El nuevo Tutellus.io, lanzado en 2019, pretende generar la disrupción en el sector de EdTech, descentralizando la gobernanza del aprendizaje y así llegar a 100 millones de personas en 5 años. Ello podría transformar la industria de EdTech, utilizando el protocolo TUT para que cualquier empresa pueda “tokenizar” sus activos.
Tutellus.io ofrece nuevas soluciones a un proceso que para los estudiantes suele ser difícil y costoso, y cuyos beneficios se perciben en el largo plazo. Tutellus.io rompe con el modelo tradicional en el que la formación implica altos precios para los estudiantes, existen bajas dosis de motivación para continuar el aprendizaje, y la obtención de un título ya no garantiza la consecución de un empleo.
Hablamos con Miguel Caballero, CEO, cofundador y cabeza visible de Tutellus desde su fundación.
Habéis lanzado un conjunto de activos digitales (token TUT y STUT), dAPPs y contratos inteligentes para permitir que cualquier persona en la industria de EdTech pueda construir sus propios servicios, utilizando el token TUT como el combustible que necesitan para ejecutar los contratos inteligentes. ¿Cómo se lo explicarías a una persona sin conocimientos de blockchain?
Básicamente se trata de que desde Tutellus lanzamos un set de tecnología para que cualquier empresa que quiera construir una solución blockchain que le permita empoderar y hacer más fuertes a sus usuarios lo pueda hacer usando nuestra tecnología. Esto es un escenario a largo plazo, todo hay que decirlo.
A corto plazo la explicación de Tutellus.io es mucho más sencilla. Somos una plataforma con la que puedes ganar dinero aprendiendo. Conforme aprendes, vas a poder recibir tokens, y esos tokens, si tú quieres, los vas a poder canjear por un token líquido que, a su vez, lo puedes traducir a FIAT, es decir dinero fiduciario.
Realmente lo que pretendemos es empoderar a los usuarios mediante la educación. Para mí, blockchain es un instrumento de cambio social. Es más que una tecnología. Es un conjunto de herramientas que permite empoderar a los usuarios que la utilizan. En nuestro caso, aplicando blockchain a la educación podemos conseguir que la gente gane dinero aprendiendo, y aquí está la fuerza de todo nuestro modelo.
Tutellus pretende llegar a 100 millones de personas. ¿Sois realmente conscientes de vuestro proyecto de transformación social y de su impacto a largo plazo?
Sabemos que para llegar a mejorar la vida de 100 millones de personas hay dos vías: o a base de talonario o creando un sistema de empoderamiento que contribuya a viralizar un crecimiento sostenible. En Tutellus optamos por esta segunda vía, que además está sustentada en unos modelos económicos viables y que permiten generar valor tanto al usuario (“token holder”) como a la propia empresa (“equity holder”).
Tutellus.io ofrece nuevas soluciones a un proceso que para los estudiantes suele ser difícil y costoso, y cuyos beneficios se perciben en el largo plazo. Tutellus.io rompe con el modelo tradicional en el que la formación implica altos precios para los estudiantes, existen bajas dosis de motivación para continuar el aprendizaje, y la obtención de un título ya no garantiza la consecución de un empleo.
Hablamos con Miguel Caballero, CEO, cofundador y cabeza visible de Tutellus desde su fundación.
Habéis lanzado un conjunto de activos digitales (token TUT y STUT), dAPPs y contratos inteligentes para permitir que cualquier persona en la industria de EdTech pueda construir sus propios servicios, utilizando el token TUT como el combustible que necesitan para ejecutar los contratos inteligentes. ¿Cómo se lo explicarías a una persona sin conocimientos de blockchain?
Básicamente se trata de que desde Tutellus lanzamos un set de tecnología para que cualquier empresa que quiera construir una solución blockchain que le permita empoderar y hacer más fuertes a sus usuarios lo pueda hacer usando nuestra tecnología. Esto es un escenario a largo plazo, todo hay que decirlo.
