No hay nadie que no piense en el futuro, aunque se trate del futuro inmediato: ¿cómo consigo comida para mañana? Ese es el pensamiento de los que no tienen nada, ni siquiera futuro.
Muchos de los que tienen la posibilidad de pensar en el futuro a más largo plazo, no en el suyo sino en el colectivo, creen que está escrito, que no tienen posibilidad de influir en él.
La inmensa mayoría de la humanidad ni siquiera llega a verbalizarlo o imaginarlo, pero lo cree. En lo más profundo de su ser está convencida de que el futuro lo hacen otros, los que tienen el poder. Pero ¿las cosas tienen que ser así necesariamente?
Para responder a esa pregunta se han reunido en Madrid un grupo de expertos y expertas dedicadas a pensar en el futuro, a lo que en la actualidad se conoce como diseño de futuros o prospectiva estratégica.
Profesores de universidad, artistas, activistas sociales, diseñadores digitales, expertos en estrategia tecnológica, etc… han participado en la conferencia PRIMER EU.
Este evento, que nació en San Francisco en 2017, tiene dos citas anuales, una en Norteamérica y otra en Europa.
Cita en Madrid
En 2018 la edición europea se celebró en Helsinki y este año ha aterrizado en Madrid, junto a trescientas personas llegadas de quince países que han compartido su interés y su confianza en que el futuro no esté únicamente en las manos de los poderosos.
“Queremos promover la idea de futuros posibles con una perspectiva diversa e inclusiva, en oposición a las narrativas de que solo hay un futuro: masculino, blanco, occidental, patriarcal, exponencial, colonizador y depredador de los recursos naturales. Esta narrativa que literalmente está destruyendo el planeta y la vida en él”, explicaba Mónica Quintana, CEO de la consultora Mindset, entidad coorganizadora de PRIMER EU junto a Design Futures Initiative.
Lo primero que llama la atención es la palabra que lo define todo: futuros, no futuro en singular sino en plural.
La explicación a la razón de que la palabra se use en plural la daba durante la conferencia uno de los ponentes, Andrés Colmenares: “Utilizamos ciertas palabras en plural, como futuros, porque las palabras tienen mucho poder. Si hablamos de futuro estamos diciendo que solo hay uno posible. Es como si aceptáramos que es inevitable el futuro que otros elijan para nosotros. Si hablamos de futuros lo que estamos diciendo es que hay múltiples posibilidades y, entre ellas, podemos escoger. Ocurre lo mismo con la palabra tecnología, nosotros no usamos tecnología, sino tecnologías”.
Y esa es la cuestión central: el futuro no existe, el futuro puede ser lo que la humanidad que habita el presente decida que quiere para el porvenir.
Futuro inclusivo
Pero en lo que insistieron la mayoría de los ponentes es que para lograrlo hay que trabajar.
Aarathi Krishnan, coordinadora de Futuros Globales de la organización internacional Cruz Roja y Media Luna Roja, insistió durante su intervención en la necesidad de incluir a todos los pueblos y poner en marcha sistemas de transformación social basados en la descolonización y el feminismo: “si no lo hacemos así, estaremos reduciendo todos los futuros posibles a un futuro en el que solo algunos serán afortunados”. Y es que el lema de la conferencia celebrada en Madrid era precisamente ese: “Futures for all” (futuros para todos en su traducción al castellano).
Y sobre esos todos y todas se habló largo y tendido en la conferencia.
Jorge Camacho trajo un proyecto en el que ha participado en Ciudad de México y que ha consistido en proponer a tres familias de bajos recursos imaginarse su futuro; o Peter Bishop, que alertó sobre la necesidad de introducir estos conceptos en el curriculum escolar de niños y adolescentes.
O Cecilia Tham, que hizo reflexionar a los asistentes sobre el futuro de la comida: alimentos altamente tecnológicos que ya están surgiendo de los laboratorios.
También se habló de migraciones. El artista Jimmy Loizeau presentó un proyecto colectivo en el que ha trabajado en los últimos dos años, que nació en la isla griega de Lesbos y que ha sido puesto en marcha por artistas, periodistas y músicos entre los que hay migrantes.
