Investigadores españoles han conseguido extraer de una mina de Orense metales estratégicos para la industria de las telecomunicaciones, abriendo nuevos escenarios a la fabricación de dispositivos electrónicos.
Han desarrollado un procedimiento para recuperar estaño de la mina Penouta, en la aldea de Viana do Bolo (Ourense), y extraer de la escoria resultante niobio y tántalo, especialmente valiosos por sus propiedades químicas.
El niobio se emplea principalmente aleado en aceros, confiriéndoles una alta resistencia, y el tántalo se puede emplear para la fabricación de instrumentos quirúrgicos y en implantes.
Sin embargo, el principal atractivo de estos metales es que están presentes en el coltán, también conocido como el oro negro, porque se utiliza para fabricar componentes claves de los móviles y otros dispositivos electrónicos.
El hecho de que ahora estos dos metales puedan obtenerse de una mina de España, que por lo demás es la única de Europa en la que se explotan estos minerales estratégicos, permitirá a la industria no depender de las minas de coltán de la República Democrática del Congo, que tiene el 80% de las reservas mundiales.
La explotación de estas minas en condiciones infrahumanas supone que cada kilo de coltán que se obtiene en la República Democrática del Congo cuesta la vida a dos personas, muchas de ellas niños.
Otros países, como Australia y Brasil, se están introduciendo en este mercado porque la producción africana no es suficiente para atender la creciente demanda de la industria de las telecomunicaciones.
Brasil ya es el segundo productor mundial de tantalo que no está en África y es el primer proveedor de Estados Unidos, lo que explica el interés del presidente Bolsonaro por la explotación de la selva amazónica.
Australia, por su parte, ya es el segundo productor mundial de coltán. Con este desarrollo tecnológico, España lidera un nuevo polo de producción en Europa de estos minerales estratégicos, ya que la mina de Orense puede llegar a representar casi el 4% de la producción mundial de coltán.
Mineral escaso y estratégico
El coltán es una mezcla de columbita y tantalia que contiene niobio y tántalo. Está considerado como material estratégico por la Unión Europea por sus propiedades para fabricar dispositivos electrónicos.
El tántalo se usa principalmente en la elaboración de condensadores, ya que es capaz, en su forma de óxido, de acumular carga eléctrica de manera muy eficaz y liberarla cuando es necesaria en circuitos integrados.
La mina de Orense fue explotada por Rumasa hasta 1982 y esa actividad provocó una gran cantidad de residuos que contienen estos valiosos minerales.
En 2018 la mina comenzó a ser explotada por una empresa de capital mixto español y americano. Esta empresa, denominada Strategic Minerals Spain, forma parte del proyecto europeo H2020 Tarantula, que busca recuperar materias primas críticas de residuos mineros, empleando procesos metalúrgicos respetuosos con el medio ambiente, sostenibles y de bajo coste.
Han desarrollado un procedimiento para recuperar estaño de la mina Penouta, en la aldea de Viana do Bolo (Ourense), y extraer de la escoria resultante niobio y tántalo, especialmente valiosos por sus propiedades químicas.
El niobio se emplea principalmente aleado en aceros, confiriéndoles una alta resistencia, y el tántalo se puede emplear para la fabricación de instrumentos quirúrgicos y en implantes.
Sin embargo, el principal atractivo de estos metales es que están presentes en el coltán, también conocido como el oro negro, porque se utiliza para fabricar componentes claves de los móviles y otros dispositivos electrónicos.
El hecho de que ahora estos dos metales puedan obtenerse de una mina de España, que por lo demás es la única de Europa en la que se explotan estos minerales estratégicos, permitirá a la industria no depender de las minas de coltán de la República Democrática del Congo, que tiene el 80% de las reservas mundiales.
La explotación de estas minas en condiciones infrahumanas supone que cada kilo de coltán que se obtiene en la República Democrática del Congo cuesta la vida a dos personas, muchas de ellas niños.
Otros países, como Australia y Brasil, se están introduciendo en este mercado porque la producción africana no es suficiente para atender la creciente demanda de la industria de las telecomunicaciones.
