Según un estudio realizado por la Universidad Queen Mary de Londres, existe una correlación significativa entre el aumento del populismo en toda Europa y el nivel de desconfianza hacia las vacunas.
"Parece probable que el populismo científico sea impulsado por sentimientos similares al populismo político”, señala el doctor Jonathan Kennedy, autor principal del estudio, en un comunicado. “Un ejemplo sería una profunda desconfianza hacia las élites y los expertos por parte de los grupos más desfavorecidos y marginados de una población”.
“Incluso cuando los programas mejoran objetivamente la salud de las poblaciones objetivo, las comunidades que no confían en las élites y los expertos pueden verlos con recelo”, señala Kennedy. “En caso de duda, la desconfianza se centra en los expertos en salud pública y en las compañías farmacéuticas que defienden las vacunas".
Los datos
El estudio analizó los datos a nivel nacional de 14 países europeos. Estos datos incluyen el porcentaje de personas en un país que votaron por los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, y el porcentaje de personas en un país que creen que las vacunas no son importantes, seguras y/o efectivas, según los datos de 2015 del Vaccine Confidence Project.
El análisis descubrió una asociación positiva altamente significativa entre el porcentaje de personas en un país que votó por los partidos populistas y el porcentaje que cree que las vacunas no son importantes ni efectivas.
"Al igual que las restricciones a los derechos reproductivos, la retórica contra la vacunación ha sido un objetivo para el populismo", apunta la profesora Sophie Harman, experta en políticas de salud global de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de Queen Mary.
El mito de la vacuna triple vírica y el autismo
El doctor Kennedy sitúa el origen de las dudas que rodean a la vacunación moderna en el ahora desacreditado artículo de Andrew Wakefield, publicado en la revista médica británica The Lancet en 1998, que afirma un vínculo entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (vacuna triple vírica o SPR) y el autismo.
Las tasas de vacunación con SPR en el Reino Unido disminuyeron del 92 por ciento en 1995 a un mínimo del 79 por ciento en 2003, muy por debajo de la tasa del 95 por ciento necesaria para lograr la inmunidad colectiva. Los casos confirmados de sarampión en Inglaterra y Gales aumentaron de 56 en 1998 a 1370 en 2008.
Wakefield fue excluido del registro médico del Reino Unido y The Lancet se retractó tras comprobarse que Wakefield falseó sus resultados. Sin embargo, sus ideas siguen siendo influyentes y se citan como una razón por la cual los casos de sarampión han aumentado en Europa en los últimos años.
Impacto de la investigación de Wakefield en la política estadounidense
La influencia del estudio fraudulento sobre la vacuna triple vírica es sonada en Estados Unidos. El actual presidente, Donald Trump se reunió con reconocidos activistas contra la vacunación, incluido el propio Wakefield, y expresó simpatía por sus ideas. De hecho, en 2014, Trump tuiteó: “Un niño pequeño sano va al médico, recibe una inyección masiva de muchas vacunas, no se siente bien y cambia: AUTISMO. ¡Hay muchos casos!”
"La indecisión con las vacunas será difícil de resolver a menos que se aborden sus causas subyacentes del populismo, un sistema económico inicuo y un sistema político no representativo", advierte el doctor Kennedy.
Ejemplos europeos
Volviendo al caso europeo, existen pruebas anecdóticas que muestran la conexión entre el aumento de los movimientos políticos populistas en Europa occidental y el aumento de los niveles de desconfianza hacia las vacunas.
Según Kennedy, el ejemplo más destacado es Italia. El Movimiento 5 Estrellas (en italiano, Movimento 5 Stelle, M5S) ha expresado su preocupación por la seguridad de la vacunación y el vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo. En consecuencia, la cobertura de vacunación de SPR cayó del 90 por ciento en 2013 al 85 por ciento en 2016, y dio lugar a un aumento en los casos de sarampión de 840 en 2016 a 5000 en 2017.
A pesar de esto, el pasado verano, el Senado italiano aprobó una ley impulsada por los partidos recién llegados al poder (el M5S y la Liga Norte), para retrasar un año la obligación del certificado de vacunación para acceder a las escuelas infantiles estatales.
El Frente Nacional de la extrema derecha francesa (partido denominado Agrupación Nacional desde junio de 2018) también ha expresado su preocupación por la seguridad de las vacunas y las leyes que hacen que las vacunas infantiles sean obligatorias. Y en Grecia, el gobierno de la Coalición de la Izquierda Radical, comúnmente conocida por su acrónimo Syriza, propuso que los padres pudieran optar por no vacunar a sus hijos.
Si bien el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), de la derecha populista británica, no ha expresado preocupaciones similares, una reciente encuesta mostró que los votantes del UKIP tenían una probabilidad casi cinco veces mayor el resto de la población de creer que la vacuna triple vírica no era segura.
Referencia
Populist politics and vaccine hesitancy in Western Europe: an analysis of national-level data. J. Kennedy. European Journal of Public Health, 25 February 2019. DOI: https://doi.org/10.1093/eurpub/ckz004.