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Hasta 14 especies distintas de cocodrilos convivieron en América del Sur en el Mioceno

Su alta especialización en cuanto al alimento permitió que hasta siete de ellas compartieran zona geográfica


Hubo un tiempo en el que siete especies de cocodrilo compartieron zona geográfica. Fue hace nueve millones de años (Mioceno), en América del Sur, donde en total había 14 especies de estos animales. Ello fue posible debido a su alta especialización en cuanto a alimento, según una investigación paleontológica. En la actualidad, hay 10 especies de cocodrilo o de aligátor en aquella región, pero solo dos o tres comparten área.


SINC/T21
22/05/2013

Reconstrucción de distintas especies de cocodrilo del Mioceno. Imagen: Jorge A. Gonzalez. Fuente: Nature Communications/SINC.
Reconstrucción de distintas especies de cocodrilo del Mioceno. Imagen: Jorge A. Gonzalez. Fuente: Nature Communications/SINC.
Durante el Mioceno América del Sur estuvo poblada, por lo menos, por hasta 14 especies de cocodrilos, 7 de las cuales compartían la misma zona geográfica, “un fenómeno nunca observado en especies actuales”, según un estudio liderado por la Universidad de Zúrich que cuenta con participación española, y del que se hace eco SINC. Todas desaparecieron debido a la elevación de los Andes, que modificó el curso de los ríos.

Actualmente, las zonas con mayor diversidad de cocodrilos del mundo son el norte de Sudamérica y el Sudeste asiático, donde viven hasta seis especies de aligátor y cuatro especies de cocodrilo. A pesar de esta elevada diversidad, solo dos o tres especies se encuentran habitualmente en una misma área.

Un estudio publicado en el último número de la revista Nature Communications describe un panorama completamente distinto hace entre 9 y 5 millones de años, cuando en el delta del Amazonas y del Urumaco había hasta catorce especies de cocodrilos y por lo menos siete de ellas compartían el mismo espacio.

La investigación, liderada por Marcelo Sánchez y Torsten Scheyer de la Universidad de Zúrich (Suiza) y en el que ha participado Massimo Delfino, investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y de la Universidad de Torino, los paleontólogos también han descrito dos nuevas especies para la ciencia: Globidentosuchus brachyrostris, un caimán que presentaba unos dientes esféricos y Crocodylus falconensis, un cocodrilo que podía llegar a los 4 metros de longitud.

Los investigadores han constatado la presencia de formas muy diferentes de las mandíbulas de estos animales del Mioceno, lo que se interpreta como especializaciones a una determinada dieta.


Hace cinco millones de años todas se extinguieron

Los dientes esféricos de Globidentosuchus brachyrostris se asocian a una alimentación basada en caracoles o cangrejos, mientras que los grandes cocodrilos, que podían llegar a los 12 metros de longitud, se alimentaban de tortugas, grandes roedores y otros cocodrilos pequeños. Esta elevada especialización en la alimentación les permitía ocupar las mismas zonas sin competir por los recursos.

Los gaviales fósiles se alimentaban de peces y ocuparon un nicho ecológico que, al extinguirse, fue ocupado por los delfines.

El estudio también describe la extinción de todas estas especies hace 5 millones de años. Toda esta diversidad de especies de cocodrilos en el Amazonas y en el Urumaco –un río que actualmente no existe y que desembocaba en el Golfo de Venezuela– desapareció seguramente debido a la elevación de los Andes que modificó el curso de los ríos, de modo que el Amazonas dejó de desembocar en el Caribe para hacerlo más al sur, en las aguas más frías del Atlántico.

Pese a que la destrucción del hábitat supuso la extinción de los cocodrilos, también permitió la emergencia de la biodiversidad actual de las zonas del Orinoco y el Amazonas.

Referencia bibliográfica:

Scheyer, T. M., Aguilera, O. A., Delfino, M., Fortier, D.C., Fortier, A. A., Sánchez, R., Carrillo-Briceño, J.D., Quiroz, L., Sánchez-Villagra, M.R. (2013). Crocodylian diversity peak and extinction in the late Cenozoic of the northern Neotropics. Nature Communications (2013). DOI: http://dx.doi.org/10.1038/ncomms2940.



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