Rajoy responde a preguntas de los periodistas sobre la corrupción, el 15 de julio. Foto: Moncloa.
La Justicia es uno de los pilares del Estado de Derecho. El poder ejecutivo, otro. Y sólo nos queda el legislativo.
En España tenemos un problema, y serio…, que llega a los tres poderes de forma evidente. ¿Qué nombres podemos darle? Se me ocurren varios: corrupción, falta de ética pública, utilización de la política para fines personales o de grupo (desideologización), entre otros tantos.
Corrupción. Esta palabra tan utilizada últimamente, unida a la falta de ética, lleva a que un Juez diga que ser Juez y parte… no afecta a los asuntos que él decide; o que no había mencionado en su momento su adscripción política porque le parecía poco relevante. Pregunte usted al vecino del pueblo más aislado del mapa de España si la ideología no afecta a sus vecinos. O es que yo me estoy volviendo rarito… o es que es necesario cambiar de aires.
Corrupción. Es la sombra que se va alargando cada año más que un político sigue en el cargo…ya que la corrupción tiene muchas caras. Si usted es político, empresario, presidente de un equipo de fútbol, de una federación deportiva, militar con poderes sobre los demás, y lleva más de cuatro años en el cargo, la corrupción ya está acechando. Si se le ha ocurrido cambiar los estatutos de su club de fútbol para perpetuarse en el cargo, o el reglamento del partido para que no se pueda presentar ningún militante que no reúna un número determinado de avales, o en su empresa no hay “recambio”, entonces le aseguro que la corrupción ya lo tiene cogido por donde más duele.
Ya no digamos nada, si usted lleva más de veinte años “cumpliendo con el deber para el que ha sido nombrado”. Entonces tenemos el problema de la corrupción, de la falta de ética, y lo que es peor de la desideologización de su persona. Usted ya no está por algo, está por usted y los suyos, que nada tienen que ver con la política.
Cuestión de fidelidad
Le anticipo un asunto, todo lo que supere los treinta años en el mismo ejercicio, sin necesidad de renovarse frente a los demás, no frente a los suyos, evidentemente está podrido. Lamento haberle hecho esta afirmación a usted, si cumple estos requisitos y además está leyendo este artículo. Si tiene alguna duda, póngase frente al espejo, mire fijamente y hágase la siguiente pregunta: ¿puedo ir mañana a solicitar trabajo con un CV en el que refleje lo que he hecho en mi vida? A una empresa cualquiera, no a la de un amigo, claro. ¿Hablo inglés?, no. La mitad de las ofertas fuera. Tengo menos de treinta años y tres master? No. Me va quedando un 10%. Puedo demostrar experiencia en que he sabido subir dando codazos, sí. Puedo demostrar capacidad en que he sabido insultar a tiempo a mis rivales (de mi partido, del otro, del otro equipo…etc.) sí. Puedo demostrar que soy fiel a mi jefe, SI (con mayúsculas). Entonces, tengo opciones o en una multinacional española, donde la corrupción campa a sus anchas y la falta de ética no digamos. O quizás en algún partido político o club de fútbol o asociación deportiva. Pero como hemos dicho que no vale lo de los amigos (deberíamos quitar las multinacionales, ya hemos visto el dinero que alegremente “donan” a los partidos políticos), pues al final lo que me queda es el paro.
Corrupción. Esta palabra que todo lo recorre, y la falta de ética que hace que un Juez olvide decir que es afiliado de un partido político (nada más y nada menos que para ser nombrado Presidente del Tribunal Constitucional), o que el Partido en el gobierno le parezca que las palabras de un “delincuente” no afectan en nada a su presidente, me hacen pensar que es necesario cambiar de aires.
