Buck, uno de los sabuesos bávaros de montaña empleada en el estudio. Imagen: Roberto Permunian. Fuente: CSIC.
Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado adiestrar perros para que detecten y localicen animales enfermos de sarna, o sus cadáveres, a kilómetros de distancia a través de las montañas. El estudio fue desarrollado durante 15 años en la región de las Dolonitas, en los Alpes italianos.
Según los responsables de este trabajo piloto, las técnicas desarrolladas pueden servir para prevenir y combatir plagas de enfermedades causadas por ácaros en animales, como la sarna, y abre el camino para la aplicación de este método para casos humanos.
“El olor de un animal con sarna es único e inconfundible, ya que las heridas que causa en la piel se infectan fácilmente de bacterias. Por ello creímos que la capacidad olfativa de los perros podía ser educada para detectar animales enfermos a grandes distancias en la naturaleza”, explica el investigador del CSIC Samer Alasaad, de la Estación Biológica de Doñana.
Resultados en cifras
Durante los 15 años que duró este tramo del estudio, que sigue en marcha, los perros detectaron 292 animales muertos afectados por sarna, algunos incluso cubiertos por una capa de nieve, y 63 enfermos. No hubo falsos positivos y ninguno de los canes resultó contagiado a pesar de la cercanía con los parásitos.
En el mismo periodo de tiempo, otro grupo de trabajo, integrado por cazadores locales no ayudados por perros adiestrados, localizó solo 18 animales contagiados y 65 cadáveres con sarna.
Según los responsables de este trabajo piloto, las técnicas desarrolladas pueden servir para prevenir y combatir plagas de enfermedades causadas por ácaros en animales, como la sarna, y abre el camino para la aplicación de este método para casos humanos.
“El olor de un animal con sarna es único e inconfundible, ya que las heridas que causa en la piel se infectan fácilmente de bacterias. Por ello creímos que la capacidad olfativa de los perros podía ser educada para detectar animales enfermos a grandes distancias en la naturaleza”, explica el investigador del CSIC Samer Alasaad, de la Estación Biológica de Doñana.
Resultados en cifras
Durante los 15 años que duró este tramo del estudio, que sigue en marcha, los perros detectaron 292 animales muertos afectados por sarna, algunos incluso cubiertos por una capa de nieve, y 63 enfermos. No hubo falsos positivos y ninguno de los canes resultó contagiado a pesar de la cercanía con los parásitos.
En el mismo periodo de tiempo, otro grupo de trabajo, integrado por cazadores locales no ayudados por perros adiestrados, localizó solo 18 animales contagiados y 65 cadáveres con sarna.
Ingo y Buck, dos sabuesos bávaros de montaña, especie frecuentemente empleada en labores de caza, recibieron un adiestramiento específico durante tres meses para detectar únicamente animales afectados con el parásito de la sarna.
Tras un ejercicio bien realizado, los perros eran premiados con comida y juegos, de acuerdo con las teorías de Pavlov sobre condicionamiento del comportamiento.
Ingo, que inició el estudio en 1995 cuando tenía cuatro años, falleció en 2001. En 1999 se unió al trabajo Buck, por entonces aún un cachorro de 4 meses, que ahora tiene 12 años.
“Las características de la zona de trabajo, las Dolomitas, hacían que dos perros de trabajo fueran suficientes para obtener resultados. No obstante, este estudio es solo el principio y sigue en marcha. Dados los buenos resultados no descartamos entrenar más perros para otras zonas del mundo”, concluye Alasaad.
El estudio ha sido desarrollado en colaboración con la Universidad de Torino, en Italia, y la corporación estatal keniata Kenya Wildlife Service. Sus resultados han aparecido detallados en la revista BMC Veterinary Research.
Tras un ejercicio bien realizado, los perros eran premiados con comida y juegos, de acuerdo con las teorías de Pavlov sobre condicionamiento del comportamiento.
Ingo, que inició el estudio en 1995 cuando tenía cuatro años, falleció en 2001. En 1999 se unió al trabajo Buck, por entonces aún un cachorro de 4 meses, que ahora tiene 12 años.
“Las características de la zona de trabajo, las Dolomitas, hacían que dos perros de trabajo fueran suficientes para obtener resultados. No obstante, este estudio es solo el principio y sigue en marcha. Dados los buenos resultados no descartamos entrenar más perros para otras zonas del mundo”, concluye Alasaad.
El estudio ha sido desarrollado en colaboración con la Universidad de Torino, en Italia, y la corporación estatal keniata Kenya Wildlife Service. Sus resultados han aparecido detallados en la revista BMC Veterinary Research.
Referencia bibliográfica:
Samer Alasaad, Roberto Permunian, Francis Gakuya, Matthew Mutinda, Ramón C. Soriguer, Luca Rossi. Sarcoptic-mange detector dogs used to identify infected animals during outbreaks in wildlife. BMC Veterinary Research. DOI: 10.1186/1746-6148-8-110.
Samer Alasaad, Roberto Permunian, Francis Gakuya, Matthew Mutinda, Ramón C. Soriguer, Luca Rossi. Sarcoptic-mange detector dogs used to identify infected animals during outbreaks in wildlife. BMC Veterinary Research. DOI: 10.1186/1746-6148-8-110.