Un equipo internacional de científicos ha descubierto fósiles del Homo Sapiens con herramientas de piedra y huesos de animales en Jebel Irhoud, Marreucos, con una antigüedad de al menos 300.000 años, lo que significa que son los fósiles más antiguos y fiables de nuestra especie, informa el Instituto Max Planck en un comunicado.
Tal como explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Nature, este descubrimiento , en relación con fósiles precedentes, es anterior en al menos 100.000 años y descubre una historia evolutiva compleja que implicaría que la humanidad no procede de un único lugar, como se creía hasta ahora, sino que su procedencia probablemente implica a todo el continente africano.
Cualesquiera que sean los datos genéticos de los humanos actuales o de los fósiles, ambos indican un origen africano de nuestra especie conocida como Homo Sapiens. En el pasado, los fósiles más antiguos del Homo Sapiens se habían encontrado en Omo Kibish, Etiopía, y tenían una antigüedad de 195.000 años.
En otro lugar de Etiopía, conocido como Herto, se encontró también un fósil de Homo Sapiens con una antigüedad de 160.000 años. La mayoría de los investigadores han creído hasta ahora que todos los seres humanos procedían de una población que vivía en el Este de África hace 200.000 años.
Sin embargo, este nuevo descubrimiento señala que el Homo Sapiens se extendió por todo el continente africano hace 300.000 años. Mucho antes de la dispersión fuera de África del Homo sapiens, hubo dispersión dentro de África, según el paleoantropólogo Jean-Jacques Hublin, autor principal de la investigación.
Antigüedad de 300.000 años
El sitio marroquí de Jebel Irhoud es conocido desde los años 60 del siglo pasado por sus fósiles humanos y artefactos de la Edad Media de Piedra, una etapa importante de la prehistoria africana. Sin embargo, la interpretación de los homínidos de Irhoud ha sido complicada por las persistentes incertidumbres que rodean su edad geológica. El nuevo proyecto de excavación, que comenzó en 2004, dio lugar al descubrimiento de nuevos fósiles de Homo Sapiens, aumentando su número de seis a 22.
Estos nuevos hallazgos confirman la importancia de Jebel Irhoud como el sitio más antiguo y más rico de homínidos de la Edad Media de Piedra en África. Los restos fósiles de Jebel Irhoud contienen cráneos, dientes y huesos largos de al menos cinco individuos.
Para proporcionar una cronología precisa de este descubrimiento, los investigadores utilizaron el método de datación por termoluminiscencia, empleado en arqueología para determinar la edad de elementos que hayan sido sometidos a calentamiento, como hogares o cerámicas.
Con este método de datación absoluto, los investigadores analizaron los pedernales encontrados en el yacimiento. Los pedernales son piedras muy duras formadas principalmente por sílice y que al romperse forman unos bordes muy cortantes que son usados como armas.
Descubrieron que estas piedras tenían una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. A continuación aplicaron el mismo método a los artefactos de sílex y pudieron establecer una cronología coherente para los nuevos fósiles de homínidos, señalando que los orígenes de nuestra especie se remontan 100.000 años atrás en el tiempo, respecto a las estimaciones actuales.
Los investigadores fueron incluso más allá y recalcularon la edad de una mandíbula descubierta en los años 60 y que había sido datada con una antigüedad de 160.000 años por un método diferente, conocido como resonancia del espín electrónico.
Utilizando nuevas medidas de la radioactividad de los sedimentos de Jebel Irhoud y con mejoras metodológicas, la datación de esta mandíbula se correspondió entonces con la obtenida mediante la datación por termoluminiscencia.
Tal como explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Nature, este descubrimiento , en relación con fósiles precedentes, es anterior en al menos 100.000 años y descubre una historia evolutiva compleja que implicaría que la humanidad no procede de un único lugar, como se creía hasta ahora, sino que su procedencia probablemente implica a todo el continente africano.
Cualesquiera que sean los datos genéticos de los humanos actuales o de los fósiles, ambos indican un origen africano de nuestra especie conocida como Homo Sapiens. En el pasado, los fósiles más antiguos del Homo Sapiens se habían encontrado en Omo Kibish, Etiopía, y tenían una antigüedad de 195.000 años.
En otro lugar de Etiopía, conocido como Herto, se encontró también un fósil de Homo Sapiens con una antigüedad de 160.000 años. La mayoría de los investigadores han creído hasta ahora que todos los seres humanos procedían de una población que vivía en el Este de África hace 200.000 años.
Sin embargo, este nuevo descubrimiento señala que el Homo Sapiens se extendió por todo el continente africano hace 300.000 años. Mucho antes de la dispersión fuera de África del Homo sapiens, hubo dispersión dentro de África, según el paleoantropólogo Jean-Jacques Hublin, autor principal de la investigación.
Antigüedad de 300.000 años
El sitio marroquí de Jebel Irhoud es conocido desde los años 60 del siglo pasado por sus fósiles humanos y artefactos de la Edad Media de Piedra, una etapa importante de la prehistoria africana. Sin embargo, la interpretación de los homínidos de Irhoud ha sido complicada por las persistentes incertidumbres que rodean su edad geológica. El nuevo proyecto de excavación, que comenzó en 2004, dio lugar al descubrimiento de nuevos fósiles de Homo Sapiens, aumentando su número de seis a 22.
