La alimentación saludable se está convirtiendo en la tendencia de evolución fundamental del consumo y la industria a nivel mundial, según un estudio realizado por el Institute of Food Technologies de Washington (Estados Unidos), que publica la revista Food Technology. El estudio se ha realizado en 2004 sobre el consumo de 89 categorías de alimentos en 59 países.
Una de las diez tendencias alimenticias es el consumo de productos bajos en grasa, que son demandados por el 63% de los consumidores, de los cuales el 55% se centran en productos con poca grasa saturada. El 40% compra alimentos bajos en carbohidratos y el 71% revisa las etiquetas para comprobar la proporción de grasas en los alimentos que quiere comprar.
Aunque el 77% de las cenas se realizan en casa, la cocina rápida se impone como modo de consumo. El tiempo que se tiene para cocinar es mínimo, por lo que las recetas de fácil elaboración se han convertido en las más empleadas en las comidas caseras. Por otro lado, se utilizan cada vez más servicios de comida para llevar, si bien la gente se preocupa de que lo que compran sea de buena calidad y tenga ingredientes saludables.
Alimentos intrínsecamente saludables
Asimismo, hay un incremento en el consumo de alimentos intrínsecamente saludables, como la fruta, las legumbres, los frutos secos y el yogur. Los productos de mercado de alta calidad se espera que aumenten sus ventas en cerca de 100.000 millones de dólares antes de 2010, y los vinos y los licores ganan ya en ventas a los aperitivos y a otras bebidas artificiales.
Los alimentos biológicos o de granja aumentan también cuota de mercado y cada vez suponen mayores ganancias para la industria alimenticia, al mismo tiempo que se incrementa el consumo de “sabores diferentes”, como condimentos o frutas exóticas.
Tal como explica A. Elizabeth Sloan en otro artículo de Food Technology, en Estados Unidos hay siete millones de máquinas expendedoras de comida, con 100 millones de usuarios diarios. Estas máquinas también ofrecen cada vez más comida saludable, dado que el consumo de snacks está siendo sustituido por la compra de porciones pequeñas o de alimentos selectos. Se cree que serían muy bien acogidos los productos saludables de máquina destinados al consumo de los niños.
Por otro lado, los consumidores vuelven a interesarse por el “low”, reclamando bajos niveles de calorías y de hidratos de carbono en los alimentos con el fin de no engordar, al considerar que va en detrimento de la salud. Por último, los compradores intentan ganar en salud a través de la dieta. Por ejemplo, en Europa se consumen cada vez más bebidas que reducen la presión sanguínea.
Según el informe, la industria alimenticia debe centrarse en los próximos años en el tiempo de cocción de los alimentos y en la salud de los consumidores para mantener su cuota de mercado: hay poco tiempo para cocinar y para comer, pero sin embargo existe una preocupación creciente por el tipo de comida que se ingiere a diario y sus consecuencias para la salud.
Tiempo y salud
Según la empresa norteamericana Innova, dedicada al estudio del lanzamiento de nuevos productos alimenticios en todo el mundo, el 22% de los nuevos productos preparados que se lanzaron el año pasado en Estados Unidos, el 12% de Japón y el 11% del Reino Unido, fueron productos frescos congelados.
En Italia, por ejemplo, triunfa la comida preparada de la empresa Simplot Australia, cuya pasta, lista en sólo dos minutos en el microondas, cumple los requisitos de calidad, conveniencia para el organismo y valor nutritivo que la propia empresa se impone en la elaboración de sus productos.
Porque la comida preparada se utiliza cada vez más: en Europa se ha incrementado la venta de alimentos empaquetados al vacío en formato pequeño para ser llevados en bolsos o bolsillos, y en el sudeste asiático más de la mitad de la población come alimentos preparados al menos una vez a la semana.
