Hace unos días, culminaba en Perú la Conferencia sobre Cambio Climático de Lima, organizada por la ONU, dejando complejas cuestiones pendientes. Se alcanzó, eso sí, un acuerdo de mínimos, como la estipulación de que cada país se comprometa a desarrollar planes individuales para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Y es que no todos los países se están esforzando en esta dirección. Un ejemplo dolorosamente cercano lo tenemos en la reforma energética que en julio de 2013 aprobaba el Consejo de Ministros español, y que obstaculiza la evolución de nuestro país hacia un nuevo modelo de producción y consumo energéticos, al imponer un impuesto al autoconsumo y eliminar las primas a las renovables.
Por otra parte, se da la circunstancia de que, aunque algunos países desarrollados quieren actuar de forma voluntaria en esta dirección, los países en desarrollo demandan mayores compromisos antes de tomar medidas para reducir sus emisiones. Esto hace que queden pendientes cuestiones muy complicadas de cara a la próxima Cumbre del Clima de París (que se celebrará en diciembre de 2015) relacionadas con la mitigación de emisiones contaminantes, la adaptación al cambio climático y la financiación de las medidas a emprender.
El tiempo pasa
Entretanto, el tiempo va pasando y los efectos en el clima de las actividades humanas se hacen cada vez más patentes.
A finales de noviembre, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) advertía que la temperatura media global sobre las superficies terrestres de enero a octubre de 2014 ha sido la más alta de la historia. El mes de octubre en concreto fue el más cálido desde que comenzaron los registros en 1880.
Por otra parte, a mediados de noviembre, un estudio de la Universidad de Hawái señalaba que el pasado verano se registraron las temperaturas medias de la superficie global de los océanos más altas jamás registradas. Y, por si esto fuera poco, el tres de diciembre la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicaba que 2014 podría ser uno de los años más calurosos, cuando no el más caluroso, que se haya registrado nunca.
Ello se debe fundamentalmente a unas altas temperaturas mundiales sin precedentes en la superficie del mar, que muy probablemente permanecerán por encima de las normales hasta finales de año. Esas altas temperaturas del mar, junto con otros factores, contribuyeron a que se dieran unas precipitaciones e inundaciones excepcionalmente intensas en numerosos países y sequías extremas en otros (ver cuadro).
El estudio de la Universidad de Hawái explicaba el ascenso de las temperaturas del mar de la siguiente forma. Entre los años 2000 y 2013 el aumento global de la temperatura superficial de los océanos se había detenido, a pesar del aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero, por razones que aún no están del todo claras y que han intentado explicar varias teorías científicas. Sin embargo, esa ‘pausa’ climática se habría terminado, con el consecuente calentamiento del mar.
Y es que no todos los países se están esforzando en esta dirección. Un ejemplo dolorosamente cercano lo tenemos en la reforma energética que en julio de 2013 aprobaba el Consejo de Ministros español, y que obstaculiza la evolución de nuestro país hacia un nuevo modelo de producción y consumo energéticos, al imponer un impuesto al autoconsumo y eliminar las primas a las renovables.
Por otra parte, se da la circunstancia de que, aunque algunos países desarrollados quieren actuar de forma voluntaria en esta dirección, los países en desarrollo demandan mayores compromisos antes de tomar medidas para reducir sus emisiones. Esto hace que queden pendientes cuestiones muy complicadas de cara a la próxima Cumbre del Clima de París (que se celebrará en diciembre de 2015) relacionadas con la mitigación de emisiones contaminantes, la adaptación al cambio climático y la financiación de las medidas a emprender.
El tiempo pasa
Entretanto, el tiempo va pasando y los efectos en el clima de las actividades humanas se hacen cada vez más patentes.
A finales de noviembre, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) advertía que la temperatura media global sobre las superficies terrestres de enero a octubre de 2014 ha sido la más alta de la historia. El mes de octubre en concreto fue el más cálido desde que comenzaron los registros en 1880.
