Estimular artificialmente el centro del placer del cerebro aumenta la inmunidad en ratones de una forma que podría ayudar a explicar el poder de los placebos, según estudio.
"Nuestros resultados indican que la activación de áreas del cerebro asociadas con las expectativas positivas pueden afectar la forma en que el cuerpo hace frente a las enfermedades", dice la autora principal Asya Rolls, profesora asistente en la Facultad de Medicina de Technion-Instituto de Tecnología de Israel, en MedicalXpress.
Desde hace tiempo se sabe que el sistema de recompensa del cerebro humano, relacionado con el placer, se puede activar con un placebo desprovisto de cualquier principio activo, si la persona que lo toma piensa que es medicina real, pero no estaba claro si esto podía afectar el bienestar físico. Tampoco se sabía cómo viajaría la respuesta inmune fortalecida por el cuerpo.
"Nuestros resultados indican que la activación de áreas del cerebro asociadas con las expectativas positivas pueden afectar la forma en que el cuerpo hace frente a las enfermedades", dice la autora principal Asya Rolls, profesora asistente en la Facultad de Medicina de Technion-Instituto de Tecnología de Israel, en MedicalXpress.
Desde hace tiempo se sabe que el sistema de recompensa del cerebro humano, relacionado con el placer, se puede activar con un placebo desprovisto de cualquier principio activo, si la persona que lo toma piensa que es medicina real, pero no estaba claro si esto podía afectar el bienestar físico. Tampoco se sabía cómo viajaría la respuesta inmune fortalecida por el cuerpo.
Ratones
Los investigadores incubaron células inmunes de ratones expuestos a la bacteria mortal E. coli después de que células específicas del centro de recompensa de los animales hubieran sido estimuladas.
Estas células inmunes mataron con una eficacia al menos dos veces mayor a las bacterias que las ordinarias.
En una segunda prueba, los científicos vacunaron diferentes ratones con las mismas células inmunes. Treinta días después, el nuevo conjunto de roedores tenía también el doble de probabilidades de poder luchar contra la infección.
El sistema de recompensa del cerebro se activa ante la posibilidad de una comida sabrosa, o de un encuentro sexual. Ambas situaciones exponen a bacterias, y según los investigadores, sería una ventaja evolutiva que cuando el sistema de recompensa se active, se potencie también el inmune.
Los investigadores incubaron células inmunes de ratones expuestos a la bacteria mortal E. coli después de que células específicas del centro de recompensa de los animales hubieran sido estimuladas.
Estas células inmunes mataron con una eficacia al menos dos veces mayor a las bacterias que las ordinarias.
En una segunda prueba, los científicos vacunaron diferentes ratones con las mismas células inmunes. Treinta días después, el nuevo conjunto de roedores tenía también el doble de probabilidades de poder luchar contra la infección.
El sistema de recompensa del cerebro se activa ante la posibilidad de una comida sabrosa, o de un encuentro sexual. Ambas situaciones exponen a bacterias, y según los investigadores, sería una ventaja evolutiva que cuando el sistema de recompensa se active, se potencie también el inmune.
Referencia bibliográfica:
Tamar L Ben-Shaanan et al.: Activation of the reward system boosts innate and adaptive immunity. Nature Medicine (2016). DOI: 10.1038/nm.4133.
Tamar L Ben-Shaanan et al.: Activation of the reward system boosts innate and adaptive immunity. Nature Medicine (2016). DOI: 10.1038/nm.4133.