Imagen: Natalia Pavlova. Fuente: PhotoXpress.
El pasado uno de octubre, con motivo del Día Internacional de las personas mayores, el Foro Empresa y Sociedad presentó en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) el informe “La participación de las personas mayores en una sociedad para todas las edades”.
El documento, elaborado a partir de una encuesta en la que participaron 839 miembros de dicho Foro de entre 30 y más de 75 años de edad, arroja una conclusión principal: la salud, la autonomía personal y la familia son las tres prioridades ciudadanas al final de la vida laboral.
Para el 26% de los encuestados, la salud es lo más importante, seguido por el hecho de no ser una persona dependiente (17%), la familia (16%); y la pensión y la situación económica (12%). Por último, sería esencial recibir los cuidados necesarios (8%), así como el apoyo de amigos (6%) y la espiritualidad (4%).
Los mayores y la sociedad
Más allá del entorno inmediato, los encuestados fueron cuestionados por el papel de los mayores en la sociedad. Consideraron que para que se tenga cada vez más en cuenta la opinión de las personas mayores y su participación en la sociedad, los responsables políticos deben llevar a cabo iniciativas (33%); pero también deben surgir iniciativas individuales (19%).
Además, resultarán importantes las iniciativas de las organizaciones de mayores (16%); el papel de los medios de comunicación (9%); y el de la sociedad civil organizada en general (7%).
Las actuaciones más interesantes para favorecer la participación de las personas mayores serían, según los encuestados, el acceso universal a la sanidad, que resultó de “Mucho interés” para el 51% de los participantes; las denuncias sobre cualquier discriminación por edad (46,6%); y romper los tópicos negativos sobre el envejecimiento (44,7%).
A una cierta distancia, los encuestados consideraron oportuno para tal fin facilitar la formación permanente a todas las edades (35,8%), y adaptar las condiciones de trabajo a la edad (35,6%).
El documento, elaborado a partir de una encuesta en la que participaron 839 miembros de dicho Foro de entre 30 y más de 75 años de edad, arroja una conclusión principal: la salud, la autonomía personal y la familia son las tres prioridades ciudadanas al final de la vida laboral.
Para el 26% de los encuestados, la salud es lo más importante, seguido por el hecho de no ser una persona dependiente (17%), la familia (16%); y la pensión y la situación económica (12%). Por último, sería esencial recibir los cuidados necesarios (8%), así como el apoyo de amigos (6%) y la espiritualidad (4%).
Los mayores y la sociedad
Más allá del entorno inmediato, los encuestados fueron cuestionados por el papel de los mayores en la sociedad. Consideraron que para que se tenga cada vez más en cuenta la opinión de las personas mayores y su participación en la sociedad, los responsables políticos deben llevar a cabo iniciativas (33%); pero también deben surgir iniciativas individuales (19%).
Además, resultarán importantes las iniciativas de las organizaciones de mayores (16%); el papel de los medios de comunicación (9%); y el de la sociedad civil organizada en general (7%).
Las actuaciones más interesantes para favorecer la participación de las personas mayores serían, según los encuestados, el acceso universal a la sanidad, que resultó de “Mucho interés” para el 51% de los participantes; las denuncias sobre cualquier discriminación por edad (46,6%); y romper los tópicos negativos sobre el envejecimiento (44,7%).
A una cierta distancia, los encuestados consideraron oportuno para tal fin facilitar la formación permanente a todas las edades (35,8%), y adaptar las condiciones de trabajo a la edad (35,6%).
Experiencia y transmisión
Los encuestados también presentaron propuestas para mejorar e incrementar la participación de las personas mayores en la sociedad. Según Francisco Abad, fundador de la Fundación Empresa y Sociedad y autor del informe, “los participantes apuestan, de forma para muchos sorprendente, por la importancia creciente de la participación ciudadana directa (no sólo la organizada) en la vida comunitaria”. Esto podría hacerse tomando las siguientes medidas:
1. Asumir que la longevidad nos afecta a todos y preparar nuestro envejecimiento a lo largo de toda la vida.
2. Cuantificar los efectos de la valiosa e ingente actividad no cuantificada de los mayores.
3. Plantear en medios de comunicación la longevidad y el envejecimiento en clave de oportunidad, rompiendo tópicos negativos sobre la edad e incluyendo casos reales inspiradores de cambios.
4. Articular una gran campaña publicitaria bajo un lema como “Algún día tú también serás mayor”.
5. Incluir líderes de todas las edades en todas las iniciativas relevantes, para la sociedad, especialmente en las estructuras de toma de decisiones.
6. Crear Consejos de Edad consultivos en instancias políticas, administraciones públicas, empresas y organizaciones sociales.