A corto plazo la explicación de Tutellus.io es mucho más sencilla. Somos una plataforma con la que puedes ganar dinero aprendiendo. Conforme aprendes, vas a poder recibir tokens, y esos tokens, si tú quieres, los vas a poder canjear por un token líquido que, a su vez, lo puedes traducir a FIAT, es decir dinero fiduciario.
Realmente lo que pretendemos es empoderar a los usuarios mediante la educación. Para mí, blockchain es un instrumento de cambio social. Es más que una tecnología. Es un conjunto de herramientas que permite empoderar a los usuarios que la utilizan. En nuestro caso, aplicando blockchain a la educación podemos conseguir que la gente gane dinero aprendiendo, y aquí está la fuerza de todo nuestro modelo.
Tutellus pretende llegar a 100 millones de personas. ¿Sois realmente conscientes de vuestro proyecto de transformación social y de su impacto a largo plazo?
Sabemos que para llegar a mejorar la vida de 100 millones de personas hay dos vías: o a base de talonario o creando un sistema de empoderamiento que contribuya a viralizar un crecimiento sostenible. En Tutellus optamos por esta segunda vía, que además está sustentada en unos modelos económicos viables y que permiten generar valor tanto al usuario (“token holder”) como a la propia empresa (“equity holder”).
¿Cómo funciona el sistema de tokens?
Tenemos dos tipos de tokens: un token interno que mide la relevancia o el conocimiento de los alumnos, que le llamamos STUT, de Smart TUT, y un token líquido que representa dinero, es decir, representa valor. El token en el momento que lo diseñamos tuvo un precio de salida de 0,05 dólares.
El token STUT es un token interno que realmente nos sirve para asignar usuarios en función de la actividad que realizan en la plataforma y lo bien valorada que está esta actividad. De esta manera, cuantas más cosas haces en Tutellus más tokens STUT recibes, es decir, más relevancia vas ganando en los cursos que estás estudiando. Cuando terminas un curso, tú puedes decidir si quieres cambiar esa relevancia por el token líquido, pero la pierdes, o puedes decidir si la quieres mantener. Entonces, en Tutellus tenemos esa dualidad entre ambos tipos de tokens y entre ambos tipos de usuarios. Hay usuarios que deciden mantener su relevancia porque quieren destacar más, empoderarse, en aquellas habilidades que están estudiando, y hay otros alumnos que quieren cambiar esa relevancia por dinero. No les importa perder dicha relevancia porque para ellos poder ganar el dinero equivalente al curso que han hecho es algo que valoran mucho más.
Desde esta perspectiva, hay que tener en cuenta que trabajamos con usuarios de todo el mundo. Por lo tanto, podemos encontrarnos con un usuario en Madrid que puede no necesitar el dinero y preferir ser más relevante en su campo de conocimiento, sea economía digital, blockchain, disrupción digital o ciber-humanismo, y con una persona que viva en Venezuela que valore mucho el poder ganar dinero estudiando. Esta persona va a cambiar probablemente su relevancia por el token líquido.
Este sistema de doble tokens nos permite empoderar a los usuarios y permitirles ganar dinero mientras aprenden. Por lo tanto, es un sistema que incentiva muchísimo el consumo de cursos y de formación en la plataforma.
¿Cómo describirías la tecnología de Tutellus.io?
A nivel tecnológico, Tutellus es una infraestructura bastante compleja que tiene muchos servicios alrededor de un API y algunos servicios, en vez de estar conectados a una base de datos central, están conectados a una blockchain. De esta manera, nosotros en Tutellus mantenemos dos blockchains: una privada donde tenemos el token interno, el Smart TUT, el STUT, y una pública que es la blockchain de NEM, donde tenemos el TUT. Ambas blockchains están interconectadas entre sí y en función del servicio el usuario “ataca” una base de datos centralizada o un registro descentralizado en una blockchain.