Estos nuevos hallazgos confirman la importancia de Jebel Irhoud como el sitio más antiguo y más rico de homínidos de la Edad Media de Piedra en África. Los restos fósiles de Jebel Irhoud contienen cráneos, dientes y huesos largos de al menos cinco individuos.
Para proporcionar una cronología precisa de este descubrimiento, los investigadores utilizaron el método de datación por termoluminiscencia, empleado en arqueología para determinar la edad de elementos que hayan sido sometidos a calentamiento, como hogares o cerámicas.
Con este método de datación absoluto, los investigadores analizaron los pedernales encontrados en el yacimiento. Los pedernales son piedras muy duras formadas principalmente por sílice y que al romperse forman unos bordes muy cortantes que son usados como armas.
Descubrieron que estas piedras tenían una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. A continuación aplicaron el mismo método a los artefactos de sílex y pudieron establecer una cronología coherente para los nuevos fósiles de homínidos, señalando que los orígenes de nuestra especie se remontan 100.000 años atrás en el tiempo, respecto a las estimaciones actuales.
Los investigadores fueron incluso más allá y recalcularon la edad de una mandíbula descubierta en los años 60 y que había sido datada con una antigüedad de 160.000 años por un método diferente, conocido como resonancia del espín electrónico.
Utilizando nuevas medidas de la radioactividad de los sedimentos de Jebel Irhoud y con mejoras metodológicas, la datación de esta mandíbula se correspondió entonces con la obtenida mediante la datación por termoluminiscencia.
Similares a los humanos modernos
El cráneo de los seres humanos modernos se caracteriza por una combinación de rasgos que nos distinguen de nuestros parientes fósiles y antepasados: una cara pequeña y una caja craneal globular.
Los fósiles de Jebel Irhoud exhiben sin embargo un rostro y dientes de apariencia moderna, pero una caja craneana más grande y primitiva. Hublin y su equipo utilizaron escáneres tomográficos (por secciones) y un análisis estadístico de la forma de los fósiles basándose en cientos de medidas 3D, para demostrar que la forma de la cara de los fósiles de Jebel Irhoud es prácticamente idéntica a la de los humanos modernos actuales.
Sin embargo, en contraste con su morfología facial moderna, el cráneo Jebel Irhoud conserva una forma arcaica. La forma interna de la caja craneana refleja la forma del cerebro, según el paleontólogo Philipp Gunz.
“Nuestros resultados sugieren que la morfología del rostro humano moderno se estableció al principio de la historia de nuestra especie y que la forma del cerebro y eventualmente su funcionamiento evolucionaron en el seno de la línea evolutiva del Homo Sapiens”, añade.
Recientemente, las comparaciones del ADN extraído del Neandertal y del homínido de Denísova con el ADN de los humanos modernos, revelan diferencias en los genes que afectan al cerebro y al sistema nervioso.
Los cambios evolutivos de la forma de la caja craneana están relacionados, probablemente, con una serie de cambios genéticos que afectan a la conectividad, la organización y el desarrollo del cerebro que distinguen al Homo Sapiens de sus ancestros, según los investigadores.
Repartido por toda África
La morfología y la edad de los fósiles de Jebel Irhoud también corroboran la interpretación de un enigmático cráneo parcial de Florisbad, al sur de África, como uno de los primeros representantes del Homo sapiens.
Los primeros fósiles Homo sapiens se encuentran repartidos por todo el continente africano: Jebel Irhoud, Marruecos (315.000 años), Florisbad, Sudáfrica (260.000 años) y Omo Kibish, Etiopía (195.000 años). Esta dispersión cuenta una historia evolutiva compleja de nuestra especie que cubre todo el continente africano.
Hasta ahora, el norte de África había sido ignorado en los debates que rodean al origen de nuestra especie, pero los descubrimientos de Jebel Irhoud demuestran los estrechos vínculos del Magreb con el resto del continente en el momento de la emergencia del Homo Sapiens, según Abdelouahed Ben-Ncer, otro de los investigadores.
Cambios biológicos y de comportamiento
Los fósiles de este yacimiento marroquí se encontraron en depósitos que contenían huesos de animales que habían sido cazados, como gacelas, y las herramientas de piedra asociadas a estos fósiles pertenecen a la Edad Media de Piedra, que abarca desde que los seres humanos empezaron a elaborar herramientas de piedra hasta el descubrimiento y uso de metales.
Los artefactos de Jebel Irhoud muestran que se usaba el método Levallois, un procedimiento complejo de lascado, con formas puntiagudas corrientes. La mayor parte de estas herramientas se hicieron con sílex, una piedra muy dura formada principalmente por sílice y que al romperse forma unos bordes muy cortantes, que habían traído de otra parte. El bifaz, una herramienta lítica prehistórica que caracteriza una etapa de la Edad de Piedra, no se encuentra en el yacimiento de Jebel Irhoud.
