Normalmente, la pobreza se asocia con la privación en ámbitos como la vivienda, el empleo o la educación. Ahora, un estudio co-escrito por dos investigadores del MIT de EEUU ha demostrado, con un detalle geográfico sin precedentes, otra cruda realidad: Que la gente pobre también vive menos tiempo.
En concreto, muestra que en EE.UU., el 1% más rico de los hombres vive una media de 14,6 años más que el 1% los hombres más pobres. Entre las mujeres esta misma diferencia es de una media de 10,1 años.
Además, la brecha se extiende rápidamente: En los últimos 15 años, la esperanza de vida ha aumentado en 2,34 años para los hombres y en 2,91 años para las mujeres del 5% de población que recibe más ingresos, y solo entre un 0,32 y 0,04 años para los hombres y mujeres del 5% de personas con los ingresos más reducidos.
Según Michael Stepner, uno de los autores del estudio, "el hecho de que (la gente más pobre de EEUU) pueda tener, en promedio, 10 ó15 años menos de vida realmente demuestra el nivel de desigualdad que tenemos en este país".
En concreto, muestra que en EE.UU., el 1% más rico de los hombres vive una media de 14,6 años más que el 1% los hombres más pobres. Entre las mujeres esta misma diferencia es de una media de 10,1 años.
Además, la brecha se extiende rápidamente: En los últimos 15 años, la esperanza de vida ha aumentado en 2,34 años para los hombres y en 2,91 años para las mujeres del 5% de población que recibe más ingresos, y solo entre un 0,32 y 0,04 años para los hombres y mujeres del 5% de personas con los ingresos más reducidos.
Según Michael Stepner, uno de los autores del estudio, "el hecho de que (la gente más pobre de EEUU) pueda tener, en promedio, 10 ó15 años menos de vida realmente demuestra el nivel de desigualdad que tenemos en este país".
También hay diferencias por regiones
El estudio abarcó datos de 1,4 millones de declaraciones anónimas de impuestos del Gobierno federal, que fueron combinados con datos de mortalidad de entre los años 2001 y 2014 (tomados de la Seguridad Social del país).
Así ha encontrado, además de lo dicho hasta ahora, que el promedio de vida varía considerablemente según la región de EE.UU. (hasta 4,5 años). Este patrón no es el que cabría esperar, señalan los investigadores.
Este hecho no parece estar fuertemente correlacionado con factores como el acceso a la asistencia sanitaria, los problemas ambientales, la desigualdad de ingresos o el mercado de trabajo, sino más bien con factores como las tasas de tabaquismo o de obesidad en cada zona, aseguran.
Pero estos puntos han de ser más analizados. Los investigadores afirman que una de las áreas de investigación más fructíferas derivadas de este trabajo podría ser la profundización en las causas de variación local de la esperanza de vida.
De cualquier manera, creen que los resultados obtenidos constituyen un paisaje geográfico y demográfico muy completo de la mortalidad en Estados Unidos.
Geografía de la mortalidad
Entre los municipios donde las personas de bajos ingresos experimentarorn mayores aumentos en el tiempo de vida entre 2001 y 2014 estánToms River, Nueva Jersey; Birmingham, en Alabama, o Richmond, en Virginia. Las ciudades con las mayores caídas en la esperanza de vida de los pobres son Tampa y Pensacola, en Florida; y Knoxville, en Tennessee.
Los lugares con la mayor esperanza de vida para los pobres incluyen la ciudad de Nueva York y algunas ciudades de California. Entre los perceptores de ingresos más altos, la gente vive más tiempo en Salt Lake City (87,8 años de media) y menos tiempo en Las Vegas (84,1 años de media).
Los autores del estudio señalan que los resultados de este podrían tener implicaciones para los programas políticos; y esperan que con ellos se genere un amplio debate social.
El estudio abarcó datos de 1,4 millones de declaraciones anónimas de impuestos del Gobierno federal, que fueron combinados con datos de mortalidad de entre los años 2001 y 2014 (tomados de la Seguridad Social del país).
Así ha encontrado, además de lo dicho hasta ahora, que el promedio de vida varía considerablemente según la región de EE.UU. (hasta 4,5 años). Este patrón no es el que cabría esperar, señalan los investigadores.
Este hecho no parece estar fuertemente correlacionado con factores como el acceso a la asistencia sanitaria, los problemas ambientales, la desigualdad de ingresos o el mercado de trabajo, sino más bien con factores como las tasas de tabaquismo o de obesidad en cada zona, aseguran.
Pero estos puntos han de ser más analizados. Los investigadores afirman que una de las áreas de investigación más fructíferas derivadas de este trabajo podría ser la profundización en las causas de variación local de la esperanza de vida.
De cualquier manera, creen que los resultados obtenidos constituyen un paisaje geográfico y demográfico muy completo de la mortalidad en Estados Unidos.
Geografía de la mortalidad
Entre los municipios donde las personas de bajos ingresos experimentarorn mayores aumentos en el tiempo de vida entre 2001 y 2014 estánToms River, Nueva Jersey; Birmingham, en Alabama, o Richmond, en Virginia. Las ciudades con las mayores caídas en la esperanza de vida de los pobres son Tampa y Pensacola, en Florida; y Knoxville, en Tennessee.
Los lugares con la mayor esperanza de vida para los pobres incluyen la ciudad de Nueva York y algunas ciudades de California. Entre los perceptores de ingresos más altos, la gente vive más tiempo en Salt Lake City (87,8 años de media) y menos tiempo en Las Vegas (84,1 años de media).
Los autores del estudio señalan que los resultados de este podrían tener implicaciones para los programas políticos; y esperan que con ellos se genere un amplio debate social.
Referencia bibliográfica:
Raj Chetty, Michael Stepner, Sarah Abraham, Shelby Lin, Benjamin Scuderi, Nicholas Turner, Augustin Bergeron, David Cutler. The Association Between Income and Life Expectancy in the United States, 2001-2014. JAMA (2016). DOI: 10.1001/jama.2016.4226.
Raj Chetty, Michael Stepner, Sarah Abraham, Shelby Lin, Benjamin Scuderi, Nicholas Turner, Augustin Bergeron, David Cutler. The Association Between Income and Life Expectancy in the United States, 2001-2014. JAMA (2016). DOI: 10.1001/jama.2016.4226.