Intentamos no obstante, y esto es importante recalcar, que la infraestructura sea muy compleja en el “back-end”, pero muy simple en el “front-end”. En las interfaces que estamos trabajando desde Tutellus no se va a apreciar prácticamente en ningún sitio que es un sistema blockchain basado en tokens, porque al final al usuario lo de los tokens le da igual, porque al usuario lo que le importa es que gana dinero o gana relevancia. Por lo tanto, eso es lo único que le importa. Ver cómo cada vez que avanza en un curso y que cada vez que ayuda más a otros alumnos aumenta su saldo, y eso es lo único que, al final, hay que plasmar en el “front-end”. Insisto mucho siempre en hacer desarrollos tecnológicos muy complejos en el “back-end” pero muy sencillos en el “front-end”.
¿Cómo describirías a vuestra comunidad?
Se trata de una comunidad con la que evidentemente desde Tutellus estamos eternamente agradecidos y básicamente hay dos tipologías de usuario. Un tipo de usuario, el más clásico de Tutellus, es el que cree en la economía colaborativa y que cree en el empoderamiento del ciudadano a través de una plataforma como Tutellus, que permite ganar dinero. En Tutellus, el modelo clásico de Tutellus es que cualquier puede ganar dinero enseñando. Luego tenemos un usuario más moderno, más reciente, más “cripto”. Ese tipo de usuario es similar al anterior en cuanto al empoderamiento y la novedad que aporta es el conocimiento de blockchain y de todo el modelo de tokens. También es cierto que este segundo tipo de usuario todavía es pequeño sobre el porcentaje total.
En Tutellus vamos camino de los dos millones de usuarios y no tenemos más de 100.000 que pueda ser considerado como de la segunda tipología, el "cripto-usuario". No me cabe ninguna duda que el mundo blockchain lo irá conociendo cada vez más gente y que dentro de unos años la mayor parte de la gente, sin saberlo o sin quererlo, va a ser “cripto-believer”.
Para finalizar, ¿Tutellus sería una de las plataformas ideales de aprendizaje en una Nación Digital?
Por supuesto, se ajusta perfectamente a todos los conceptos. Además, asociado a Nación Digital, o a Planeta Digital, permíteme que te haga un comentario final. En un mundo en el que los humanos ya no vivan solamente en la tierra, como ocurrirá, y tú y yo lo sabemos muy bien, cuando empiece a haber colonias en otros planetas ¿Qué dinero se va a utilizar en esos planetas? Evidentemente no tiene sentido llevar oro o dinero fiduciario. Todo lo cripto sería perfectamente aplicable en esos planetas. ¿Y qué modelos educativos y modelos de aprendizaje se desarrollarían en esos planetas? Pues modelos basados en criptos, en tokens y en sistemas de empoderamiento al usuario o al robot, en el planeta en que operen. No tengo ninguna duda que Tutellus es un modelo aplicable no sólo a Nación Digital sino a un mundo interplanetario.
Tenemos dos tipos de tokens: un token interno que mide la relevancia o el conocimiento de los alumnos, que le llamamos STUT, de Smart TUT, y un token líquido que representa dinero, es decir, representa valor. El token en el momento que lo diseñamos tuvo un precio de salida de 0,05 dólares.
El token STUT es un token interno que realmente nos sirve para asignar usuarios en función de la actividad que realizan en la plataforma y lo bien valorada que está esta actividad. De esta manera, cuantas más cosas haces en Tutellus más tokens STUT recibes, es decir, más relevancia vas ganando en los cursos que estás estudiando. Cuando terminas un curso, tú puedes decidir si quieres cambiar esa relevancia por el token líquido, pero la pierdes, o puedes decidir si la quieres mantener. Entonces, en Tutellus tenemos esa dualidad entre ambos tipos de tokens y entre ambos tipos de usuarios. Hay usuarios que deciden mantener su relevancia porque quieren destacar más, empoderarse, en aquellas habilidades que están estudiando, y hay otros alumnos que quieren cambiar esa relevancia por dinero. No les importa perder dicha relevancia porque para ellos poder ganar el dinero equivalente al curso que han hecho es algo que valoran mucho más.