7. Incorporar contenidos sobre envejecimiento activo y solidaridad intergeneracional en el sistema educativo.
8. Enseñar Mundología, una asignatura cuyo profesorado fueran mayores con sabiduría, experiencia y criterio singulares.
9. Incorporar la edad como un ángulo más de la diversidad en las empresas y organizaciones, flexibilizando funciones, tareas y responsabilidades a lo largo de la vida.
10. Vincular más directamente emprendimiento con edad, tanto para que haya más emprendedores mayores como para que los mayores apoyen a los emprendedores más jóvenes.
Los encuestados también presentaron propuestas para mejorar e incrementar la participación de las personas mayores en la sociedad. Según Francisco Abad, fundador de la Fundación Empresa y Sociedad y autor del informe, “los participantes apuestan, de forma para muchos sorprendente, por la importancia creciente de la participación ciudadana directa (no sólo la organizada) en la vida comunitaria”. Esto podría hacerse tomando las siguientes medidas:
1. Asumir que la longevidad nos afecta a todos y preparar nuestro envejecimiento a lo largo de toda la vida.
2. Cuantificar los efectos de la valiosa e ingente actividad no cuantificada de los mayores.
3. Plantear en medios de comunicación la longevidad y el envejecimiento en clave de oportunidad, rompiendo tópicos negativos sobre la edad e incluyendo casos reales inspiradores de cambios.
4. Articular una gran campaña publicitaria bajo un lema como “Algún día tú también serás mayor”.
5. Incluir líderes de todas las edades en todas las iniciativas relevantes, para la sociedad, especialmente en las estructuras de toma de decisiones.
6. Crear Consejos de Edad consultivos en instancias políticas, administraciones públicas, empresas y organizaciones sociales.
7. Incorporar contenidos sobre envejecimiento activo y solidaridad intergeneracional en el sistema educativo.
8. Enseñar Mundología, una asignatura cuyo profesorado fueran mayores con sabiduría, experiencia y criterio singulares.
9. Incorporar la edad como un ángulo más de la diversidad en las empresas y organizaciones, flexibilizando funciones, tareas y responsabilidades a lo largo de la vida.
10. Vincular más directamente emprendimiento con edad, tanto para que haya más emprendedores mayores como para que los mayores apoyen a los emprendedores más jóvenes.
Encender luces para el recorrido
“Nos gustaría destacar no solo los resultados sino también la forma de elaborarlos. Se trata de un ejercicio de participación abierta de personas interesadas por aportar a la sociedad, por “lo común”, en un momento en que las ideas son especialmente necesarias. Y también subrayaríamos que el documento no da respuestas, sino que plantea cuestiones a desarrollar en conferencias, foros de debate y talleres sobre algo que nos afecta a todos”, añade Abad.
“En la Fundación Empresa y Sociedad nos sentimos interpelados por contenidos de futuro. Hay grandes tendencias que, paradójicamente, apenas reciben atención porque seguimos viajando de noche con luces cortas. Por eso queremos promover debates sobre las megatendencias más cercanas a nuestra actividad. Entre ellas se encuentra la longevidad y todo un mundo de cambios articulados en torno al envejecimiento o la gestión de la edad en empresas y organizaciones. En este contexto surge el Foro Empresa y Sociedad, un grupo singular, abierto y con una personalidad propia. Su objetivo es elaborar reflexiones y propuestas abiertas que faciliten debates y talleres posteriores en foros empresariales y sociales. Animamos a cualquier empresa, organización o comunidad a que planteen cuestiones similares a su público y a sus plantillas. Creemos que les ayudarán a evolucionar”, subraya Abad.
“Nos gustaría destacar no solo los resultados sino también la forma de elaborarlos. Se trata de un ejercicio de participación abierta de personas interesadas por aportar a la sociedad, por “lo común”, en un momento en que las ideas son especialmente necesarias. Y también subrayaríamos que el documento no da respuestas, sino que plantea cuestiones a desarrollar en conferencias, foros de debate y talleres sobre algo que nos afecta a todos”, añade Abad.
“En la Fundación Empresa y Sociedad nos sentimos interpelados por contenidos de futuro. Hay grandes tendencias que, paradójicamente, apenas reciben atención porque seguimos viajando de noche con luces cortas. Por eso queremos promover debates sobre las megatendencias más cercanas a nuestra actividad. Entre ellas se encuentra la longevidad y todo un mundo de cambios articulados en torno al envejecimiento o la gestión de la edad en empresas y organizaciones. En este contexto surge el Foro Empresa y Sociedad, un grupo singular, abierto y con una personalidad propia. Su objetivo es elaborar reflexiones y propuestas abiertas que faciliten debates y talleres posteriores en foros empresariales y sociales. Animamos a cualquier empresa, organización o comunidad a que planteen cuestiones similares a su público y a sus plantillas. Creemos que les ayudarán a evolucionar”, subraya Abad.