Sin embargo, a la vez que aumenta un tipo de alimentación relacionada con el modelo de vida moderno, también crece la preocupación por la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo hay alrededor de 1.300 millones de personas obesas, 600 millones tienen problemas con su presión arterial y 150 millones sufren de diabetes. Por esa razón, la industria alimenticia ha encontrado un nuevo nicho con un auge creciente: el de la comida preparada que, al mismo tiempo, procure y asegure la salud de los consumidores.
Tema relacionado:
Tendencias en la producción de alimentos: Alimentos funcionales
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Aunque el 77% de las cenas se realizan en casa, la cocina rápida se impone como modo de consumo. El tiempo que se tiene para cocinar es mínimo, por lo que las recetas de fácil elaboración se han convertido en las más empleadas en las comidas caseras. Por otro lado, se utilizan cada vez más servicios de comida para llevar, si bien la gente se preocupa de que lo que compran sea de buena calidad y tenga ingredientes saludables.
Alimentos intrínsecamente saludables
Asimismo, hay un incremento en el consumo de alimentos intrínsecamente saludables, como la fruta, las legumbres, los frutos secos y el yogur. Los productos de mercado de alta calidad se espera que aumenten sus ventas en cerca de 100.000 millones de dólares antes de 2010, y los vinos y los licores ganan ya en ventas a los aperitivos y a otras bebidas artificiales.
Los alimentos biológicos o de granja aumentan también cuota de mercado y cada vez suponen mayores ganancias para la industria alimenticia, al mismo tiempo que se incrementa el consumo de “sabores diferentes”, como condimentos o frutas exóticas.
Tal como explica A. Elizabeth Sloan en otro artículo de Food Technology, en Estados Unidos hay siete millones de máquinas expendedoras de comida, con 100 millones de usuarios diarios. Estas máquinas también ofrecen cada vez más comida saludable, dado que el consumo de snacks está siendo sustituido por la compra de porciones pequeñas o de alimentos selectos. Se cree que serían muy bien acogidos los productos saludables de máquina destinados al consumo de los niños.
Por otro lado, los consumidores vuelven a interesarse por el “low”, reclamando bajos niveles de calorías y de hidratos de carbono en los alimentos con el fin de no engordar, al considerar que va en detrimento de la salud. Por último, los compradores intentan ganar en salud a través de la dieta. Por ejemplo, en Europa se consumen cada vez más bebidas que reducen la presión sanguínea.
Según el informe, la industria alimenticia debe centrarse en los próximos años en el tiempo de cocción de los alimentos y en la salud de los consumidores para mantener su cuota de mercado: hay poco tiempo para cocinar y para comer, pero sin embargo existe una preocupación creciente por el tipo de comida que se ingiere a diario y sus consecuencias para la salud.
Tiempo y salud
Según la empresa norteamericana Innova, dedicada al estudio del lanzamiento de nuevos productos alimenticios en todo el mundo, el 22% de los nuevos productos preparados que se lanzaron el año pasado en Estados Unidos, el 12% de Japón y el 11% del Reino Unido, fueron productos frescos congelados.
En Italia, por ejemplo, triunfa la comida preparada de la empresa Simplot Australia, cuya pasta, lista en sólo dos minutos en el microondas, cumple los requisitos de calidad, conveniencia para el organismo y valor nutritivo que la propia empresa se impone en la elaboración de sus productos.
Porque la comida preparada se utiliza cada vez más: en Europa se ha incrementado la venta de alimentos empaquetados al vacío en formato pequeño para ser llevados en bolsos o bolsillos, y en el sudeste asiático más de la mitad de la población come alimentos preparados al menos una vez a la semana.
Sin embargo, a la vez que aumenta un tipo de alimentación relacionada con el modelo de vida moderno, también crece la preocupación por la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo hay alrededor de 1.300 millones de personas obesas, 600 millones tienen problemas con su presión arterial y 150 millones sufren de diabetes. Por esa razón, la industria alimenticia ha encontrado un nuevo nicho con un auge creciente: el de la comida preparada que, al mismo tiempo, procure y asegure la salud de los consumidores.
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