Investigadores norteamericanos y canadienses han encontrado en el noreste de Canadá restos de roca con más de 4.000 millones de años de antigüedad que pueden arrojar luz sobre las primeras etapas de la Tierra, informa el Instituto Carnegie en un comunicado.
La Tierra se formó hace aproximadamente 4550 millones de años mediante un proceso que duró entre 10 y 20 millones de años. La capa exterior del planeta, inicialmente fundida, se enfrió hasta formar una corteza sólida. La corteza y la parte superior fría y rígida del manto superior se conocen comúnmente como la litosfera, y es de la litosfera de lo que están compuestas las placas tectónicas.
Estudiando unas rocas graníticas de la Bahía de Hudson, cuya antigüedad se calcula en 2.700 millones de años, los científicos descubrieron que en realidad esas rocas procedían de la fusión de otras rocas más antiguas, de al menos 4.200 millones de años.
Para conseguir esta datación usaron un sistema basado en la composición isotópica de las rocas. Observaron que esas rocas graníticas contenían cantidades abundantes de neodimio 142, claro indicio de que procedían de otras rocas más antiguas con una composición parecida al basalto.
El basalto es una de las rocas más abundantes en la corteza terrestre que se encuentra también en las superficies de la Luna y de Marte, así como en algunos meteoritos. Es la roca volcánica más común y forma la mayor parte de los fondos oceánicos.
También hay grandes extensiones de basalto sobre los continentes, islas oceánicas y arcos volcánicos continentales e insulares.
La corteza oceánica basáltica sobrevive en la superficie de la Tierra menos de 200 millones de años, ya que a continuación se hunde de nuevo en el interior del planeta debido a la tectónica de placas.
Sin embargo, este descubrimiento establece que la corteza basáltica creada poco tiempo después de la formación de la Tierra, sobrevivió en la superficie del planeta la Tierra por lo menos 1.500 millones de años.
La Tierra se formó hace aproximadamente 4550 millones de años mediante un proceso que duró entre 10 y 20 millones de años. La capa exterior del planeta, inicialmente fundida, se enfrió hasta formar una corteza sólida. La corteza y la parte superior fría y rígida del manto superior se conocen comúnmente como la litosfera, y es de la litosfera de lo que están compuestas las placas tectónicas.
Estudiando unas rocas graníticas de la Bahía de Hudson, cuya antigüedad se calcula en 2.700 millones de años, los científicos descubrieron que en realidad esas rocas procedían de la fusión de otras rocas más antiguas, de al menos 4.200 millones de años.
Para conseguir esta datación usaron un sistema basado en la composición isotópica de las rocas. Observaron que esas rocas graníticas contenían cantidades abundantes de neodimio 142, claro indicio de que procedían de otras rocas más antiguas con una composición parecida al basalto.
El basalto es una de las rocas más abundantes en la corteza terrestre que se encuentra también en las superficies de la Luna y de Marte, así como en algunos meteoritos. Es la roca volcánica más común y forma la mayor parte de los fondos oceánicos.
También hay grandes extensiones de basalto sobre los continentes, islas oceánicas y arcos volcánicos continentales e insulares.
La corteza oceánica basáltica sobrevive en la superficie de la Tierra menos de 200 millones de años, ya que a continuación se hunde de nuevo en el interior del planeta debido a la tectónica de placas.
Sin embargo, este descubrimiento establece que la corteza basáltica creada poco tiempo después de la formación de la Tierra, sobrevivió en la superficie del planeta la Tierra por lo menos 1.500 millones de años.
Tectónica de placas revisada
Este resultado sugiere que la tectónica de placas no se desarrolló en la primera parte de la historia de la Tierra tal como se creía hasta ahora, lo que abre un nuevo campo de investigación.
La tectónica de placas explica la forma en que está estructurada la litosfera (porción externa más fría y rígida de la Tierra) y las placas tectónicas que forman la superficie de la Tierra, así como los desplazamientos que se observan entre ellas en su movimiento sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones.