Por otra parte, a mediados de noviembre, un estudio de la Universidad de Hawái señalaba que el pasado verano se registraron las temperaturas medias de la superficie global de los océanos más altas jamás registradas. Y, por si esto fuera poco, el tres de diciembre la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicaba que 2014 podría ser uno de los años más calurosos, cuando no el más caluroso, que se haya registrado nunca.
Ello se debe fundamentalmente a unas altas temperaturas mundiales sin precedentes en la superficie del mar, que muy probablemente permanecerán por encima de las normales hasta finales de año. Esas altas temperaturas del mar, junto con otros factores, contribuyeron a que se dieran unas precipitaciones e inundaciones excepcionalmente intensas en numerosos países y sequías extremas en otros (ver cuadro).
El estudio de la Universidad de Hawái explicaba el ascenso de las temperaturas del mar de la siguiente forma. Entre los años 2000 y 2013 el aumento global de la temperatura superficial de los océanos se había detenido, a pesar del aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero, por razones que aún no están del todo claras y que han intentado explicar varias teorías científicas. Sin embargo, esa ‘pausa’ climática se habría terminado, con el consecuente calentamiento del mar.
La situación climática en datos
• Temperaturas de la superficie terrestre
La temperatura media del aire en superficie sobre la tierra de enero a octubre de 2014 fue de aproximadamente 0,86 °C por encima de la media correspondiente al período 1961-1990. Es la cuarta o la quinta más alta de las registradas para esos mismos meses.
• Contenido de calor oceánico
Las temperaturas mundiales en la superficie del mar fueron las más altas de las que se tenía registro, situándose en unos 0,45 °C por encima de la media de 1961-1990.
Para los meses de enero a junio se estimó el contenido de calor oceánico de profundidades que iban hasta 700m y 2000m, y en ambas alcanzaba valores sin precedentes.
• Nivel del mar y hielo marino
Al calentarse los océanos su volumen aumenta debido a la dilatación térmica. A principios de 2014, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzaba un valor sin precedentes para esa época del año.
La superficie del hielo marino en el Ártico alcanzó su extensión mínima anual, de 5,02 millones dekm2, el 17 de septiembre y fue la sexta más pequeña de la que se tienen datos, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos.
La superficie del hielo marino en la Antártida alcanzó una extensión máxima diaria de 20,11 millones de km2 el 22 de septiembre, estableciéndose así un nuevo récord por tercer año consecutivo.
• Inundaciones
Reino Unido ha tenido el invierno más húmedo del que se tiene registro, superior en un 177% a las precipitaciones medias a largo plazo.
En mayo, hubo inundaciones devastadoras en Serbia, Bosnia y Herzegovina, y Croacia. En Rusia, a finales de mayo y principios de junio. En septiembre, en algunas zonas del sur de la península de los Balcanes las precipitaciones superaron en un 250% la media mensual y en zonas de Turquía estuvieron un 500% por encima de lo normal.
Los días 29 y 30 de abril cayeron lluvias torrenciales en el sureste, en la zona del Atlántico central y el noreste de Estados Unidos, causando importantes inundaciones repentinas.
• Sequías
En la parte sur del noreste de China y en partes de la cuenca del río Amarillo y del río Huaihe ha habido sequías graves. También en partes de América Central, Brasil y vastas zonas del oeste de Estados Unidos y Canadá.
A comienzos de año, en el noreste de Nueva Gales del Sur y el sureste de Queensland (Australia) se dieron déficits de lluvia prolongados.
Fuente: OMM.
• Temperaturas de la superficie terrestre
La temperatura media del aire en superficie sobre la tierra de enero a octubre de 2014 fue de aproximadamente 0,86 °C por encima de la media correspondiente al período 1961-1990. Es la cuarta o la quinta más alta de las registradas para esos mismos meses.
