, sin el cual se calcula que la concentración de gases que destruyen esa delicada capa se habría multiplicado por diez para el año 2050.
Este tratado internacional para reducir la producción y el consumo de numerosas sustancias que reaccionan con el ozono, agotándolo, implicó a los países miembros de las Naciones Unidas, Santa Sede, Unión Europea y los Estados de Micronesia.
Todos se comprometieron a reducir a la mitad la producción de CFC en un periodo de 10 años. Debido al alto grado de aceptación e implementación que se logró, hoy día es considerado como un ejemplo excepcional de cooperación internacional.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Protocolo de Montreal ha tenido consecuencias muy buenas, pues ha evitado dos millones de casos de cáncer de piel anuales, numerosos padecimientos en la visión y el sistema inmunológico, y enormes daños a la agricultura y la vida silvestre.
Desafíos pendientes
A pesar de mostrar el aspecto positivo del proceso de reducción del agujero de ozono, el informe de la ONU advierte también de que aún existen numerosos desafíos, derivados del rápido incremento de los gases que causan el efecto invernadero. Estos gases podrían socavar la recuperación de la capa de ozono, advierte el documento.
Achim Steiner director del PNUMA declaraba ayer a este respecto:“Lo que tratamos de presentar es un escenario de logros, desafíos y esperanza. Logros, los conseguidos con el Protocolo; desafíos, en cuanto a la necesidad de mantener la atención mundial y el compromiso sobre sustancias que agotan la capa de ozono. Y un mensaje de esperanza, de que si nos convencemos de que actuar sobre esas sustancias es en interés de naciones e individuos, hay un tremendo potencial de avanzar con acuerdos como ese”.
Una implicación global frenaría el cambio climático
Los organismos de la ONU llaman a los Estados que participarán de la próxima Cumbre del Clima, el 23 de septiembre, a tomar como ejemplo la cooperación global del Protocolo de Montreal para proteger los intereses comunes.
Según la web de las Naciones Unidas, el Secretario General de estas, Ban Ki-moon, ha invitado a los dirigentes de los gobiernos, las instituciones financieras, las empresas y la sociedad civil del mundo a participar en essta Cumbre sobre el Clima para activar y acelerar la adopción de medidas en relación con el clima.
Entre los objetivos: reducir las emisiones, reforzar la resiliencia al cambio climático y movilizar la voluntad política para llegar a un acuerdo jurídico significativo en 2015. Si se consigue un acuerdo mundial importante en 2015, podrían lograrse grandes cosas, tal y como está demostrando la recuperación de la capa de ozono.
La cuestión no es baladí, pues el cambio climático ya no es un problema lejano. Ya es una realidad, con consecuencias evidentes en la vida de las personas. El cambio climático está creando trastornos en las economías nacionales.
Sin embargo, en la actualidad la humandidad dispone de soluciones asequibles y ampliables que permitirían dar un gran salto cualitativo hacia unas economías más limpias y resilientes. En este caso, por tanto, querer es poder.
A pesar de mostrar el aspecto positivo del proceso de reducción del agujero de ozono, el informe de la ONU advierte también de que aún existen numerosos desafíos, derivados del rápido incremento de los gases que causan el efecto invernadero. Estos gases podrían socavar la recuperación de la capa de ozono, advierte el documento.
Achim Steiner director del PNUMA declaraba ayer a este respecto:“Lo que tratamos de presentar es un escenario de logros, desafíos y esperanza. Logros, los conseguidos con el Protocolo; desafíos, en cuanto a la necesidad de mantener la atención mundial y el compromiso sobre sustancias que agotan la capa de ozono. Y un mensaje de esperanza, de que si nos convencemos de que actuar sobre esas sustancias es en interés de naciones e individuos, hay un tremendo potencial de avanzar con acuerdos como ese”.
Una implicación global frenaría el cambio climático
Los organismos de la ONU llaman a los Estados que participarán de la próxima Cumbre del Clima, el 23 de septiembre, a tomar como ejemplo la cooperación global del Protocolo de Montreal para proteger los intereses comunes.
Según la web de las Naciones Unidas, el Secretario General de estas, Ban Ki-moon, ha invitado a los dirigentes de los gobiernos, las instituciones financieras, las empresas y la sociedad civil del mundo a participar en essta Cumbre sobre el Clima para activar y acelerar la adopción de medidas en relación con el clima.
Entre los objetivos: reducir las emisiones, reforzar la resiliencia al cambio climático y movilizar la voluntad política para llegar a un acuerdo jurídico significativo en 2015. Si se consigue un acuerdo mundial importante en 2015, podrían lograrse grandes cosas, tal y como está demostrando la recuperación de la capa de ozono.
La cuestión no es baladí, pues el cambio climático ya no es un problema lejano. Ya es una realidad, con consecuencias evidentes en la vida de las personas. El cambio climático está creando trastornos en las economías nacionales.
Sin embargo, en la actualidad la humandidad dispone de soluciones asequibles y ampliables que permitirían dar un gran salto cualitativo hacia unas economías más limpias y resilientes. En este caso, por tanto, querer es poder.