Imagine usted que el director financiero de la empresa en la que usted trabaja, persona que cumple con los requisitos que he mencionado antes, de tantos años en el cargo, por tanto podrido en la corrupción y que usted que es su jefe, resulta que se levanta una mañana y se da cuenta que este señor es un delincuente. Después de tantos años trabajando juntos, usted se da cuenta que su subordinado es un delincuente.
En España tenemos un problema, y serio…, que llega a los tres poderes de forma evidente. ¿Qué nombres podemos darle? Se me ocurren varios: corrupción, falta de ética pública, utilización de la política para fines personales o de grupo (desideologización), entre otros tantos.
Corrupción. Esta palabra tan utilizada últimamente, unida a la falta de ética, lleva a que un Juez diga que ser Juez y parte… no afecta a los asuntos que él decide; o que no había mencionado en su momento su adscripción política porque le parecía poco relevante. Pregunte usted al vecino del pueblo más aislado del mapa de España si la ideología no afecta a sus vecinos. O es que yo me estoy volviendo rarito… o es que es necesario cambiar de aires.
Corrupción. Es la sombra que se va alargando cada año más que un político sigue en el cargo…ya que la corrupción tiene muchas caras. Si usted es político, empresario, presidente de un equipo de fútbol, de una federación deportiva, militar con poderes sobre los demás, y lleva más de cuatro años en el cargo, la corrupción ya está acechando. Si se le ha ocurrido cambiar los estatutos de su club de fútbol para perpetuarse en el cargo, o el reglamento del partido para que no se pueda presentar ningún militante que no reúna un número determinado de avales, o en su empresa no hay “recambio”, entonces le aseguro que la corrupción ya lo tiene cogido por donde más duele.
Ya no digamos nada, si usted lleva más de veinte años “cumpliendo con el deber para el que ha sido nombrado”. Entonces tenemos el problema de la corrupción, de la falta de ética, y lo que es peor de la desideologización de su persona. Usted ya no está por algo, está por usted y los suyos, que nada tienen que ver con la política.
Cuestión de fidelidad
Le anticipo un asunto, todo lo que supere los treinta años en el mismo ejercicio, sin necesidad de renovarse frente a los demás, no frente a los suyos, evidentemente está podrido. Lamento haberle hecho esta afirmación a usted, si cumple estos requisitos y además está leyendo este artículo. Si tiene alguna duda, póngase frente al espejo, mire fijamente y hágase la siguiente pregunta: ¿puedo ir mañana a solicitar trabajo con un CV en el que refleje lo que he hecho en mi vida? A una empresa cualquiera, no a la de un amigo, claro. ¿Hablo inglés?, no. La mitad de las ofertas fuera. Tengo menos de treinta años y tres master? No. Me va quedando un 10%. Puedo demostrar experiencia en que he sabido subir dando codazos, sí. Puedo demostrar capacidad en que he sabido insultar a tiempo a mis rivales (de mi partido, del otro, del otro equipo…etc.) sí. Puedo demostrar que soy fiel a mi jefe, SI (con mayúsculas). Entonces, tengo opciones o en una multinacional española, donde la corrupción campa a sus anchas y la falta de ética no digamos. O quizás en algún partido político o club de fútbol o asociación deportiva. Pero como hemos dicho que no vale lo de los amigos (deberíamos quitar las multinacionales, ya hemos visto el dinero que alegremente “donan” a los partidos políticos), pues al final lo que me queda es el paro.
Corrupción. Esta palabra que todo lo recorre, y la falta de ética que hace que un Juez olvide decir que es afiliado de un partido político (nada más y nada menos que para ser nombrado Presidente del Tribunal Constitucional), o que el Partido en el gobierno le parezca que las palabras de un “delincuente” no afectan en nada a su presidente, me hacen pensar que es necesario cambiar de aires.
Imagine usted que el director financiero de la empresa en la que usted trabaja, persona que cumple con los requisitos que he mencionado antes, de tantos años en el cargo, por tanto podrido en la corrupción y que usted que es su jefe, resulta que se levanta una mañana y se da cuenta que este señor es un delincuente. Después de tantos años trabajando juntos, usted se da cuenta que su subordinado es un delincuente.
