Los bebés comienzan a relacionarse con los demás a través del tacto desde sus primeros días.
Esas conexiones tienen implicaciones para su salud y su desarrollo social mucho más allá de la infancia, particularmente su capacidad de empatizar con los demás, según varios científicos.
"Los bebés muy pequeños pueden observar el movimiento de los cuerpos de otras personas y pueden relacionar ese movimiento biológico con su propio movimiento", explica Andrew Meltzoff, codirector del Instituto para el Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington.
Añade que esa capacidad de relacionar el movimiento de otra persona con el suyo propio será la base para el desarrollo social posterior del bebé.
Cerebro empático
Los experimentos de Meltzoff han utilizado una tecnología no invasiva llamada magnetoencefalografía para observar la actividad cerebral de los bebés de 29 semanas.
Cuando se toca la mano de un bebé, por ejemplo, los datos de imágenes muestran que se activa una región particular del cerebro en la corteza somatosensorial.
Es en esta región, en lugares separados y con diferentes niveles de fuerza, donde el cerebro procesa el contacto con diferentes partes del cuerpo.
Otro experimento indica que esta comprensión se extiende más allá del propio cuerpo del bebé: cuando observa que alguien toca la mano o el pie de otra persona, se activa también el área de la mano o del pie de la corteza somatosensorial en el cerebro del bebé.
Y un detalle importante: la reacción cerebral no es la misma si se produce el contacto del bebé con la mano o el pie de otra persona, que si lo único que ocurre es que el bebé solo ve cómo una persona toca la mano o el pie de otra persona.
Descubrimiento temprano del otro
El cerebro del bebé registra ambos tipos de contacto, lo que indica su capacidad para reconocer la similitud entre sus propias partes del cuerpo y las que ven en otras personas.
De esta forma, antes de que tengan palabras para las partes del cuerpo, los bebés reconocen que su mano es como nuestra mano, y su pie es como nuestro pie.
Este mapa del cuerpo neural ayuda a conectar a los bebés con otras personas: así descubren que son iguales a los demás.
Según los investigadores, esta capacidad sienta las bases para imitar y aprender del comportamiento de otras personas, y de empatizar con ellas.
"Mucho antes de que los bebés adquieran el lenguaje hablado, el tacto es un canal crucial de comunicación entre los demás y los bebés", explica Meltzoff.
Más allá de la infancia
Esta conexión entre los bebés y los otros "proporciona la base para la capacidad de empatía", añade Ruth Feldman, profesora del Centro Interdisciplinario Herzliya de Israel.
"Cuanto más experimentan esta sincronía, más pueden desarrollar empatía más adelante", añade Feldman.
Feldman desarrolló un estudio longitudinal que revela que los efectos fisiológicos y sociales del tacto y la conexión se extienden mucho más allá de la infancia.
Se sabe desde hace décadas que separar a un bebé de su madre tiene efectos perjudiciales.
Esas conexiones tienen implicaciones para su salud y su desarrollo social mucho más allá de la infancia, particularmente su capacidad de empatizar con los demás, según varios científicos.
"Los bebés muy pequeños pueden observar el movimiento de los cuerpos de otras personas y pueden relacionar ese movimiento biológico con su propio movimiento", explica Andrew Meltzoff, codirector del Instituto para el Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington.
Añade que esa capacidad de relacionar el movimiento de otra persona con el suyo propio será la base para el desarrollo social posterior del bebé.
Cerebro empático
Los experimentos de Meltzoff han utilizado una tecnología no invasiva llamada magnetoencefalografía para observar la actividad cerebral de los bebés de 29 semanas.
Cuando se toca la mano de un bebé, por ejemplo, los datos de imágenes muestran que se activa una región particular del cerebro en la corteza somatosensorial.
Es en esta región, en lugares separados y con diferentes niveles de fuerza, donde el cerebro procesa el contacto con diferentes partes del cuerpo.
Otro experimento indica que esta comprensión se extiende más allá del propio cuerpo del bebé: cuando observa que alguien toca la mano o el pie de otra persona, se activa también el área de la mano o del pie de la corteza somatosensorial en el cerebro del bebé.
Y un detalle importante: la reacción cerebral no es la misma si se produce el contacto del bebé con la mano o el pie de otra persona, que si lo único que ocurre es que el bebé solo ve cómo una persona toca la mano o el pie de otra persona.
Descubrimiento temprano del otro
El cerebro del bebé registra ambos tipos de contacto, lo que indica su capacidad para reconocer la similitud entre sus propias partes del cuerpo y las que ven en otras personas.