Brasil ya es el segundo productor mundial de tantalo que no está en África y es el primer proveedor de Estados Unidos, lo que explica el interés del presidente Bolsonaro por la explotación de la selva amazónica.
Australia, por su parte, ya es el segundo productor mundial de coltán. Con este desarrollo tecnológico, España lidera un nuevo polo de producción en Europa de estos minerales estratégicos, ya que la mina de Orense puede llegar a representar casi el 4% de la producción mundial de coltán.
Mineral escaso y estratégico
El coltán es una mezcla de columbita y tantalia que contiene niobio y tántalo. Está considerado como material estratégico por la Unión Europea por sus propiedades para fabricar dispositivos electrónicos.
El tántalo se usa principalmente en la elaboración de condensadores, ya que es capaz, en su forma de óxido, de acumular carga eléctrica de manera muy eficaz y liberarla cuando es necesaria en circuitos integrados.
La mina de Orense fue explotada por Rumasa hasta 1982 y esa actividad provocó una gran cantidad de residuos que contienen estos valiosos minerales.
En 2018 la mina comenzó a ser explotada por una empresa de capital mixto español y americano. Esta empresa, denominada Strategic Minerals Spain, forma parte del proyecto europeo H2020 Tarantula, que busca recuperar materias primas críticas de residuos mineros, empleando procesos metalúrgicos respetuosos con el medio ambiente, sostenibles y de bajo coste.
Antigua mina de Penouta, vista desde el centro de Viana do Bolo (Ourense, España). Foto de 2011. Autor: Jorjum.
A cielo abierto
La explotación de la mina en esta nueva etapa se está desarrollando a cielo abierto y de ella se extraen en la actualidad estaño, tántalo y niobio, y adicionalmente cuarzo, feldespato y mica.
A partir de los minerales extraídos en la mina, un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM) desarrolló un proceso que permite obtener estaño de alta pureza y posteriormente, de la escoria resultante, compuestos de niobio y tántalo.
Para que sean útiles, el niobio y el tántalo, dos elementos con mucha afinidad química, necesitan separarse, primero del estaño y después entre sí.
Los científicos del CENIM han desarrollado una serie de procesos químicos con los que consiguen separar estos valiosos metales, a través de distintas etapas de lixiviación y extracción con disolventes orgánicos, y alcanzar una calidad comercial que no se puede lograr con los métodos tradicionales.
La pureza de los lingotes se estaño obtenidos es del 95% y las sales de niobio y tántalo obtenidas a continuación tienen una calidad comercial próxima al 100%, según los investigadores.
La mina tiene todavía una vida útil que puede llegar a los 50 años y, según la empresa explotadora, su actividad no representa ningún daño medioambiental porque el proceso de obtención de los concentrados no tiene impacto ecológico.
La explotación de la mina en esta nueva etapa se está desarrollando a cielo abierto y de ella se extraen en la actualidad estaño, tántalo y niobio, y adicionalmente cuarzo, feldespato y mica.
A partir de los minerales extraídos en la mina, un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM) desarrolló un proceso que permite obtener estaño de alta pureza y posteriormente, de la escoria resultante, compuestos de niobio y tántalo.
Para que sean útiles, el niobio y el tántalo, dos elementos con mucha afinidad química, necesitan separarse, primero del estaño y después entre sí.
Los científicos del CENIM han desarrollado una serie de procesos químicos con los que consiguen separar estos valiosos metales, a través de distintas etapas de lixiviación y extracción con disolventes orgánicos, y alcanzar una calidad comercial que no se puede lograr con los métodos tradicionales.
La pureza de los lingotes se estaño obtenidos es del 95% y las sales de niobio y tántalo obtenidas a continuación tienen una calidad comercial próxima al 100%, según los investigadores.
La mina tiene todavía una vida útil que puede llegar a los 50 años y, según la empresa explotadora, su actividad no representa ningún daño medioambiental porque el proceso de obtención de los concentrados no tiene impacto ecológico.