Desde esta perspectiva, hay que tener en cuenta que trabajamos con usuarios de todo el mundo. Por lo tanto, podemos encontrarnos con un usuario en Madrid que puede no necesitar el dinero y preferir ser más relevante en su campo de conocimiento, sea economía digital, blockchain, disrupción digital o ciber-humanismo, y con una persona que viva en Venezuela que valore mucho el poder ganar dinero estudiando. Esta persona va a cambiar probablemente su relevancia por el token líquido.
Este sistema de doble tokens nos permite empoderar a los usuarios y permitirles ganar dinero mientras aprenden. Por lo tanto, es un sistema que incentiva muchísimo el consumo de cursos y de formación en la plataforma.
¿Cómo describirías la tecnología de Tutellus.io?
A nivel tecnológico, Tutellus es una infraestructura bastante compleja que tiene muchos servicios alrededor de un API y algunos servicios, en vez de estar conectados a una base de datos central, están conectados a una blockchain. De esta manera, nosotros en Tutellus mantenemos dos blockchains: una privada donde tenemos el token interno, el Smart TUT, el STUT, y una pública que es la blockchain de NEM, donde tenemos el TUT. Ambas blockchains están interconectadas entre sí y en función del servicio el usuario “ataca” una base de datos centralizada o un registro descentralizado en una blockchain.
Intentamos no obstante, y esto es importante recalcar, que la infraestructura sea muy compleja en el “back-end”, pero muy simple en el “front-end”. En las interfaces que estamos trabajando desde Tutellus no se va a apreciar prácticamente en ningún sitio que es un sistema blockchain basado en tokens, porque al final al usuario lo de los tokens le da igual, porque al usuario lo que le importa es que gana dinero o gana relevancia. Por lo tanto, eso es lo único que le importa. Ver cómo cada vez que avanza en un curso y que cada vez que ayuda más a otros alumnos aumenta su saldo, y eso es lo único que, al final, hay que plasmar en el “front-end”. Insisto mucho siempre en hacer desarrollos tecnológicos muy complejos en el “back-end” pero muy sencillos en el “front-end”.
¿Cómo describirías a vuestra comunidad?
Se trata de una comunidad con la que evidentemente desde Tutellus estamos eternamente agradecidos y básicamente hay dos tipologías de usuario. Un tipo de usuario, el más clásico de Tutellus, es el que cree en la economía colaborativa y que cree en el empoderamiento del ciudadano a través de una plataforma como Tutellus, que permite ganar dinero. En Tutellus, el modelo clásico de Tutellus es que cualquier puede ganar dinero enseñando. Luego tenemos un usuario más moderno, más reciente, más “cripto”. Ese tipo de usuario es similar al anterior en cuanto al empoderamiento y la novedad que aporta es el conocimiento de blockchain y de todo el modelo de tokens. También es cierto que este segundo tipo de usuario todavía es pequeño sobre el porcentaje total.
En Tutellus vamos camino de los dos millones de usuarios y no tenemos más de 100.000 que pueda ser considerado como de la segunda tipología, el "cripto-usuario". No me cabe ninguna duda que el mundo blockchain lo irá conociendo cada vez más gente y que dentro de unos años la mayor parte de la gente, sin saberlo o sin quererlo, va a ser “cripto-believer”.
Para finalizar, ¿Tutellus sería una de las plataformas ideales de aprendizaje en una Nación Digital?
Por supuesto, se ajusta perfectamente a todos los conceptos. Además, asociado a Nación Digital, o a Planeta Digital, permíteme que te haga un comentario final. En un mundo en el que los humanos ya no vivan solamente en la tierra, como ocurrirá, y tú y yo lo sabemos muy bien, cuando empiece a haber colonias en otros planetas ¿Qué dinero se va a utilizar en esos planetas? Evidentemente no tiene sentido llevar oro o dinero fiduciario. Todo lo cripto sería perfectamente aplicable en esos planetas. ¿Y qué modelos educativos y modelos de aprendizaje se desarrollarían en esos planetas? Pues modelos basados en criptos, en tokens y en sistemas de empoderamiento al usuario o al robot, en el planeta en que operen. No tengo ninguna duda que Tutellus es un modelo aplicable no sólo a Nación Digital sino a un mundo interplanetario.