Quizá la conclusión más importante y más disruptiva de todo lo que se ha hablado en PRIMER EU Madrid es que esos futuros para todos, rebeldes, libres, diversos, esos futuros posibles, tienen además la capacidad de cambiar nuestro presente.
Muchos de los que tienen la posibilidad de pensar en el futuro a más largo plazo, no en el suyo sino en el colectivo, creen que está escrito, que no tienen posibilidad de influir en él.
La inmensa mayoría de la humanidad ni siquiera llega a verbalizarlo o imaginarlo, pero lo cree. En lo más profundo de su ser está convencida de que el futuro lo hacen otros, los que tienen el poder. Pero ¿las cosas tienen que ser así necesariamente?
Para responder a esa pregunta se han reunido en Madrid un grupo de expertos y expertas dedicadas a pensar en el futuro, a lo que en la actualidad se conoce como diseño de futuros o prospectiva estratégica.
Profesores de universidad, artistas, activistas sociales, diseñadores digitales, expertos en estrategia tecnológica, etc… han participado en la conferencia PRIMER EU.
Este evento, que nació en San Francisco en 2017, tiene dos citas anuales, una en Norteamérica y otra en Europa.
Cita en Madrid
En 2018 la edición europea se celebró en Helsinki y este año ha aterrizado en Madrid, junto a trescientas personas llegadas de quince países que han compartido su interés y su confianza en que el futuro no esté únicamente en las manos de los poderosos.
“Queremos promover la idea de futuros posibles con una perspectiva diversa e inclusiva, en oposición a las narrativas de que solo hay un futuro: masculino, blanco, occidental, patriarcal, exponencial, colonizador y depredador de los recursos naturales. Esta narrativa que literalmente está destruyendo el planeta y la vida en él”, explicaba Mónica Quintana, CEO de la consultora Mindset, entidad coorganizadora de PRIMER EU junto a Design Futures Initiative.
Lo primero que llama la atención es la palabra que lo define todo: futuros, no futuro en singular sino en plural.
La explicación a la razón de que la palabra se use en plural la daba durante la conferencia uno de los ponentes, Andrés Colmenares: “Utilizamos ciertas palabras en plural, como futuros, porque las palabras tienen mucho poder. Si hablamos de futuro estamos diciendo que solo hay uno posible. Es como si aceptáramos que es inevitable el futuro que otros elijan para nosotros. Si hablamos de futuros lo que estamos diciendo es que hay múltiples posibilidades y, entre ellas, podemos escoger. Ocurre lo mismo con la palabra tecnología, nosotros no usamos tecnología, sino tecnologías”.
Y esa es la cuestión central: el futuro no existe, el futuro puede ser lo que la humanidad que habita el presente decida que quiere para el porvenir.
Futuro inclusivo
Pero en lo que insistieron la mayoría de los ponentes es que para lograrlo hay que trabajar.
Aarathi Krishnan, coordinadora de Futuros Globales de la organización internacional Cruz Roja y Media Luna Roja, insistió durante su intervención en la necesidad de incluir a todos los pueblos y poner en marcha sistemas de transformación social basados en la descolonización y el feminismo: “si no lo hacemos así, estaremos reduciendo todos los futuros posibles a un futuro en el que solo algunos serán afortunados”. Y es que el lema de la conferencia celebrada en Madrid era precisamente ese: “Futures for all” (futuros para todos en su traducción al castellano).
Y sobre esos todos y todas se habló largo y tendido en la conferencia.
Jorge Camacho trajo un proyecto en el que ha participado en Ciudad de México y que ha consistido en proponer a tres familias de bajos recursos imaginarse su futuro; o Peter Bishop, que alertó sobre la necesidad de introducir estos conceptos en el curriculum escolar de niños y adolescentes.
O Cecilia Tham, que hizo reflexionar a los asistentes sobre el futuro de la comida: alimentos altamente tecnológicos que ya están surgiendo de los laboratorios.
También se habló de migraciones. El artista Jimmy Loizeau presentó un proyecto colectivo en el que ha trabajado en los últimos dos años, que nació en la isla griega de Lesbos y que ha sido puesto en marcha por artistas, periodistas y músicos entre los que hay migrantes.
