Modelo conceptual de Solar Impulse de 2004. Fuente: Wikimedia Commons.
En 2050 existirán aviones fabricados con materiales transparentes, para que los pasajeros puedan ver a través de sus paredes las pirámides, la Torre Eiffel o cualesquiera otras vistas.
Ésta es una de las ideas acerca de cómo podrían ser las aeronaves dentro de 40 años que manejan los ingenieros de la compañía Airbus, informa la revista The Engineer, y que han sido recogidas en un informe titulado “The future, by Airbus” (El futuro, por Airbus).
En este informe, la compañía repasa los conocimientos tecnológicos que actualmente ya se manejan, para proyectar sus posibles aplicaciones en el desarrollo futuro de la aviación.
En lo que se refiere a los materiales de fabricación, Airbus contempla la posibilidad de utilizar materiales opacos o transparentes para sus aviones, eliminando así la necesidad de usar ventanas.
Estos materiales permitirían que las aeronaves fueran “más ligeras” y que los pasajeros disfrutasen de una vista del cielo en un ángulo de 360 grados, así como de una visión sin obstáculos, a través del suelo transparente, de los cinco continentes y de los monumentos y parajes naturales que éstos contienen.
Otros materiales de fabricación que la compañía señala como de uso posible en su informe son los materiales ecológicos. Airbus propone dejar de utilizar materiales como los metales y los plásticos y pasar a usar materiales completamente reciclables, como las fibras vegetales.
Asimismo, la compañía habla de la posibilidad de usar materiales auto lavables, materiales que cambian de forma y que son capaces de volver a la forma original, como los órganos de las criaturas vivas; materiales que se auto reparan, y materiales compuestos, generados a partir de la combinación de materiales diversos, lo que les confiere unas propiedades especiales (combinaciones poco usuales de rigidez, resistencia, peso, rendimiento a alta temperatura, resistencia a la corrosión, dureza o conductividad).
Decorados virtuales
Airbus contempla además la posibilidad de utilizar la tecnología holográfica en sus vuelos. Esta tecnología permite crear imágenes tridimensionales con rayo láser, y proyectarlas en el espacio.
Gracias a ella, los pasajeros de los aviones del futuro podrán convertir el espacio interior de las cabinas en lo que deseen: una oficina, un jardín, etc. Cualquier decorado virtual será posible, afirman los ingenieros de la compañía.
Ésta es una de las ideas acerca de cómo podrían ser las aeronaves dentro de 40 años que manejan los ingenieros de la compañía Airbus, informa la revista The Engineer, y que han sido recogidas en un informe titulado “The future, by Airbus” (El futuro, por Airbus).
En este informe, la compañía repasa los conocimientos tecnológicos que actualmente ya se manejan, para proyectar sus posibles aplicaciones en el desarrollo futuro de la aviación.
En lo que se refiere a los materiales de fabricación, Airbus contempla la posibilidad de utilizar materiales opacos o transparentes para sus aviones, eliminando así la necesidad de usar ventanas.
Estos materiales permitirían que las aeronaves fueran “más ligeras” y que los pasajeros disfrutasen de una vista del cielo en un ángulo de 360 grados, así como de una visión sin obstáculos, a través del suelo transparente, de los cinco continentes y de los monumentos y parajes naturales que éstos contienen.
Otros materiales de fabricación que la compañía señala como de uso posible en su informe son los materiales ecológicos. Airbus propone dejar de utilizar materiales como los metales y los plásticos y pasar a usar materiales completamente reciclables, como las fibras vegetales.
Asimismo, la compañía habla de la posibilidad de usar materiales auto lavables, materiales que cambian de forma y que son capaces de volver a la forma original, como los órganos de las criaturas vivas; materiales que se auto reparan, y materiales compuestos, generados a partir de la combinación de materiales diversos, lo que les confiere unas propiedades especiales (combinaciones poco usuales de rigidez, resistencia, peso, rendimiento a alta temperatura, resistencia a la corrosión, dureza o conductividad).
Decorados virtuales
Airbus contempla además la posibilidad de utilizar la tecnología holográfica en sus vuelos. Esta tecnología permite crear imágenes tridimensionales con rayo láser, y proyectarlas en el espacio.
Gracias a ella, los pasajeros de los aviones del futuro podrán convertir el espacio interior de las cabinas en lo que deseen: una oficina, un jardín, etc. Cualquier decorado virtual será posible, afirman los ingenieros de la compañía.
Según ellos, en 2050, “la tecnología holográfica habrá avanzado tanto que el mundo virtual no podrá distinguirse del real”.
Por tanto, será factible volar cómodamente sentados en una cabina “temática”, que proyecte imágenes escogidas. Si se une esta tecnología a la de los materiales antes mencionados, los pasajeros se encontrarán sentados en un entorno limpio y ecológico, y en un asiento que cambiará de forma para adaptarse a su cuerpo. Además, podrán ir mirando hacia el exterior del avión, a través de las paredes.
Recursos energéticos
En lo que se refiere a las fuentes energéticas, los ingenieros señalan que aunque se sabe que los aviones pueden volar con hidrógeno, actualmente esta tecnología es demasiado voluminosa. Además, el hidrógeno no existe en estado puro, por lo que debería emplearse demasiada energía previa, en su producción.
Como solución alternativa sugieren la fusión nuclear o, quizá, la superconductividad (capacidad que poseen ciertos materiales para conducir corriente eléctrica), que podrían proporcionar una producción energética ilimitada y ecológica para los vuelos.