• Contenido de calor oceánico
Las temperaturas mundiales en la superficie del mar fueron las más altas de las que se tenía registro, situándose en unos 0,45 °C por encima de la media de 1961-1990.
Para los meses de enero a junio se estimó el contenido de calor oceánico de profundidades que iban hasta 700m y 2000m, y en ambas alcanzaba valores sin precedentes.
• Nivel del mar y hielo marino
Al calentarse los océanos su volumen aumenta debido a la dilatación térmica. A principios de 2014, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzaba un valor sin precedentes para esa época del año.
La superficie del hielo marino en el Ártico alcanzó su extensión mínima anual, de 5,02 millones dekm2, el 17 de septiembre y fue la sexta más pequeña de la que se tienen datos, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos.
La superficie del hielo marino en la Antártida alcanzó una extensión máxima diaria de 20,11 millones de km2 el 22 de septiembre, estableciéndose así un nuevo récord por tercer año consecutivo.
• Inundaciones
Reino Unido ha tenido el invierno más húmedo del que se tiene registro, superior en un 177% a las precipitaciones medias a largo plazo.
En mayo, hubo inundaciones devastadoras en Serbia, Bosnia y Herzegovina, y Croacia. En Rusia, a finales de mayo y principios de junio. En septiembre, en algunas zonas del sur de la península de los Balcanes las precipitaciones superaron en un 250% la media mensual y en zonas de Turquía estuvieron un 500% por encima de lo normal.
Los días 29 y 30 de abril cayeron lluvias torrenciales en el sureste, en la zona del Atlántico central y el noreste de Estados Unidos, causando importantes inundaciones repentinas.
• Sequías
En la parte sur del noreste de China y en partes de la cuenca del río Amarillo y del río Huaihe ha habido sequías graves. También en partes de América Central, Brasil y vastas zonas del oeste de Estados Unidos y Canadá.
A comienzos de año, en el noreste de Nueva Gales del Sur y el sureste de Queensland (Australia) se dieron déficits de lluvia prolongados.
Fuente: OMM.
¿Un futuro inhóspito?
Según declaraba a principios de diciembre el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud, “catorce de los quince años más calurosos de los que se tiene registro se han dado en el siglo XXI”. “Debido a unas emisiones de gases de efecto invernadero sin precedentes y a su concentración en la atmósfera, el planeta se ve abocado a un futuro de lo más incierto y, probablemente, inhóspito”, añadía Jarraud.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se mostró a pesar de todo positiva, al señalar que “afortunadamente nuestro clima político está cambiando y, manifiestamente, los gobiernos, con el apoyo de los inversores, los empresarios y los encargados municipales se están encaminando hacia la concertación de un acuerdo universal sobre el clima en París en 2015 que sea útil y mantenga el aumento de la temperatura mundial por debajo de dos grados centígrados, sentando las bases para llegar a una profunda descarbonización de las economías del mundo y a la neutralidad climática (emisiones nulas) en la segunda mitad del siglo".
Próximo objetivo: París
Así que, en diciembre de 2015, los líderes mundiales volverán a reunirse en una nueva cumbre climática en París, la COP21. El objetivo es alcanzar un acuerdo universal legalmente vinculante en material climática, de todas las naciones del mundo.
Hasta entonces habrá dos citas cruciales, las reuniones de la Conferencia en marzo y junio, para ir preparando el terreno. El vicepresidente de la delegación europea, el alemán Jo Leinen, ha señalado la importancia del encuentro: "Después del fiasco de Copenhague (en 2009) no podemos permitirnos un segundo fracaso".
En aquella ocasión, todas las esperanzas que científicos, organizaciones sociales y políticos habían puesto en las negociaciones se frustraron. Dado que el cambio climático, según el IPCC, afecta ya a todos los continentes y océanos de la Tierra, solo nos queda esperar que en París no ocurra lo mismo.
