Uno de los mayores retos de nuestro tiempo consiste en satisfacer la demanda energética de todo el planeta. ¿Renovables? ¿Nuclear? ¿Fracturación hidráulica? ¿Captura y almacenamiento de carbono? Existe cierta desesperación por descubrir una «panacea».
La comunidad científica se afana en estudiar todas las soluciones posibles, abarcando desde métodos matemáticos con los que adaptar los sistemas vigentes hasta distintos planes visionarios para la extracción de energía (algunos disparatados en apariencia).
El modo de consumo y producción de electricidad ha cambiado drásticamente en la sociedad desde que se crearan las primeras redes eléctricas. Estas redes no siempre han estado a la altura.
Esta semana se ha publicado en Scientific American la noticia de que unos investigadores de la Universidad de Boston están desarrollando un programa informático que hará posible una red eléctrica descentralizada en la que la energía renovable podrá entrar y salir de la misma forma que la información fluye por Internet.
El equipo de investigación, dirigido por Pablo Ruiz, ha creado algoritmos que analizan los flujos de potencia por la red de transmisión y reconocen las rutas menos congestionadas. Scientific American asemeja este método al «modo en que el programa de navegación de un automóvil propone carreteras secundarias si en determinada autovía hay mucho tráfico'.
Dotados de esta información, los operadores de la red pueden abrir o cerrar conmutadores de circuitos para dirigir la potencia de forma consecuente y poner a disposición de los usuarios la fuente energética más rentable.
Ruiz calcula que el programa Topology Control Algorithms («Algoritmos de control de la topología») podría ahorrar en torno a 73 millones de euros al año en costes derivados de congestiones y reducir las restricciones eólicas en cerca de un 50 por ciento.
La comunidad científica se afana en estudiar todas las soluciones posibles, abarcando desde métodos matemáticos con los que adaptar los sistemas vigentes hasta distintos planes visionarios para la extracción de energía (algunos disparatados en apariencia).
El modo de consumo y producción de electricidad ha cambiado drásticamente en la sociedad desde que se crearan las primeras redes eléctricas. Estas redes no siempre han estado a la altura.
Esta semana se ha publicado en Scientific American la noticia de que unos investigadores de la Universidad de Boston están desarrollando un programa informático que hará posible una red eléctrica descentralizada en la que la energía renovable podrá entrar y salir de la misma forma que la información fluye por Internet.
El equipo de investigación, dirigido por Pablo Ruiz, ha creado algoritmos que analizan los flujos de potencia por la red de transmisión y reconocen las rutas menos congestionadas. Scientific American asemeja este método al «modo en que el programa de navegación de un automóvil propone carreteras secundarias si en determinada autovía hay mucho tráfico'.
Dotados de esta información, los operadores de la red pueden abrir o cerrar conmutadores de circuitos para dirigir la potencia de forma consecuente y poner a disposición de los usuarios la fuente energética más rentable.
Ruiz calcula que el programa Topology Control Algorithms («Algoritmos de control de la topología») podría ahorrar en torno a 73 millones de euros al año en costes derivados de congestiones y reducir las restricciones eólicas en cerca de un 50 por ciento.
Idea japonesa: cear un gigantesco parque solar en el espacio
Entretanto, unos científicos de Japón apuestan por un plan algo más intrépido para garantizar el suministro energético en todo el planeta. Desde iflscience.com se informa que investigadores de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) evalúan la posibilidad de crear en el espacio un gigantesco parque solar.
Esta central energética «flotante» podría recabar la energía del Sol sin que influyan, prácticamente en absoluto, la meteorología, las estaciones del año ni la hora del día, ofreciendo así un aporte constante de energía ecológica al planeta.
¿Cómo funcionaría este parque fotovoltaico del espacio? Según iflscience.com, el modelo propuesto, compuesto por paneles solares flotantes, tendría varios kilómetros de longitud y pesaría diez mil toneladas métricas. Estos paneles estarían amarrados a un punto terrestre para que el satélite se mantuviera en un punto fijo en órbita geoestacionaria.
En la actualidad se estudia cómo podría transmitirse a la Tierra toda la valiosa energía solar recolectada. Por el momento, sus impulsores opinan que dicha energía podría convertirse en microondas o en haces de láser, o en una combinación de ambos, que seguidamente se transmitirían a una instalación receptora situada en la Tierra.
Según se apunta en iflscience.com: «Estos paneles solares espaciales tendrían una eficiencia entre cinco y diez veces mayor que la de los sistemas de conversión solar instalados en la superficie del planeta. Además, las emisiones de CO2 serían reducidas y provendrían únicamente de la instalación receptora. Se prevé que este sistema, llamado SSPS, será capaz de procesar en torno a un gigavatio de potencia, una magnitud similar a la de las centrales nucleares.'
La noticia de esta web científica concluye así: «Esta propuesta puede parecer algo inverosímil, pero la JAXA opina que se están aproximando de forma muy tentadora a la capacidad suficiente para hacerla realidad. Se trata de ciencia sin ficción, al menos para la JAXA».
Entretanto, unos científicos de Japón apuestan por un plan algo más intrépido para garantizar el suministro energético en todo el planeta. Desde iflscience.com se informa que investigadores de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) evalúan la posibilidad de crear en el espacio un gigantesco parque solar.
Esta central energética «flotante» podría recabar la energía del Sol sin que influyan, prácticamente en absoluto, la meteorología, las estaciones del año ni la hora del día, ofreciendo así un aporte constante de energía ecológica al planeta.
¿Cómo funcionaría este parque fotovoltaico del espacio? Según iflscience.com, el modelo propuesto, compuesto por paneles solares flotantes, tendría varios kilómetros de longitud y pesaría diez mil toneladas métricas. Estos paneles estarían amarrados a un punto terrestre para que el satélite se mantuviera en un punto fijo en órbita geoestacionaria.
En la actualidad se estudia cómo podría transmitirse a la Tierra toda la valiosa energía solar recolectada. Por el momento, sus impulsores opinan que dicha energía podría convertirse en microondas o en haces de láser, o en una combinación de ambos, que seguidamente se transmitirían a una instalación receptora situada en la Tierra.
Según se apunta en iflscience.com: «Estos paneles solares espaciales tendrían una eficiencia entre cinco y diez veces mayor que la de los sistemas de conversión solar instalados en la superficie del planeta. Además, las emisiones de CO2 serían reducidas y provendrían únicamente de la instalación receptora. Se prevé que este sistema, llamado SSPS, será capaz de procesar en torno a un gigavatio de potencia, una magnitud similar a la de las centrales nucleares.'
La noticia de esta web científica concluye así: «Esta propuesta puede parecer algo inverosímil, pero la JAXA opina que se están aproximando de forma muy tentadora a la capacidad suficiente para hacerla realidad. Se trata de ciencia sin ficción, al menos para la JAXA».