Bárcenas es Amstrong
Como no todos son empresarios, compare usted el caso de Lance Armstrong, si no le suena, vaya a Google, y se pone al día en cinco minutos. Piense que este señor ha estado engañando a todo el mundo, que un día le descubren y que cuando está acorralado no le queda más remedio que decir lo que ya todos sabíamos: que era un farsante, un mentiroso y un tramposo. Pero imagine que de todo esto que se hizo, el director del equipo no tenía ni idea. Se levantó un día y se encontró con que este señor, el delincuente, sólo lo era él, y los demás, santos que jamás tuvieron que ver con el asunto. Pues no, finalmente se ha descubierto que los compañeros del equipo era los que trasladaban los elementos para poder mentir, que el director orquestaba el asunto y que el médico, siempre hay un profesional de “primer nivel”, era el que entregaba las cantidades. O sea, Bárcenas es Armstrong, el director, Rajoy, los compañeros de equipo, que ayudaban a llevar el material para las trampas y el fraude: Cospedal, Arenas, Aguirre, Trillo, y un largo etcéteras de “maillots” amarillos que acompañaban al campeón, y el médico….Sacyr, Villar Mir, y un hospital entero de empresas españolas. Pero usted, que está entre estos señores y que está leyendo este artículo, o sea, que está podrido, quiere decirnos o hacernos creer que efectivamente los equivocados somos nosotros. Esto, sigue haciéndome pensar, que es necesario cambiar de aires.
Si usted, que lee este artículo, es reciente vencedor de unas primarias en un partido de ámbito nacional, en este caso de la federación del sur de España, en el que por casualidad sólo se presenta usted, ya que los avales llegan al amigo, al fiel, pero nunca al militante de base…déjeme que le diga que la sombra de la corrupción, le está acechando. Si además lleva más de veinte años trabajando en este partido, en cargos de dirección o elección popular, por este “deber de cumplimiento”, lamentablemente está ya dentro del margen de los corruptos.
Entiendo que quien está leyendo este artículo y conoce casos como los ERE, Caja del Mediterráneo, Caja Madrid, Caja Castilla La Mancha, Caixa de Catalunya, El Palau, Gürtel, entenderá que yo no crea mucho en los nacionalismos, ya que mires por donde mires, si eres nacionalista o no, algo une a las personas que desempeñan cargos en estas partes, que suelen defender los postulados nacionalistas como un halo que les diferencia de los demás, sin embargo, les une este punto de forma insistente: la corrupción.
Cambiar de aires
Quizás esta carta moleste a más de uno…o más de dos. Y quizás por eso, ¡estoy pensando en cambiar de aires!
Pero creo que el cambio debe venir por los ciudadanos, que es donde está muy arraigado aceptar la corrupción. Los ciudadanos permitimos todo esto y literalmente hacemos muy poco. Les pongo un ejemplo: allí donde se han revelado casos de corrupción importantes y después ha vuelto a ganar la misma persona que aparece con otras siglas, es porque los ciudadanos le dan su voto. No vino un marciano a obligarles a votar por este u otro, fueron ellos, en su seno de aceptación importante de la corrupción como forma de vida, que les permite hacer esto. Si usted está leyendo este artículo y es uno de estos ejemplos, no mire para otro lado, es usted un corrupto.
Así que mi tema es doble. No entiendo que el PP corrupto en determinadas áreas, pueda seguir diciendo lo que dice. O nos hemos vuelto locos o aceptamos más de lo que pensamos. No entiendo que el PSOE tenga como candidato estrella en Madrid a un señor que ha dejado en bancarrota a su municipio, por ejemplo, demostrando que la política hoy en día está pensada más para necios que para personas y/o ciudadanos comunes. Que CIU haya sido imputada por financiación ilegal…y los catalanes que llenan estadios para pedir “libertad”…no hagan lo mismo para pedir limpieza o transparencia de esta decrepitud moral. O que a todos nos parezca normal que el presidente de un club de fútbol, madrileño para más señas, haya cambiado las reglas del juego para perpetuarse en el cargo (al más buen estilo Chávez, pero claro, ¡cómo vamos a comparar una cosa con la otra!).