De esta forma, antes de que tengan palabras para las partes del cuerpo, los bebés reconocen que su mano es como nuestra mano, y su pie es como nuestro pie.
Este mapa del cuerpo neural ayuda a conectar a los bebés con otras personas: así descubren que son iguales a los demás.
Según los investigadores, esta capacidad sienta las bases para imitar y aprender del comportamiento de otras personas, y de empatizar con ellas.
"Mucho antes de que los bebés adquieran el lenguaje hablado, el tacto es un canal crucial de comunicación entre los demás y los bebés", explica Meltzoff.
Más allá de la infancia
Esta conexión entre los bebés y los otros "proporciona la base para la capacidad de empatía", añade Ruth Feldman, profesora del Centro Interdisciplinario Herzliya de Israel.
"Cuanto más experimentan esta sincronía, más pueden desarrollar empatía más adelante", añade Feldman.
Feldman desarrolló un estudio longitudinal que revela que los efectos fisiológicos y sociales del tacto y la conexión se extienden mucho más allá de la infancia.
Se sabe desde hace décadas que separar a un bebé de su madre tiene efectos perjudiciales.
Madre Canguro
Para los bebés prematuros que requieren incubación, se prescribe una intervención táctil conocida como “Método madre canguro”.
Se trata de una técnica que se basa en potenciar el contacto, piel a piel, entre el bebé y su madre, o bien otro adulto, mientras está en un momento crítico de la vida.
En su estudio, Feldman demostró que administrar el Método Madre Canguro una hora al día durante 14 días consecutivos, produce beneficios duraderos en el neonato: registra mejor sueño, mejor funcionamiento autónomo, mejor respuesta al estrés y menos marcadores de inflamación.
Cerebro social
Feldman ha investigado también el "cerebro social" de bebés que ahora tienen de 20 años, en relación con el Método Madre Canguro.
Descubrió que la precisión empática, la capacidad del cerebro para distinguir y responder de manera diferente a las emociones específicas de los demás, es más fuerte entre los adultos que recibieron Método Madre Canguro cuando eran bebés, en comparación con aquellos que fueron prematuros pero no recibieron la misma atención.
Según Feldman, algo ocurre cuando se produce el contacto corporal materno que es suficientemente potente como para proyectar en la vida del bebé una trayectoria vital diferente.
Para los bebés prematuros que requieren incubación, se prescribe una intervención táctil conocida como “Método madre canguro”.
Se trata de una técnica que se basa en potenciar el contacto, piel a piel, entre el bebé y su madre, o bien otro adulto, mientras está en un momento crítico de la vida.
En su estudio, Feldman demostró que administrar el Método Madre Canguro una hora al día durante 14 días consecutivos, produce beneficios duraderos en el neonato: registra mejor sueño, mejor funcionamiento autónomo, mejor respuesta al estrés y menos marcadores de inflamación.
Cerebro social
Feldman ha investigado también el "cerebro social" de bebés que ahora tienen de 20 años, en relación con el Método Madre Canguro.
Descubrió que la precisión empática, la capacidad del cerebro para distinguir y responder de manera diferente a las emociones específicas de los demás, es más fuerte entre los adultos que recibieron Método Madre Canguro cuando eran bebés, en comparación con aquellos que fueron prematuros pero no recibieron la misma atención.
Según Feldman, algo ocurre cuando se produce el contacto corporal materno que es suficientemente potente como para proyectar en la vida del bebé una trayectoria vital diferente.
Referencias
Infant brain responses to felt and observed touch of hands and feet: an MEG study. Andrew N. Meltzoff et al. Developmental Science, Volume21, Issue5, September 2018 e12651. DOI:https://doi.org/10.1111/desc.12651
Maternal-preterm skin-to-skin contact enhances child physiologic organization and cognitive control across the first 10 years of life. Feldman R. et al. Biol Psychiatry, 2014 Jan 1;75(1):56-64. DOI:10.1016/j.biopsych.2013.08.012.
Infant brain responses to felt and observed touch of hands and feet: an MEG study. Andrew N. Meltzoff et al. Developmental Science, Volume21, Issue5, September 2018 e12651. DOI:https://doi.org/10.1111/desc.12651
Maternal-preterm skin-to-skin contact enhances child physiologic organization and cognitive control across the first 10 years of life. Feldman R. et al. Biol Psychiatry, 2014 Jan 1;75(1):56-64. DOI:10.1016/j.biopsych.2013.08.012.