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El fomento de lenguas minoritarias y extranjeras mejora el repertorio lingüístico

El aprendizaje de varias lenguas comporta también una forma diferente de hablar


Una investigación de la UJI ha descubierto que la diferencia entre adquirir una segunda o una tercera lengua no es solo cuantitativa si no, y sobre todo, cualitativa, ya que el aprendizaje de varias lenguas comporta también una forma diferente de hablar, mientras que la competencia lingüística en multilingües (aquellos que conocen tres o más lenguas) tiene unas peculiaridades que la diferencian de la de los bilingües o monolingües dada su complejidad.


UJI/T21
20/04/2012

El fomento de lenguas minoritarias y extranjeras mejora el repertorio lingüístico
El aprendizaje de tres lenguas desde pequeños es mucho más que la suma del conocimiento de las diferentes lenguas. Comporta también una forma diferente de hablar, un desarrollo pragmático con unas peculiaridades únicas y diferenciadas, según demuestra el estudio desarrollado por la Unidad de Educación Multilingüe de la Universitat Jaume I sobre la forma en que los menores plantean las peticiones en función de su exposición a una o más lenguas.
 
La investigación concluye que los niños expuestos de forma secuencial a valenciano, castellano e inglés, introducen antes los elementos mitigadores en las peticiones, de forma que en vez de pedir con imperativos utilizan un estilo más indirecto, así, con la introducción del inglés pasan del “ven y jugamos” a “vamos y si tú quieres jugamos, ¿vale?”. Así, el estudio demuestra que si promovemos la exposición al valenciano y al inglés, podemos favorecer la competencia comunicativa en las tres lenguas (valenciano, castellano e inglés) de niños de 2 a 5 años, es decir, en etapas de prealfabetización.
 
Lo que confirma el estudio desarrollado por la investigadora Maria Pilar Safont Jordà es que el sistema pragmático inglés influye en el valenciano y el castellano ya que las tres lenguas interactúan entre sí.
 
Mientras que los denominados elementos mitigadores, que hacen que las peticiones se planteen de forma más indirecta, empiecen a tener una presencia regular en personas monolingües en inglés a partir de los 4 años y quedan establecidas a partir de los 8; en el caso de personas trilingües los mitigadores ya están presentes tanto en catalán como en castellano antes de los 3 años y desde las primeras producciones en inglés.
 
En el caso de los niños que aprenden el inglés como segunda lengua, los estudios reflejan que los mitigadores no aparecen hasta que no han adquirido un cierto nivel de competencia en inglés o han estado inmersos en un país de habla inglesa, situando estos estudios la edad de consolidación de este mitigadores entre los 7 y los 10 años. 

Modelo confirmado

Safont destaca que el estudio desarrollado por la UJI viene a confirmar el Modelo Dinámico de Multilingüismo (Dynamic Modelo of Multilingalism), que plantea que la competencia lingüística en multilingües (aquellos que conocen tres o más lenguas) tiene unas peculiaridades que la diferencian de la de los bilingües o monolingües dada su complejidad.
 
“La interacción entre las tres lenguas promueve el desarrollo de aspectos clave en la adquisición y mantenimiento de las lenguas”, explica la directora de la UEM. En este sentido, resalta que “la diferencia entre adquirir una segunda o una tercera lengua no es solo cuantitativa si no, y sobre todo, cualitativa”.
 
Esta búsqueda se ha llevado a cabo tanto desde una perspectiva longitudinal, analizando el desarrollo lingüístico individual de un sujeto-tipo, como desde una vertiente menos detallada pero con más de 100 escolares. El estudio longitudinal realizado por investigadoras de la UJI analiza el desarrollo pragmático en tres lenguas durante la etapa de prealfabetización y a lo largo de 36 meses, en concreto de los 2 a los 5 años.

Los primero resultados del estudio longitudinal, publicados a la revista International Journal of Multilingualism, hacen referencia a los primeros 12 meses en los que la exposición y aprendizaje de las lenguas se ha producido de manera sucesiva. Por ejemplo, explica Safont, “como es el caso de muchos niños en la Comunidad Valenciana, se ha expuesto al catalán desde nacimiento, castellano al año y medio e inglés a partir de dos años y medio”.
 
Este estudio parte de investigaciones anteriores desarrolladas por el grupo de Lingüística Aplicada a la Enseñanza de la Lengua Inglesa (LAELA) de la UJI que venían a demostrar las ventajas del bilingüismo de cara a aprender el inglés como tercera lengua.
 
En concreto, recuerda Safont que desde 2005 está demostrado científicamente como el estudiantado participante en el Programa de Enseñanza en Valenciano (PEV) y el Programa de Inmersión Lingüística (PIL) de la Generalitat Valenciana tiene más facilidad para el aprendizaje del inglés que los monolingües o bilingües receptivos, con una escolarización previa en el Programa de Incorporación Progresiva (PIP) que tiene como lengua base el castellano.
 
Metodología adecuada
 

No obstante, a pesar de que el conocimiento de dos lenguas es un factor positivo en la adquisición de una tercera lengua, este bilingüismo no garantiza el éxito si esta nueva lengua no se introduce con la metodología adecuada. En este sentido, Safont explica que “si por introducir inglés entendemos introducir vocabulario, como se hace en muchas escuelas, eso no es efectivo, lo importante es que se introduzca como lengua vehicular de una asignatura.
 
También es fundamental que esté presente tanto en el contexto docente, en las escuelas, como en el ámbito familiar, por ejemplo, exponiendo a los niños y niñas a las películas, dibujos, cuentos, etc., en inglés y en valenciano”. Un aspecto que se tratará en el Ciclo de Conferencias Hablar en inglés en contextos multilingües el jueves 22 de marzo de 2012 a las 18:30 horas en la Lonja del Cáñamo de Castellón con una charla de Safont bajo el título: En quina llengua li parle al meu fill? L’anglès i el multilingüisme en infants.
 
Ante los resultados de las diferentes investigaciones desarrolladas en educación multilingüe, la directora de la UEM considera que en territorios bilingües como es el caso de la Comunidad Valenciana “lo más efectivo es proteger el bilingüismo, fomentando la lengua minoritaria, y exponer a los menores al inglés como tercera lengua”. “Para aprender el inglés hace falta el valenciano, es un factor facilitador muy importante”, explica “ya que las personas bilingües hacen un esfuerzo mayor y desarrollan unas habilidades que posibilitan que se enfrenten a una tercera lengua con más capacidades”.
 
La Unidad de Educación Multilingüe de la UJI tiene como objetivos prioritarios promover la investigación hacia el fenómeno del multilingüismo y transferir los resultados a la sociedad. En este sentido, la UEM programa una serie de conferencias y charlas dirigidas a maestros, madres y padres, ofrece asesoramiento a centros educativos y pone al alcance de todos les interesados información y recursos mediante su web. 



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