PostScriptum
Miguel Caballero y yo nos conocimos poco tiempo después de él haber cofundado Tutellus. En el año 2014, Tutellus produjo el primer documental sobre Economía Colaborativa en el mundo, titulado “Compartir mola (la revolución colaborativa) ”, en el que participaban pioneros en economía digital como Enrique Dans (Instituto de Empresa), Isabel López Briones (Sherpandipity), Albert Cañigueral (Ouishare), Javier Creus (Ideas4Change), Ileana Izverniceanu (OCU), Francisco Cámara (Espacio Freeland), Gabriel Herrero-Beaumont (antigua Bluemove, actualmente Ubeeqo), Jeroen Merchiers (Airbnb), Pierre-Dimitri Gore Coty (Uber), Pepa y Luismi Barral (TwoMuch), Miguel Caballero (Tutellus) y yo, Rafael Martínez-Cortiña (Peers).
La idea y coordinación de todo el proyecto de “Compartir mola (la revolución colaborativa)” fue de Héctor Castillo, cofundador de Noysi, equivalente español de Slack. El documental contó con la colaboración de Tutellus, Airbnb, Cabify, AlfaZulu, OCU, Uber, TwoMuch, Minube, Cabify, Sherpandipity, percentil, fiindr, Peers, furnit, ticketea, Mingles, TimeRepublik, Ouishare, wewap, meetmeals, Freeland, Bluemove, etece.es, ticketea, Freeland, Bluemove, Thebackpackerwe, godog, weSmartpark, ticketbis, eetchi, bibulu, SocialCar, chicfy, Ulule, Obsso, Micocar… y muchos más.
En el año 2014 era una muestra muy significativa del ecosistema digital existente en España. El documental “Compartir mola (la revolución colaborativa)” sigue estando vigente en sus planteamientos y es una manera muy amena de aprender sobre los nuevos planteamientos que permite la economía digital.
Referencias
Miguel Caballero y yo nos conocimos poco tiempo después de él haber cofundado Tutellus. En el año 2014, Tutellus produjo el primer documental sobre Economía Colaborativa en el mundo, titulado “Compartir mola (la revolución colaborativa) ”, en el que participaban pioneros en economía digital como Enrique Dans (Instituto de Empresa), Isabel López Briones (Sherpandipity), Albert Cañigueral (Ouishare), Javier Creus (Ideas4Change), Ileana Izverniceanu (OCU), Francisco Cámara (Espacio Freeland), Gabriel Herrero-Beaumont (antigua Bluemove, actualmente Ubeeqo), Jeroen Merchiers (Airbnb), Pierre-Dimitri Gore Coty (Uber), Pepa y Luismi Barral (TwoMuch), Miguel Caballero (Tutellus) y yo, Rafael Martínez-Cortiña (Peers).
La idea y coordinación de todo el proyecto de “Compartir mola (la revolución colaborativa)” fue de Héctor Castillo, cofundador de Noysi, equivalente español de Slack. El documental contó con la colaboración de Tutellus, Airbnb, Cabify, AlfaZulu, OCU, Uber, TwoMuch, Minube, Cabify, Sherpandipity, percentil, fiindr, Peers, furnit, ticketea, Mingles, TimeRepublik, Ouishare, wewap, meetmeals, Freeland, Bluemove, etece.es, ticketea, Freeland, Bluemove, Thebackpackerwe, godog, weSmartpark, ticketbis, eetchi, bibulu, SocialCar, chicfy, Ulule, Obsso, Micocar… y muchos más.
En el año 2014 era una muestra muy significativa del ecosistema digital existente en España. El documental “Compartir mola (la revolución colaborativa)” sigue estando vigente en sus planteamientos y es una manera muy amena de aprender sobre los nuevos planteamientos que permite la economía digital.
Referencias