Los artefactos, como los encontrados en Marruecos, demuestran una adaptación que permitió al Homo Sapiens dispersarse a través del continente. Los encontrados en Jebel Irhoud parecen muy similares a los del Este y Sur de África. “Es probable que las innovaciones tecnológicas de la Edad Media de Piedra en África estén relacionadas con la aparición del Homo sapiens", explica el arqueólogo del Instituto Max Planck, Shannon McPherron.
Los resultados obtenidos en Jebel Irhoud esclarecen la evolución del Homo Sapiens y manifiestan que nuestra especie evolucionó antes de lo que se creía hasta ahora. La expansión del Homo Sapiens por toda África, hace 300.000 años, fue el resultado de cambios biológicos y de comportamiento, concluyen los investigadores.
El cráneo de los seres humanos modernos se caracteriza por una combinación de rasgos que nos distinguen de nuestros parientes fósiles y antepasados: una cara pequeña y una caja craneal globular.
Los fósiles de Jebel Irhoud exhiben sin embargo un rostro y dientes de apariencia moderna, pero una caja craneana más grande y primitiva. Hublin y su equipo utilizaron escáneres tomográficos (por secciones) y un análisis estadístico de la forma de los fósiles basándose en cientos de medidas 3D, para demostrar que la forma de la cara de los fósiles de Jebel Irhoud es prácticamente idéntica a la de los humanos modernos actuales.
Sin embargo, en contraste con su morfología facial moderna, el cráneo Jebel Irhoud conserva una forma arcaica. La forma interna de la caja craneana refleja la forma del cerebro, según el paleontólogo Philipp Gunz.
“Nuestros resultados sugieren que la morfología del rostro humano moderno se estableció al principio de la historia de nuestra especie y que la forma del cerebro y eventualmente su funcionamiento evolucionaron en el seno de la línea evolutiva del Homo Sapiens”, añade.
Recientemente, las comparaciones del ADN extraído del Neandertal y del homínido de Denísova con el ADN de los humanos modernos, revelan diferencias en los genes que afectan al cerebro y al sistema nervioso.
Los cambios evolutivos de la forma de la caja craneana están relacionados, probablemente, con una serie de cambios genéticos que afectan a la conectividad, la organización y el desarrollo del cerebro que distinguen al Homo Sapiens de sus ancestros, según los investigadores.
Repartido por toda África
La morfología y la edad de los fósiles de Jebel Irhoud también corroboran la interpretación de un enigmático cráneo parcial de Florisbad, al sur de África, como uno de los primeros representantes del Homo sapiens.
Los primeros fósiles Homo sapiens se encuentran repartidos por todo el continente africano: Jebel Irhoud, Marruecos (315.000 años), Florisbad, Sudáfrica (260.000 años) y Omo Kibish, Etiopía (195.000 años). Esta dispersión cuenta una historia evolutiva compleja de nuestra especie que cubre todo el continente africano.
Hasta ahora, el norte de África había sido ignorado en los debates que rodean al origen de nuestra especie, pero los descubrimientos de Jebel Irhoud demuestran los estrechos vínculos del Magreb con el resto del continente en el momento de la emergencia del Homo Sapiens, según Abdelouahed Ben-Ncer, otro de los investigadores.
Cambios biológicos y de comportamiento
Los fósiles de este yacimiento marroquí se encontraron en depósitos que contenían huesos de animales que habían sido cazados, como gacelas, y las herramientas de piedra asociadas a estos fósiles pertenecen a la Edad Media de Piedra, que abarca desde que los seres humanos empezaron a elaborar herramientas de piedra hasta el descubrimiento y uso de metales.
Los artefactos de Jebel Irhoud muestran que se usaba el método Levallois, un procedimiento complejo de lascado, con formas puntiagudas corrientes. La mayor parte de estas herramientas se hicieron con sílex, una piedra muy dura formada principalmente por sílice y que al romperse forma unos bordes muy cortantes, que habían traído de otra parte. El bifaz, una herramienta lítica prehistórica que caracteriza una etapa de la Edad de Piedra, no se encuentra en el yacimiento de Jebel Irhoud.
Los artefactos, como los encontrados en Marruecos, demuestran una adaptación que permitió al Homo Sapiens dispersarse a través del continente. Los encontrados en Jebel Irhoud parecen muy similares a los del Este y Sur de África. “Es probable que las innovaciones tecnológicas de la Edad Media de Piedra en África estén relacionadas con la aparición del Homo sapiens", explica el arqueólogo del Instituto Max Planck, Shannon McPherron.
Los resultados obtenidos en Jebel Irhoud esclarecen la evolución del Homo Sapiens y manifiestan que nuestra especie evolucionó antes de lo que se creía hasta ahora. La expansión del Homo Sapiens por toda África, hace 300.000 años, fue el resultado de cambios biológicos y de comportamiento, concluyen los investigadores.
Referencia
New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens. Nature 546, 289–292 (08 June 2017) doi:10.1038/nature22336
New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens. Nature 546, 289–292 (08 June 2017) doi:10.1038/nature22336