De lo contrario, lo que nos espera, de nuevo según el IPCC, es un aumento de la temperatura global en superficie superior en 2ºC a la del período 1850-1900. En lo que respecta a Europa, deberemos afrontar restricciones de agua, incremento de olas de calor con impacto negativo en la producción agrícola y la calidad del aire; e incluso un aumento de la tasa de mortalidad de la población. Se ha calculado que esta podría duplicarse en 2080, si no se toman medidas contra el cambio climático ahora.
Según declaraba a principios de diciembre el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud, “catorce de los quince años más calurosos de los que se tiene registro se han dado en el siglo XXI”. “Debido a unas emisiones de gases de efecto invernadero sin precedentes y a su concentración en la atmósfera, el planeta se ve abocado a un futuro de lo más incierto y, probablemente, inhóspito”, añadía Jarraud.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se mostró a pesar de todo positiva, al señalar que “afortunadamente nuestro clima político está cambiando y, manifiestamente, los gobiernos, con el apoyo de los inversores, los empresarios y los encargados municipales se están encaminando hacia la concertación de un acuerdo universal sobre el clima en París en 2015 que sea útil y mantenga el aumento de la temperatura mundial por debajo de dos grados centígrados, sentando las bases para llegar a una profunda descarbonización de las economías del mundo y a la neutralidad climática (emisiones nulas) en la segunda mitad del siglo".
Próximo objetivo: París
Así que, en diciembre de 2015, los líderes mundiales volverán a reunirse en una nueva cumbre climática en París, la COP21. El objetivo es alcanzar un acuerdo universal legalmente vinculante en material climática, de todas las naciones del mundo.
Hasta entonces habrá dos citas cruciales, las reuniones de la Conferencia en marzo y junio, para ir preparando el terreno. El vicepresidente de la delegación europea, el alemán Jo Leinen, ha señalado la importancia del encuentro: "Después del fiasco de Copenhague (en 2009) no podemos permitirnos un segundo fracaso".
En aquella ocasión, todas las esperanzas que científicos, organizaciones sociales y políticos habían puesto en las negociaciones se frustraron. Dado que el cambio climático, según el IPCC, afecta ya a todos los continentes y océanos de la Tierra, solo nos queda esperar que en París no ocurra lo mismo.
De lo contrario, lo que nos espera, de nuevo según el IPCC, es un aumento de la temperatura global en superficie superior en 2ºC a la del período 1850-1900. En lo que respecta a Europa, deberemos afrontar restricciones de agua, incremento de olas de calor con impacto negativo en la producción agrícola y la calidad del aire; e incluso un aumento de la tasa de mortalidad de la población. Se ha calculado que esta podría duplicarse en 2080, si no se toman medidas contra el cambio climático ahora.
Gases de efecto invernadero
El último análisis de las observaciones realizadas en el marco del programa de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM revela que los niveles atmosféricos de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) alcanzaron nuevos máximos históricos en 2013. Todavía no se han procesado los datos para 2014.
El promedio de los niveles atmosféricos mundiales de CO2 alcanzó 396,0 partes por millón (ppm), o sea, aproximadamente el 142% del nivel medio de la era preindustrial. El incremento de 2012 a 2013 fue de 2,9 ppm, que es el mayor aumento interanual, registrándose en varias estaciones del hemisferio norte niveles superiores a 400 ppm.
Fuente: OMM.
El último análisis de las observaciones realizadas en el marco del programa de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM revela que los niveles atmosféricos de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) alcanzaron nuevos máximos históricos en 2013. Todavía no se han procesado los datos para 2014.
El promedio de los niveles atmosféricos mundiales de CO2 alcanzó 396,0 partes por millón (ppm), o sea, aproximadamente el 142% del nivel medio de la era preindustrial. El incremento de 2012 a 2013 fue de 2,9 ppm, que es el mayor aumento interanual, registrándose en varias estaciones del hemisferio norte niveles superiores a 400 ppm.
Fuente: OMM.