Según los geólogos artífices de este descubrimiento, Richard Carlson, del Instituto Carnegie en Estados Unidos, y Jonathan O'Neil, de la Universidad de Ottawa, en Canadá, cuyos resultados se publican en 'Science', la metodología usada para analizar las rocas canadienses se puede utilizar también para estudiar el papel de la corteza más antigua del planeta en la construcción de las rocas más jóvenes, lo que arrojará nueva luz sobre los procesos implicados en la formación de la corteza continental de la Tierra.
En realidad, hay muchas cosas sobre la corteza antigua de la Tierra que los científicos todavía no entienden, ya que la mayor parte de la corteza original del planeta no se puede estudiar, bien porque se ha hundido por la tectónica de placas, bien porque se ha transformado para hacer rocas más jóvenes.
La metodología usada en este estudio se basó en el método de datación basado en el samario neodimio, una técnica útil para determinar las edades de rocas y meteoritos. La técnica se basa en el decaimiento del isótopo samario (Sm) que posee una vida media muy larga hacia el isótopo neodimio (Nd). El contenido del isótopo Nd es utilizado para brindar información sobre la fuente de material ígneo como también sobre su antigüedad.
La región canadiense donde se ha producido el descubrimiento es la misma en la que fueron hallados recientemente fósiles de los organismos más antiguos que se conocen, tal como informamos en otro artículo.
Un equipo de científicos descubrió micro-organismos fosilizados con una antigüedad de entre 3.800 y 4.300 millones de años en las rocas de Nuvvuagittuq, al norte de Quebec. El descubrimiento sugiere que Marte pudo también albergar formas de vida en esa época.
Este resultado sugiere que la tectónica de placas no se desarrolló en la primera parte de la historia de la Tierra tal como se creía hasta ahora, lo que abre un nuevo campo de investigación.
La tectónica de placas explica la forma en que está estructurada la litosfera (porción externa más fría y rígida de la Tierra) y las placas tectónicas que forman la superficie de la Tierra, así como los desplazamientos que se observan entre ellas en su movimiento sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones.
Según los geólogos artífices de este descubrimiento, Richard Carlson, del Instituto Carnegie en Estados Unidos, y Jonathan O'Neil, de la Universidad de Ottawa, en Canadá, cuyos resultados se publican en 'Science', la metodología usada para analizar las rocas canadienses se puede utilizar también para estudiar el papel de la corteza más antigua del planeta en la construcción de las rocas más jóvenes, lo que arrojará nueva luz sobre los procesos implicados en la formación de la corteza continental de la Tierra.
En realidad, hay muchas cosas sobre la corteza antigua de la Tierra que los científicos todavía no entienden, ya que la mayor parte de la corteza original del planeta no se puede estudiar, bien porque se ha hundido por la tectónica de placas, bien porque se ha transformado para hacer rocas más jóvenes.
La metodología usada en este estudio se basó en el método de datación basado en el samario neodimio, una técnica útil para determinar las edades de rocas y meteoritos. La técnica se basa en el decaimiento del isótopo samario (Sm) que posee una vida media muy larga hacia el isótopo neodimio (Nd). El contenido del isótopo Nd es utilizado para brindar información sobre la fuente de material ígneo como también sobre su antigüedad.
La región canadiense donde se ha producido el descubrimiento es la misma en la que fueron hallados recientemente fósiles de los organismos más antiguos que se conocen, tal como informamos en otro artículo.
Un equipo de científicos descubrió micro-organismos fosilizados con una antigüedad de entre 3.800 y 4.300 millones de años en las rocas de Nuvvuagittuq, al norte de Quebec. El descubrimiento sugiere que Marte pudo también albergar formas de vida en esa época.
Referencia
Building Archean cratons from Hadean mafic crust. Jonathan O’Neil, Richard W. Carlson. Science 17 Mar 2017:Vol. 355, Issue 6330, pp. 1199-1202. DOI: 10.1126/science.aah3823
Building Archean cratons from Hadean mafic crust. Jonathan O’Neil, Richard W. Carlson. Science 17 Mar 2017:Vol. 355, Issue 6330, pp. 1199-1202. DOI: 10.1126/science.aah3823