Quizá la conclusión más importante y más disruptiva de todo lo que se ha hablado en PRIMER EU Madrid es que esos futuros para todos, rebeldes, libres, diversos, esos futuros posibles, tienen además la capacidad de cambiar nuestro presente.
Manifiesto: Futuros para todos
Las conclusiones de la jornada se condensaron en un manifiesto:
Durante unas horas, hemos aprendido juntos, pensado juntos, soñado juntos.
Hemos visto diversidad, diversidad de personas, de perspectivas, de experiencias, diversidad de posibilidades, diversidad de futuros.
Estamos aquí, como grupos, como colectivos, representando la pluralidad. Representando el "todo" que no está aquí.
Antes de irnos, detengámonos y pensemos en el "todo" que está fuera de estos muros:
Los que construyeron el presente, los que habitarán el futuro que estamos construyendo hoy, los que aún no han llegado.
Detengámonos un momento y pensemos: ¿qué significa diseñar lo único que realmente importa?
¿Cómo diseñar juntos futuros para todos ellos?
Futuros que aborden el por qué, no solo el qué.
Futuros con paisajes que acojan a todos.
Futuros construidos desde la periferia, por lo diferente, por lo extraño.
Futuros para los demás, liberados del yo.
Futuros más allá de la tecnología, más allá de las ganancias y el dolor.
Futuros que cambian, impulsan y moldean el presente.
Futuros para comunidades y futuros libres.
Futuros de ética y responsabilidad.
Futuros opcionales, deseados, no impuestos
Futuros para el planeta, futuros que se rebelen.
Futuros como nuevos comienzos, futuros para hoy.
Futuros para lo plural y lo diverso.
Futuros que incluyan, que no dejen a nadie atrás
Futuros de los seres no de las cosas.
Futuros para la discusión, que hacen preguntas, no dan respuestas
Futuros para sus verdaderos dueños, futuros para los niños.
Futuros para los poetas, los artistas y los sueños.
Futuros para ser imaginados
Futuros que inspiren,
Futuros que transformen
Futuros como movimiento de libertad
Futuros que traigan esperanzas
Futuros por todos
Futuros con todos
Futuros que valga la pena amar.
Futuros para todos.
Durante unas horas, hemos aprendido juntos, pensado juntos, soñado juntos.
Hemos visto diversidad, diversidad de personas, de perspectivas, de experiencias, diversidad de posibilidades, diversidad de futuros.
Estamos aquí, como grupos, como colectivos, representando la pluralidad. Representando el "todo" que no está aquí.
Antes de irnos, detengámonos y pensemos en el "todo" que está fuera de estos muros:
Los que construyeron el presente, los que habitarán el futuro que estamos construyendo hoy, los que aún no han llegado.
Detengámonos un momento y pensemos: ¿qué significa diseñar lo único que realmente importa?
¿Cómo diseñar juntos futuros para todos ellos?
Futuros que aborden el por qué, no solo el qué.
Futuros con paisajes que acojan a todos.
Futuros construidos desde la periferia, por lo diferente, por lo extraño.
Futuros para los demás, liberados del yo.
Futuros más allá de la tecnología, más allá de las ganancias y el dolor.
Futuros que cambian, impulsan y moldean el presente.
Futuros para comunidades y futuros libres.
Futuros de ética y responsabilidad.
Futuros opcionales, deseados, no impuestos
Futuros para el planeta, futuros que se rebelen.
Futuros como nuevos comienzos, futuros para hoy.
Futuros para lo plural y lo diverso.
Futuros que incluyan, que no dejen a nadie atrás
Futuros de los seres no de las cosas.
Futuros para la discusión, que hacen preguntas, no dan respuestas
Futuros para sus verdaderos dueños, futuros para los niños.
Futuros para los poetas, los artistas y los sueños.
Futuros para ser imaginados
Futuros que inspiren,
Futuros que transformen
Futuros como movimiento de libertad
Futuros que traigan esperanzas
Futuros por todos
Futuros con todos
Futuros que valga la pena amar.
Futuros para todos.