20/12/2024

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La agricultura ecológica convierte los cultivos en auténticos sumideros de CO2

Puede resultar clave para contrarrestar la emisión de gases de efecto invernadero, revela un estudio


Aproximadamente el 35% de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial provienen de la agricultura. Sin embargo, estas emisiones se podrían reducir e incluso invertir, para convertir los cultivos en auténticos sumideros de CO2, uno de los gases causantes del calentamiento global. Así lo demuestra un estudio realizado en una eco-granja de China.


Redacción T21
30/04/2015

Esta imagen muestra los procesos de emisión de gases de efecto invernadero y el secuestro de dichos gases, en el agroecosistema estudiado. Fuente: ©Science China Press.
Esta imagen muestra los procesos de emisión de gases de efecto invernadero y el secuestro de dichos gases, en el agroecosistema estudiado. Fuente: ©Science China Press.
Aproximadamente el 35% de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial provienen de la agricultura (el resto, mayormente,  del uso intensivo de combustibles fósiles en las actividades industriales y el transporte).
 
Algunos expertos señalan que los seres humanos  podrían revertir la tendencia global de emisiones contaminantes de CO2 (uno de los principales gases responsables del calentamiento global) a través de un cambio en la agricultura hacia los cultivos ecológicos.
 
Este tipo de cultivo implicaría un aumento del contenido de materia orgánica en el suelo, lo que ayudaría no sólo a fijar el carbono y a reducir las emisiones, sino también a mejorar la capacidad del suelo de retener agua y nutrientes y de resistir plagas y sequías. Además, la agricultura orgánica podría ser una buena opción para disminuir el uso intensivo de fertilizantes sintéticos, con la consecuente protección del medio ambiente y un incremento del rendimiento agrícola.
 
Características del estudio
 
En lo que respecta a la emisión de gases de efecto invernadero, un estudio reciente, realizado por científicos del Instituto de Botánica de la Academia China de Ciencias, ha revelado que la sustitución de fertilizantes químicos por abonos orgánicos disminuiría significativamente dichas emisiones.
 
De este modo, la agricultura ecológica podría convertir el ecosistema agrícola, actual fuente de carbono contaminante, en un auténtico sumidero de carbono.

Para explorar el potencial de las tierras agrícolas como sumideros de carbono -sin pérdidas de rendimiento- el investigador de dicho centro Jiang Gaoming, ha realizado un experimento en un eco-granja del este de la China rural, informa Science China Press a través de Eurekalert!.
 
En esta, los residuos de los cultivos son usados para la alimentación del ganado; y el estiércol de este (convertido en compost) es devuelto a las tierras de cultivo con trigo harinero (Triticum aestivum o vulgare, especie de trigo más extensamente cultivada en el mundo) y maíz.
 
El rendimiento de estos cultivos y sus emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) fueron calculados cuidadosamente siguiendo las directrices marcadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) para inventarios de gases de efecto invernadero (2006).

Resultados obtenidos

El estudio demostró que la sustitución de fertilizantes químicos por abono orgánico disminuyó significativamente la emisión de gases de efecto invernadero.

La sustitución total, en concreto, disminuyó las emisiones de gases de efecto invernadero, hasta el punto de que este ecosistema agrícola pasó de ser una fuente de carbono (con una emisión de + 2,7 toneladas métricas de equivalente de CO2 anuales cada dos hectómetros) a ser un sumidero de carbono (-8,8 toneladas métricas de equivalente de CO2 anuales cada dos hectómetros).
 
Los rendimientos del trigo y del maíz, por su parte, también aumentaron con la fertilización del suelo con el estiércol de ganado mejorado.
 
La mejor solución
 
Pero, a todos los efectos, lo que mejor funcionó fue una combinación de abonos orgánicos y fertilizantes químicos. Esta demostró un resultado superior tanto en la mejora de la calidad del suelo y del rendimiento de los cultivos, como en la disminución de las emisiones de GEI.
 
Por el contrario, la utilización exclusiva de fertilizantes químicos en las tierras de cultivo no sólo condujo a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también deterioró la calidad del suelo.
 
Así que ha quedado constatado que el pleno uso de residuos de cultivos como forraje para el ganado, la recolección y el compostaje del estiércol de ganado; y la sustitución de parte de los fertilizantes químicos por abonos orgánicos son las opciones ideales para reducir el desperdicio de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, sin que haya pérdidas en el rendimiento para los cultivos.

Referencia bibliográfica:
 
Haitao Liu, J.L., Xiao Li, Yanhai Zheng, Sufei Feng, Gaoming Jiang. 2015. Mitigating greenhouse gas emissions through replacement of chemical fertilizer with organic manure in a temperate farmland. Science Bulletin (2015). DOI: 10.1007/s11434-014-0679-6.
 
 



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