En lo que se refiere a la energía solar, los ingenieros de Airbus señalan el éxito de la aeronave Solar Impulse: el pasado mes de julio, este avión estableció dos nuevos récords mundiales, el primero en número de horas: al volar durante 26 horas, lo que incluye una noche entera, sin la ayuda de fuentes de energía externa; el segundo en altura: logrando un nuevo máximo hasta la fecha para un avión sostenible al alcanzar los 8.564 metros sobre el nivel del mar.
A pesar de estos logros, los ingenieros destacan ciertas limitaciones en la tecnología de energía solar: aunque los aviones fueran completamente cubiertos con paneles solares, esto no sería suficiente para propulsar las aeronaves de grandes dimensiones. Según ellos, en un futuro inmediato, la energía solar permitiría proporcionar energía eléctrica a los aviones en vuelo, pero sólo a partir del momento en que éstos alcanzaran la altitud necesaria.
Por otra parte, Airbus revela en este informe sus planes de futuro acerca del uso de biocombustibles en la aviación: la biomasa podría llegar a proporcionar un 30% del combustible de la aviación comercial en 2030.
Muchas maneras de volar
El informe “The future, by Airbus” señala que “el lema del futuro será la flexibilidad”. Esto quiere decir, explican los ingenieros de la compañía, que en los años venideros habrá maneras distintas de volar.
Para viajes individuales y a destinos cercanos, tal vez existan en 2050 vehículos propios, como el “coche volador”.
Para viajes más largos, podrían fabricarse coches-cápsula susceptibles de ser introducidos en “naves nodriza” o aviones gigantes, que se encargarán de llevar a los vehículos más pequeños y a sus pasajeros a destinos lejanos.
Por otro lado, la gente podrá decidir si quiere viajar rápidamente, en aviones “hipersónicos”, o si, por el contrario, desea hacer viajes de placer, en aeronaves gigantes, similares a “palacios volantes”, con piscinas o pistas de tenis, entre otros muchos lujos.
La frontera final será el espacio. Según se afirma en el informe, Airbus pretende dar los primeros pasos para el desarrollo del turismo espacial. Los ingenieros contemplan la posibilidad de convertir una estación espacial orbital en un destino vacacional, en el que disfrutar de la gravedad cero y de las vistas del planeta Tierra desde las alturas.
Por tanto, será factible volar cómodamente sentados en una cabina “temática”, que proyecte imágenes escogidas. Si se une esta tecnología a la de los materiales antes mencionados, los pasajeros se encontrarán sentados en un entorno limpio y ecológico, y en un asiento que cambiará de forma para adaptarse a su cuerpo. Además, podrán ir mirando hacia el exterior del avión, a través de las paredes.
Recursos energéticos
En lo que se refiere a las fuentes energéticas, los ingenieros señalan que aunque se sabe que los aviones pueden volar con hidrógeno, actualmente esta tecnología es demasiado voluminosa. Además, el hidrógeno no existe en estado puro, por lo que debería emplearse demasiada energía previa, en su producción.
Como solución alternativa sugieren la fusión nuclear o, quizá, la superconductividad (capacidad que poseen ciertos materiales para conducir corriente eléctrica), que podrían proporcionar una producción energética ilimitada y ecológica para los vuelos.
En lo que se refiere a la energía solar, los ingenieros de Airbus señalan el éxito de la aeronave Solar Impulse: el pasado mes de julio, este avión estableció dos nuevos récords mundiales, el primero en número de horas: al volar durante 26 horas, lo que incluye una noche entera, sin la ayuda de fuentes de energía externa; el segundo en altura: logrando un nuevo máximo hasta la fecha para un avión sostenible al alcanzar los 8.564 metros sobre el nivel del mar.
A pesar de estos logros, los ingenieros destacan ciertas limitaciones en la tecnología de energía solar: aunque los aviones fueran completamente cubiertos con paneles solares, esto no sería suficiente para propulsar las aeronaves de grandes dimensiones. Según ellos, en un futuro inmediato, la energía solar permitiría proporcionar energía eléctrica a los aviones en vuelo, pero sólo a partir del momento en que éstos alcanzaran la altitud necesaria.
Por otra parte, Airbus revela en este informe sus planes de futuro acerca del uso de biocombustibles en la aviación: la biomasa podría llegar a proporcionar un 30% del combustible de la aviación comercial en 2030.
Muchas maneras de volar
El informe “The future, by Airbus” señala que “el lema del futuro será la flexibilidad”. Esto quiere decir, explican los ingenieros de la compañía, que en los años venideros habrá maneras distintas de volar.
Para viajes individuales y a destinos cercanos, tal vez existan en 2050 vehículos propios, como el “coche volador”.
Para viajes más largos, podrían fabricarse coches-cápsula susceptibles de ser introducidos en “naves nodriza” o aviones gigantes, que se encargarán de llevar a los vehículos más pequeños y a sus pasajeros a destinos lejanos.
Por otro lado, la gente podrá decidir si quiere viajar rápidamente, en aviones “hipersónicos”, o si, por el contrario, desea hacer viajes de placer, en aeronaves gigantes, similares a “palacios volantes”, con piscinas o pistas de tenis, entre otros muchos lujos.
La frontera final será el espacio. Según se afirma en el informe, Airbus pretende dar los primeros pasos para el desarrollo del turismo espacial. Los ingenieros contemplan la posibilidad de convertir una estación espacial orbital en un destino vacacional, en el que disfrutar de la gravedad cero y de las vistas del planeta Tierra desde las alturas.