Tendencias Científicas
La prevención resultará fundamental para evitar la expansión del cáncer a nivel global en las próximas décadas. Frenar el tabaquismo, el sedentarismo o la obesidad, entre las recomendaciones que la OMS lanza. Imagen: levo. Fuente: PhotoXpress.
Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer, y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para hacer público su Informe Mundial del Cáncer 2014, en cuya elaboración han participado 250 científicos especialistas en cáncer de 40 países.
La principal conclusión del informe es la siguiente: la batalla contra esta enfermedad no se vencerá sólo con tratamiento. El informe pone el énfasis desde su titular en la urgencia de tomar medidas de prevención de lo que se llega a denominar una “crisis del cáncer”.
De lo contrario, el IARC estima que, en dos décadas, se producirán al año unos 22 millones de nuevos casos de cáncer, esto es, ocho millones más que en 2012 (14 millones). Eso supondrá que, en ese mismo periodo, las muertes por cáncer aumentarán de los estimados 8,2 millones anuales a los 13 millones al año.
Prevención desesperadamente necesaria
Las últimas estadísticas sobre las tendencias de incidencia del cáncer y de mortalidad en todo el mundo revelan que esta enfermedad está aumentando a un paso alarmante a nivel global, alertan los especialistas.
Para combatir esta expansión, no serán suficientes los grandes avances en tratamientos y terapias que, por ejemplo, en España han permitido reducir la mortalidad por cáncer en un 13% y en Europa un 20% en dos décadas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Según ha señalado Christopher Wild, Director del IARC, en un comunicado de la Agencia, además de buenos tratamientos, actualmente resulta: “desesperadamente necesaria una mayor dedicación a la prevención y a la detección precoz, para controlar el aumento alarmante del cáncer a nivel global y mejorar los tratamientos”.
De lo contrario, estima el informe, pasaremos de los 14 millones de nuevos casos de cáncer al año en 2012 a 22 millones de nuevos casos anuales dentro de dos décadas. Eso supondrá que, en ese mismo periodo, las muertes por cáncer aumentarán de los estimados 8,2 millones anuales a los 13 millones al año.
La principal conclusión del informe es la siguiente: la batalla contra esta enfermedad no se vencerá sólo con tratamiento. El informe pone el énfasis desde su titular en la urgencia de tomar medidas de prevención de lo que se llega a denominar una “crisis del cáncer”.
De lo contrario, el IARC estima que, en dos décadas, se producirán al año unos 22 millones de nuevos casos de cáncer, esto es, ocho millones más que en 2012 (14 millones). Eso supondrá que, en ese mismo periodo, las muertes por cáncer aumentarán de los estimados 8,2 millones anuales a los 13 millones al año.
Prevención desesperadamente necesaria
Las últimas estadísticas sobre las tendencias de incidencia del cáncer y de mortalidad en todo el mundo revelan que esta enfermedad está aumentando a un paso alarmante a nivel global, alertan los especialistas.
Para combatir esta expansión, no serán suficientes los grandes avances en tratamientos y terapias que, por ejemplo, en España han permitido reducir la mortalidad por cáncer en un 13% y en Europa un 20% en dos décadas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Según ha señalado Christopher Wild, Director del IARC, en un comunicado de la Agencia, además de buenos tratamientos, actualmente resulta: “desesperadamente necesaria una mayor dedicación a la prevención y a la detección precoz, para controlar el aumento alarmante del cáncer a nivel global y mejorar los tratamientos”.
De lo contrario, estima el informe, pasaremos de los 14 millones de nuevos casos de cáncer al año en 2012 a 22 millones de nuevos casos anuales dentro de dos décadas. Eso supondrá que, en ese mismo periodo, las muertes por cáncer aumentarán de los estimados 8,2 millones anuales a los 13 millones al año.