Como no todos son empresarios, compare usted el caso de Lance Armstrong, si no le suena, vaya a Google, y se pone al día en cinco minutos. Piense que este señor ha estado engañando a todo el mundo, que un día le descubren y que cuando está acorralado no le queda más remedio que decir lo que ya todos sabíamos: que era un farsante, un mentiroso y un tramposo. Pero imagine que de todo esto que se hizo, el director del equipo no tenía ni idea. Se levantó un día y se encontró con que este señor, el delincuente, sólo lo era él, y los demás, santos que jamás tuvieron que ver con el asunto. Pues no, finalmente se ha descubierto que los compañeros del equipo era los que trasladaban los elementos para poder mentir, que el director orquestaba el asunto y que el médico, siempre hay un profesional de “primer nivel”, era el que entregaba las cantidades. O sea, Bárcenas es Armstrong, el director, Rajoy, los compañeros de equipo, que ayudaban a llevar el material para las trampas y el fraude: Cospedal, Arenas, Aguirre, Trillo, y un largo etcéteras de “maillots” amarillos que acompañaban al campeón, y el médico….Sacyr, Villar Mir, y un hospital entero de empresas españolas. Pero usted, que está entre estos señores y que está leyendo este artículo, o sea, que está podrido, quiere decirnos o hacernos creer que efectivamente los equivocados somos nosotros. Esto, sigue haciéndome pensar, que es necesario cambiar de aires.
Si usted, que lee este artículo, es reciente vencedor de unas primarias en un partido de ámbito nacional, en este caso de la federación del sur de España, en el que por casualidad sólo se presenta usted, ya que los avales llegan al amigo, al fiel, pero nunca al militante de base…déjeme que le diga que la sombra de la corrupción, le está acechando. Si además lleva más de veinte años trabajando en este partido, en cargos de dirección o elección popular, por este “deber de cumplimiento”, lamentablemente está ya dentro del margen de los corruptos.
Entiendo que quien está leyendo este artículo y conoce casos como los ERE, Caja del Mediterráneo, Caja Madrid, Caja Castilla La Mancha, Caixa de Catalunya, El Palau, Gürtel, entenderá que yo no crea mucho en los nacionalismos, ya que mires por donde mires, si eres nacionalista o no, algo une a las personas que desempeñan cargos en estas partes, que suelen defender los postulados nacionalistas como un halo que les diferencia de los demás, sin embargo, les une este punto de forma insistente: la corrupción.
Cambiar de aires
Quizás esta carta moleste a más de uno…o más de dos. Y quizás por eso, ¡estoy pensando en cambiar de aires!
Pero creo que el cambio debe venir por los ciudadanos, que es donde está muy arraigado aceptar la corrupción. Los ciudadanos permitimos todo esto y literalmente hacemos muy poco. Les pongo un ejemplo: allí donde se han revelado casos de corrupción importantes y después ha vuelto a ganar la misma persona que aparece con otras siglas, es porque los ciudadanos le dan su voto. No vino un marciano a obligarles a votar por este u otro, fueron ellos, en su seno de aceptación importante de la corrupción como forma de vida, que les permite hacer esto. Si usted está leyendo este artículo y es uno de estos ejemplos, no mire para otro lado, es usted un corrupto.
