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La Unión Europea ha empezado a probar vehículos sin conductor en tres ciudades del continente, coches totalmente automatizados, dirigidos por un ordenador central, no contaminantes ni ruidosos, que circularán por espacios adaptados hasta 2008. Si funcionan, su uso se extendería aumentando la seguridad en las carreteras, disminuyendo los atascos en las ciudades, y propiciando un medioambiente más limpio en el viejo continente.
El proyeto se llama CityMobil, entra dentro del llamado VI Programa Marco de la UE, y está orientado a mejorar el tráfico y sus infraestructuras en las ciudades europeas. De aquí a 2008, varios de estos vehículos de prueba estarán recorriendo el aeropuerto británico de Heathrow, el nuevo Palacio de Exposiciones de Roma y la localidad española de Castellón. CityMobil ha reunido a 28 socios de 10 países con una inversión de un total de 40 millones de euros, informa CORDIS.
No es ciencia ficción
Y, aunque aún suene a ciencia ficción, el caso es que un proyecto similar funciona desde 1999 en los Países Bajos, en Cappelle aan de Ijssel, cerca de Rótterdam: allí, un camión eléctrico se desplaza por su propio camino separado del tráfico común, de manera totalmente automática, aunque a una velocidad máxima de sólo 40 kilómetros por hora.
Pero lo que resulta más difícil de creer es que estos coches automáticos puedan llegar a ser una solución para los tradicionales embotellamientos urbanos. Ya algunas ciudades europeas habían puesto sus propios remedios: Atenas prohíbe el uso de vehículos con determinadas matrículas en días concretos para que no todo el mundo salga al mismo tiempo con su coche, y Londres ha establecido un impuesto de “atasco” para evitar que los conductores muevan su coche por la ciudad.
Ahora la propuesta es tecnológica: un revolucionario sistema que se hallaría entre los conceptos actuales de transporte público y privado. Serían coches guiados que aprovecharían las infraestructuras viales ya existentes y aumentarían los servicios de transporte públicos, reduciendo así el tráfico urbano.
Sin conductor
El proyecto CityMobil pretende establecer sistemas de transporte público sin conductor que lleven al pasajero cuándo y adónde quiera ir. Es decir, serían como “taxis” que pudieran contratarse en cualquier momento a título individual, pero que no estarían conducidos por nadie. Un ordenador central controlaría sus movimientos.
De esta forma, aumentarían las facilidades para moverse por la ciudad en un transporte público, con la consecuente reducción de atascos y contaminación. Las bases de este proyecto son los proyectos CyberMove y CyberCars, del V Programa Marco de la Unión Europea.
En el aeropuerto de Heathrow, el actual sistema conectará la terminal número cinco, cuya inauguración está prevista para 2008, con la zona de aparcamiento de automóviles. Un total de 18 cápsulas sin conductor y de diseño futurista recorrerán los 4,2 kilómetros de vía.
Cuando el viajero llegue al aeropuerto y quiera ir desde el aparcamiento de coches hasta la terminal, podrá llamar a una unidad automática libre, y ésta acudirá a recogerlo allí donde tenga aparcado el coche.
Cibercoches y autobuses
En Roma, unos "cibercoches" especiales sin conductor conectarán el nuevo centro de exposiciones con el estacionamiento de vehículos y la cercana estación de trenes. Por último, los autobuses especiales de Castellón circularán por el centro de la ciudad, con o sin conductor dependiendo de las condiciones del tráfico.
En un tiempo, se sumarán más planes de este tipo a otras localidades europeas, para que las autoridades puedan elegir entre diversas opciones de transporte automatizado.
Ya existen varios sistemas funcionando. En Eindhoven se ha implantado un sistema mejorado con conductor que enlaza la ciudad con el aeropuerto. Francia y Países Bajos son el escenario de otras innovaciones.
La red de Eindhoven es de automatización, con acceso manual al dispositivo, que consiste en acoplar el vehículo al puesto de estacionamiento de modo que los pasajeros puedan salir rápidamente del coche.
En España, Castellón
En España, cinco empresas de ámbito internacional ya han optado al suministro de los vehículos del bus guiado de Castelló, según la Generalitat valenciana. El sistema de transporte se instalará en una vía reservada (TVR-Cas), con una inversión prevista para el proyecto de casi 3 millones de euros.
De esta forma, esta ciudad levantina se convertirá en la primera de España en disponer de un sistema de transporte con la regularidad de un tranvía y, al mismo tiempo, la adaptabilidad de los autobuses.
Una plataforma exclusiva para la circulación del transporte público se añadirá a las ventajas del nuevo proyecto. Las primera línea de la red TVR-Cas será la que una Castelló con Benicassim, y posteriormente se añadirán las de Castelló con Burriana, Vila-Real y Almassora.
Ya se ha entregado la licencia para estas obras que comenzarán este año en el tramo entre la Unversitat Jaume I y el parque Ribalta de Castelló.
Implantación social progresiva
El objetivo de CityMobil es modesto en sus inicios: desplegar este tipo de vehículos sin volante, pedales ni conductor, para realizar pequeños trayectos experimentales que unan los aeropuertos, los centros de negocios, las universidades y otras infraestructuras de grandes concentraciones humanas, con este singular medio de transporte.