Causas y soluciones
El Informe señala algunas de las causas de esta situación a la que parecemos abocados. Por un lado, está el crecimiento y el envejecimiento de la población en los países en vías de desarrollo, factores que hacen que éstos se vean “desproporcionadamente afectados por el incremento del número de cánceres”.
Pero hay otras causas, como las infecciones que derivan en diversos tipos de cánceres, como el de cuello de útero, de riñón o de estómago; y los estilos de vida de las sociedades industrializadas.
Las medidas que recomienda el informe para frenar el aumento del cáncer en el mundo están relacionadas con estas últimas causas. Por un lado, se recomienda que se implementen campañas efectivas de vacunación contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano (para reducir, respectivamente, los casos de cáncer de hígado y de cuello de útero).
También se recomienda dar prioridad al fomento de la actividad física y al control de la obesidad, pues el sedentarismo y el sobrepeso están vinculados a cánceres como el de colon o el de mama. Asimismo, se aconseja prevenir la expansión del tabaquismo (mediante impuestos, restricción de publicidad y otras regulaciones). Para prevenir la mortalidad por cáncer destacan la importancia de la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento.
Por tipos y regiones
Según el Informe Mundial contra el Cáncer 2014, en el mundo, los cánceres más diagnosticados en 2012 fueron el cáncer de pulmón (1.8 millones de casos, un 13% del total), el de mama (1,7 millones, 11,9%), y el de colon (1.4 millones, 9,7%).
Las principales causas de mortalidad por cancer fueron el cáncer de pulmón (1.6 millones, 19,4% del total), el de hígado (0.8 millones, 9,1%), y el de estómago (0,7 millones, 8.8%).
La distribución de la incidencia del cáncer en el planeta sería la siguiente: más del 60% de los casos se producen en África, Asia, América Central y Sudamérica. Además, estas regiones cuentan con alrededor del 70% de las muertes de cáncer en el mundo, una situación que se empeora por la ausencia de detección precoz y de acceso a tratamientos.
El Informe señala algunas de las causas de esta situación a la que parecemos abocados. Por un lado, está el crecimiento y el envejecimiento de la población en los países en vías de desarrollo, factores que hacen que éstos se vean “desproporcionadamente afectados por el incremento del número de cánceres”.
Pero hay otras causas, como las infecciones que derivan en diversos tipos de cánceres, como el de cuello de útero, de riñón o de estómago; y los estilos de vida de las sociedades industrializadas.
Las medidas que recomienda el informe para frenar el aumento del cáncer en el mundo están relacionadas con estas últimas causas. Por un lado, se recomienda que se implementen campañas efectivas de vacunación contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano (para reducir, respectivamente, los casos de cáncer de hígado y de cuello de útero).
También se recomienda dar prioridad al fomento de la actividad física y al control de la obesidad, pues el sedentarismo y el sobrepeso están vinculados a cánceres como el de colon o el de mama. Asimismo, se aconseja prevenir la expansión del tabaquismo (mediante impuestos, restricción de publicidad y otras regulaciones). Para prevenir la mortalidad por cáncer destacan la importancia de la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento.
Por tipos y regiones
Según el Informe Mundial contra el Cáncer 2014, en el mundo, los cánceres más diagnosticados en 2012 fueron el cáncer de pulmón (1.8 millones de casos, un 13% del total), el de mama (1,7 millones, 11,9%), y el de colon (1.4 millones, 9,7%).
Las principales causas de mortalidad por cancer fueron el cáncer de pulmón (1.6 millones, 19,4% del total), el de hígado (0.8 millones, 9,1%), y el de estómago (0,7 millones, 8.8%).
La distribución de la incidencia del cáncer en el planeta sería la siguiente: más del 60% de los casos se producen en África, Asia, América Central y Sudamérica. Además, estas regiones cuentan con alrededor del 70% de las muertes de cáncer en el mundo, una situación que se empeora por la ausencia de detección precoz y de acceso a tratamientos.
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