Así que mi tema es doble. No entiendo que el PP corrupto en determinadas áreas, pueda seguir diciendo lo que dice. O nos hemos vuelto locos o aceptamos más de lo que pensamos. No entiendo que el PSOE tenga como candidato estrella en Madrid a un señor que ha dejado en bancarrota a su municipio, por ejemplo, demostrando que la política hoy en día está pensada más para necios que para personas y/o ciudadanos comunes. Que CIU haya sido imputada por financiación ilegal…y los catalanes que llenan estadios para pedir “libertad”…no hagan lo mismo para pedir limpieza o transparencia de esta decrepitud moral. O que a todos nos parezca normal que el presidente de un club de fútbol, madrileño para más señas, haya cambiado las reglas del juego para perpetuarse en el cargo (al más buen estilo Chávez, pero claro, ¡cómo vamos a comparar una cosa con la otra!).
Descrédito técnico a los políticos
Hay que cambiar, definitivamente, de aires.
Votar en blanco o nulo, y que las elecciones supongan un descrédito técnico a los políticos, y que no vuelva a gobernarse este país hasta que no se renueven las asociaciones judiciales, los partidos políticos, la banca participada por capital público, las universidades, las asociaciones deportivas con ayudas del Estado, en fin, todo y ahora no valen más que cuatro años en el cargo, y eso de que es poco tiempo, mejor probemos con poco que con mucho ya sabemos dónde termina la cosa. Alcaldes, diputados, presidentes y todo el que quiera ejercer un cargo político, éste será únicamente por un período (hay muchos países que lo hacen y no veo que se hundan en la miseria, ¡más todo lo contrario!). Que nadie quiera vivir de la política, de la carrera judicial, o de hacerse con un puesto de diputado o concejal “vitalicio”.
Habrá quien diga que mis palabras son las de un revolucionario que quiere cambiarlo todo. Habrá quien diga que mis palabras son de un ultra, de derechas o de izquierdas, porque lo primero que hará quien se sienta ofendido por este discurso es ir contra mi persona, mi forma de vida, mi familia o mi propia corrupción. Pero eso es lo de menos. Es un deber de cada uno hacer algo para cambiar de aires, para salir de esta y para regenerar la vida en España, y es obligación de cada uno entregar su granito de arena. El mío es este: decir BASTA. Como seguiremos…veamos, quizás nadie se interese, quizás muchos se interesen, cuando ocurra, veamos cómo.
¡A tod@s!
(*) Carlos Morales es empresario y emprendedor.
Hay que cambiar, definitivamente, de aires.
Votar en blanco o nulo, y que las elecciones supongan un descrédito técnico a los políticos, y que no vuelva a gobernarse este país hasta que no se renueven las asociaciones judiciales, los partidos políticos, la banca participada por capital público, las universidades, las asociaciones deportivas con ayudas del Estado, en fin, todo y ahora no valen más que cuatro años en el cargo, y eso de que es poco tiempo, mejor probemos con poco que con mucho ya sabemos dónde termina la cosa. Alcaldes, diputados, presidentes y todo el que quiera ejercer un cargo político, éste será únicamente por un período (hay muchos países que lo hacen y no veo que se hundan en la miseria, ¡más todo lo contrario!). Que nadie quiera vivir de la política, de la carrera judicial, o de hacerse con un puesto de diputado o concejal “vitalicio”.
Habrá quien diga que mis palabras son las de un revolucionario que quiere cambiarlo todo. Habrá quien diga que mis palabras son de un ultra, de derechas o de izquierdas, porque lo primero que hará quien se sienta ofendido por este discurso es ir contra mi persona, mi forma de vida, mi familia o mi propia corrupción. Pero eso es lo de menos. Es un deber de cada uno hacer algo para cambiar de aires, para salir de esta y para regenerar la vida en España, y es obligación de cada uno entregar su granito de arena. El mío es este: decir BASTA. Como seguiremos…veamos, quizás nadie se interese, quizás muchos se interesen, cuando ocurra, veamos cómo.
¡A tod@s!
(*) Carlos Morales es empresario y emprendedor.