La principal dificultad no es tecnológica, sino cultural: hay que ver cómo reaccionan los usuarios, muchos de ellos apasionados del volante, así como la industria automovilística y, sobre todo, los colectivos profesionales de conductores de automóviles.
El proyeto se llama CityMobil, entra dentro del llamado VI Programa Marco de la UE, y está orientado a mejorar el tráfico y sus infraestructuras en las ciudades europeas. De aquí a 2008, varios de estos vehículos de prueba estarán recorriendo el aeropuerto británico de Heathrow, el nuevo Palacio de Exposiciones de Roma y la localidad española de Castellón. CityMobil ha reunido a 28 socios de 10 países con una inversión de un total de 40 millones de euros, informa CORDIS.
No es ciencia ficción
Y, aunque aún suene a ciencia ficción, el caso es que un proyecto similar funciona desde 1999 en los Países Bajos, en Cappelle aan de Ijssel, cerca de Rótterdam: allí, un camión eléctrico se desplaza por su propio camino separado del tráfico común, de manera totalmente automática, aunque a una velocidad máxima de sólo 40 kilómetros por hora.
Pero lo que resulta más difícil de creer es que estos coches automáticos puedan llegar a ser una solución para los tradicionales embotellamientos urbanos. Ya algunas ciudades europeas habían puesto sus propios remedios: Atenas prohíbe el uso de vehículos con determinadas matrículas en días concretos para que no todo el mundo salga al mismo tiempo con su coche, y Londres ha establecido un impuesto de “atasco” para evitar que los conductores muevan su coche por la ciudad.
Ahora la propuesta es tecnológica: un revolucionario sistema que se hallaría entre los conceptos actuales de transporte público y privado. Serían coches guiados que aprovecharían las infraestructuras viales ya existentes y aumentarían los servicios de transporte públicos, reduciendo así el tráfico urbano.
Sin conductor
El proyecto CityMobil pretende establecer sistemas de transporte público sin conductor que lleven al pasajero cuándo y adónde quiera ir. Es decir, serían como “taxis” que pudieran contratarse en cualquier momento a título individual, pero que no estarían conducidos por nadie. Un ordenador central controlaría sus movimientos.
De esta forma, aumentarían las facilidades para moverse por la ciudad en un transporte público, con la consecuente reducción de atascos y contaminación. Las bases de este proyecto son los proyectos CyberMove y CyberCars, del V Programa Marco de la Unión Europea.
En el aeropuerto de Heathrow, el actual sistema conectará la terminal número cinco, cuya inauguración está prevista para 2008, con la zona de aparcamiento de automóviles. Un total de 18 cápsulas sin conductor y de diseño futurista recorrerán los 4,2 kilómetros de vía.
Cuando el viajero llegue al aeropuerto y quiera ir desde el aparcamiento de coches hasta la terminal, podrá llamar a una unidad automática libre, y ésta acudirá a recogerlo allí donde tenga aparcado el coche.
Cibercoches y autobuses
En Roma, unos "cibercoches" especiales sin conductor conectarán el nuevo centro de exposiciones con el estacionamiento de vehículos y la cercana estación de trenes. Por último, los autobuses especiales de Castellón circularán por el centro de la ciudad, con o sin conductor dependiendo de las condiciones del tráfico.
En un tiempo, se sumarán más planes de este tipo a otras localidades europeas, para que las autoridades puedan elegir entre diversas opciones de transporte automatizado.
Ya existen varios sistemas funcionando. En Eindhoven se ha implantado un sistema mejorado con conductor que enlaza la ciudad con el aeropuerto. Francia y Países Bajos son el escenario de otras innovaciones.
La red de Eindhoven es de automatización, con acceso manual al dispositivo, que consiste en acoplar el vehículo al puesto de estacionamiento de modo que los pasajeros puedan salir rápidamente del coche.
En España, Castellón
En España, cinco empresas de ámbito internacional ya han optado al suministro de los vehículos del bus guiado de Castelló, según la Generalitat valenciana. El sistema de transporte se instalará en una vía reservada (TVR-Cas), con una inversión prevista para el proyecto de casi 3 millones de euros.
De esta forma, esta ciudad levantina se convertirá en la primera de España en disponer de un sistema de transporte con la regularidad de un tranvía y, al mismo tiempo, la adaptabilidad de los autobuses.
Una plataforma exclusiva para la circulación del transporte público se añadirá a las ventajas del nuevo proyecto. Las primera línea de la red TVR-Cas será la que una Castelló con Benicassim, y posteriormente se añadirán las de Castelló con Burriana, Vila-Real y Almassora.
Ya se ha entregado la licencia para estas obras que comenzarán este año en el tramo entre la Unversitat Jaume I y el parque Ribalta de Castelló.
Implantación social progresiva
El objetivo de CityMobil es modesto en sus inicios: desplegar este tipo de vehículos sin volante, pedales ni conductor, para realizar pequeños trayectos experimentales que unan los aeropuertos, los centros de negocios, las universidades y otras infraestructuras de grandes concentraciones humanas, con este singular medio de transporte.
La principal dificultad no es tecnológica, sino cultural: hay que ver cómo reaccionan los usuarios, muchos de ellos apasionados del volante, así como la industria automovilística y, sobre todo, los colectivos profesionales de conductores de automóviles.