Sondas de la NASA en el cinturón Van Allen. Fuente: NASA.
Aunque se dice que en el espacio por más que gritemos nadie nos escuchará, lo que sí se oye es el canto de la Tierra, ha revelado la NASA.
Por vez primera, esta agencia norteamericana ha logrado registrar la “música” del así llamado “Coro” de nuestro planeta, que consiste en un fenómeno electromagnético provocado por las ondas de plasma de los cinturones terrestres de radiación.
Según publica la NASA, el registro fue realizado el pasado cinco de septiembre por dos de sus sondas (Radiation Belt Storm Probes), que están viajando a través de la región del espacio de la que procede dicho coro, y grabando sus sonidos.
Esa región es la de los Cinturones de Van Allen, que son ciertas zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran partículas cargadas: en ellas, los protones y electrones se mueven en espiral en gran cantidad, entre los polos magnéticos de la Tierra.
Radiación sonora
Según explica sobre el registro sonoro realizado el investigador de la NASA, Craig Kletzing, en otro comunicado de la agencia: “Así es como sonarían los cinturones de radiación para el ser humano, si en lugar de oídos tuviéramos antenas”.
El equipo de Kletzing, en la Universidad de Iowa, ha sido el responsable de construir EMFISIS (Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science), el receptor que ha permitido registrar las señales sonoras.
Kletzing explica asimismo que estas señales no son ondas acústicas como las que viajan a través del aire de nuestro planeta, sino que el Coro en realidad está formado por ondas de radio que oscilan en frecuencias acústicas, de entre cero y 10 kilohercios. Las antenas de las sondas de la NASA que están analizando estas ondas fueron diseñadas especialmente para detectarlas.
Por vez primera, esta agencia norteamericana ha logrado registrar la “música” del así llamado “Coro” de nuestro planeta, que consiste en un fenómeno electromagnético provocado por las ondas de plasma de los cinturones terrestres de radiación.
Según publica la NASA, el registro fue realizado el pasado cinco de septiembre por dos de sus sondas (Radiation Belt Storm Probes), que están viajando a través de la región del espacio de la que procede dicho coro, y grabando sus sonidos.
Esa región es la de los Cinturones de Van Allen, que son ciertas zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran partículas cargadas: en ellas, los protones y electrones se mueven en espiral en gran cantidad, entre los polos magnéticos de la Tierra.
Radiación sonora
Según explica sobre el registro sonoro realizado el investigador de la NASA, Craig Kletzing, en otro comunicado de la agencia: “Así es como sonarían los cinturones de radiación para el ser humano, si en lugar de oídos tuviéramos antenas”.
El equipo de Kletzing, en la Universidad de Iowa, ha sido el responsable de construir EMFISIS (Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science), el receptor que ha permitido registrar las señales sonoras.
Kletzing explica asimismo que estas señales no son ondas acústicas como las que viajan a través del aire de nuestro planeta, sino que el Coro en realidad está formado por ondas de radio que oscilan en frecuencias acústicas, de entre cero y 10 kilohercios. Las antenas de las sondas de la NASA que están analizando estas ondas fueron diseñadas especialmente para detectarlas.
Un coro de electrones asesinos
El Coro podría ser responsable no solo de estos sonidos, sino también de un tipo de electrones bautizados como “electrones asesinos”, porque son partículas de alta energía que pueden dañar tanto a satélites como a astronautas.
Muchos de los electrones de los cinturones de radiación analizados son inofensivos, y no tienen tanta energía como para dañar a los humanos ni a los sistemas electrónicos.
Pero, a veces, estos electrones pueden prenderse a una onda del Coro, como los surfistas que navegan por las olas del mar, y ganar así la energía suficiente como para volverse peligrosos.
Según Dive Sibeck, otro de los investigadores de la misión Storm Probes, “la producción de los electrones asesinos es materia de un gran debate, y las ondas del Coro podrían ser una de sus posibles explicaciones”.
El espectáculo continuará dos años más
Lanzadas al espacio en agosto de 2012, estas sondas de la NASA están orbitando en el interior de los cinturones de radiación, tomando muestras de sus campos electromagnéticos, contando las partículas energéticas que allí se encuentran y escuchando las ondas de plasma en muchas frecuencias.
Los científicos esperan que estos registros aporten datos para resolver el misterio de los electrones asesinos de una vez por todas. En este momento, la misión lleva unos 60 días en marcha, y está funcionando muy bien. Uno de sus hallazgos es la claridad de los registros de sonido del coro de las ondas de plasma.
La razón de esta claridad es que los datos obtenidos son muestras en 16 bits, los mismos que tiene un CD. Hasta la fecha, no se había realizado un registro con tanta resolución acústica de los cinturones de radiación como este.
Con el tiempo, Kletzing espera ir más lejos y lanzar un estéreo sin precedentes de las grabaciones del Coro terrestre, realizada con los receptores de ambas sondas.
Este registro tendrá no solo una gran belleza sonora, sino también un valor científico real porque “una de las cosas que no sabemos es la extensión de la región donde se produce este Coro”, explica Kletzing. La grabación en estéreo permitirá averiguar este punto.
En general, está programado que esta misión dure dos años, por lo que el espectáculo sonoro de los cinturones de radiación solo acaba de empezar.
Escucha el Coro terrestre:
El Coro podría ser responsable no solo de estos sonidos, sino también de un tipo de electrones bautizados como “electrones asesinos”, porque son partículas de alta energía que pueden dañar tanto a satélites como a astronautas.
Muchos de los electrones de los cinturones de radiación analizados son inofensivos, y no tienen tanta energía como para dañar a los humanos ni a los sistemas electrónicos.
Pero, a veces, estos electrones pueden prenderse a una onda del Coro, como los surfistas que navegan por las olas del mar, y ganar así la energía suficiente como para volverse peligrosos.
Según Dive Sibeck, otro de los investigadores de la misión Storm Probes, “la producción de los electrones asesinos es materia de un gran debate, y las ondas del Coro podrían ser una de sus posibles explicaciones”.
El espectáculo continuará dos años más
Lanzadas al espacio en agosto de 2012, estas sondas de la NASA están orbitando en el interior de los cinturones de radiación, tomando muestras de sus campos electromagnéticos, contando las partículas energéticas que allí se encuentran y escuchando las ondas de plasma en muchas frecuencias.
Los científicos esperan que estos registros aporten datos para resolver el misterio de los electrones asesinos de una vez por todas. En este momento, la misión lleva unos 60 días en marcha, y está funcionando muy bien. Uno de sus hallazgos es la claridad de los registros de sonido del coro de las ondas de plasma.
La razón de esta claridad es que los datos obtenidos son muestras en 16 bits, los mismos que tiene un CD. Hasta la fecha, no se había realizado un registro con tanta resolución acústica de los cinturones de radiación como este.
Con el tiempo, Kletzing espera ir más lejos y lanzar un estéreo sin precedentes de las grabaciones del Coro terrestre, realizada con los receptores de ambas sondas.
Este registro tendrá no solo una gran belleza sonora, sino también un valor científico real porque “una de las cosas que no sabemos es la extensión de la región donde se produce este Coro”, explica Kletzing. La grabación en estéreo permitirá averiguar este punto.
En general, está programado que esta misión dure dos años, por lo que el espectáculo sonoro de los cinturones de radiación solo acaba de empezar.
Escucha el Coro terrestre: