Nuevos escarpes lunares. Nasa et al.
Gracias a las imágenes en alta resolución del orbitador LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA se acaban de descubrir escarpes lobulares en la superficie lunar que parecen indicar que nuestro satélite está encogiendo. El equipo del científico Thomas R. Watters, de la Institución Smithsonian de EEUU, informa del descubrimiento está semana en la revista Science en el artículo “Evidencias de fallas de empuje recientes en la Luna reveladas por la cámara del LRO”.
“La contracción que expresan estas fallas es de no más de mil millones de años, pero el hecho de que corten impactos de pequeño diámetro, que no haya cráteres de impacto de diámetros grandes superpuestos a los escarpes, así como que su apariencia sea ‘fresca’ y no degradada, sugiere que podrían ser mucho más jóvenes”, explica Watters a SINC.
“Así, las fallas podrían haberse formado muy recientemente y podrían indicar que la Luna todavía se está enfriando y encogiendo hoy en día”, destaca este investigador del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian.
Los escarpes lobulares son fallas de empuje (elevaciones con ángulo de inclinación pequeño) que se producen sobre todo en las tierras altas de la Luna. Estas formaciones se identificaron por primera vez cerca del ecuador lunar con las cámaras panorámicas que se utilizaron en las misiones Apolo 15, 16 y 17. Los nuevos escarpes descubiertos ahora, 14 en total, indican que estas fallas se distribuyen de forma global y no solo en la zona ecuatorial del satélite
El interior de la Luna se enfría
“Las fallas de empuje relativamente jóvenes y distribuidas de forma global muestran una contracción reciente en toda Luna, probablemente debido al enfriamiento del interior lunar, y la cantidad de contracción se estima en cerca de 100 metros en un pasado reciente”, explica Watters.
“Las nuevas imágenes están cambiando nuestra visión de la Luna”, añade Mark Robinson, de la Escuela de Exploración de la Tierra y el Espacio de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) y coautor e investigador principal de la cámara de la sonda LRO. “No sólo hemos detectado muchos escarpes lunares desconocidos anteriormente, sino que estamos observando con mucho más detalle los que se identificaron con las fotografías del Apolo”.
Los científicos confían en obtener pronto nuevos datos sobre la superficie lunar. “Creo que vamos a encontrar muchos más escarpes lobulares a medida que consigamos más y más imágenes en alta resolución con la cámara del LRO, y uno de los proyectos futuros será determinar con mayor exactitud lo jóvenes que son estos escarpes de falla”, concluye Watters.
“La contracción que expresan estas fallas es de no más de mil millones de años, pero el hecho de que corten impactos de pequeño diámetro, que no haya cráteres de impacto de diámetros grandes superpuestos a los escarpes, así como que su apariencia sea ‘fresca’ y no degradada, sugiere que podrían ser mucho más jóvenes”, explica Watters a SINC.
“Así, las fallas podrían haberse formado muy recientemente y podrían indicar que la Luna todavía se está enfriando y encogiendo hoy en día”, destaca este investigador del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian.
Los escarpes lobulares son fallas de empuje (elevaciones con ángulo de inclinación pequeño) que se producen sobre todo en las tierras altas de la Luna. Estas formaciones se identificaron por primera vez cerca del ecuador lunar con las cámaras panorámicas que se utilizaron en las misiones Apolo 15, 16 y 17. Los nuevos escarpes descubiertos ahora, 14 en total, indican que estas fallas se distribuyen de forma global y no solo en la zona ecuatorial del satélite
El interior de la Luna se enfría
“Las fallas de empuje relativamente jóvenes y distribuidas de forma global muestran una contracción reciente en toda Luna, probablemente debido al enfriamiento del interior lunar, y la cantidad de contracción se estima en cerca de 100 metros en un pasado reciente”, explica Watters.
“Las nuevas imágenes están cambiando nuestra visión de la Luna”, añade Mark Robinson, de la Escuela de Exploración de la Tierra y el Espacio de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) y coautor e investigador principal de la cámara de la sonda LRO. “No sólo hemos detectado muchos escarpes lunares desconocidos anteriormente, sino que estamos observando con mucho más detalle los que se identificaron con las fotografías del Apolo”.
Los científicos confían en obtener pronto nuevos datos sobre la superficie lunar. “Creo que vamos a encontrar muchos más escarpes lobulares a medida que consigamos más y más imágenes en alta resolución con la cámara del LRO, y uno de los proyectos futuros será determinar con mayor exactitud lo jóvenes que son estos escarpes de falla”, concluye Watters.