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El espacio puede acercarse a los jóvenes escolares

Una iniciativa del INTA y Cosmocaixa revisa en los colegios los 50 años transcurridos desde el Sputnik


Desde hace dos años está en marcha una innovadora iniciativa para acercar el conocimiento espacial a la población escolar. Se trata de un concurso sobre el espacio y la vida cotidiana que por iniciativa del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) ha movilizado en toda España a cientos de estudiantes. La última edición arranca con el curso escolar y tiene como lema «Sputnik: 50 años de aventura espacial». Pueden participar todos los estudiantes que cursen el Segundo Ciclo de la ESO o el Bachillerato en cualquier centro de enseñanza de España, o en aquellos centros que el Ministerio de Educación tiene en el extranjero. Por Alejandro Sacristán.


Alejandro Sacristán
13/10/2006

El espacio puede acercarse a los jóvenes escolares
Con ocasión del 50 aniversario del lanzamiento del Sputnik, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y Cosmocaixa, el Museo de la Ciencia de la Obra Social de La Caixa en Madrid, han presentado el concurso escolar “El espacio en la vida cotidiana”. “Animar a los jóvenes a “rastrear” todas aquellas tecnologías que han tenido su origen en la actividad espacial y que ahora son de uso cotidiano es el objetivo del concurso”, según comentó Ricardo Rodríguez-Vita, director de Cosmocaixa Madrid.

La aventura espacial es la expresión apasionada del ansia del hombre por descubrir y explorar nuevos mundos. Es, también, el mayor desafío tecnológico de la humanidad. En él participan muchas naciones, uniendo sus esfuerzos, en la empresa más importante que se puede concebir.

Los estudios y las investigaciones necesarias para llevar a cabo los proyectos espaciales han exigido un esfuerzo sin precedentes en infinidad de ramas de la ciencia y la tecnología. Así, en los 50 años trascurridos desde que se inició la carrera espacial han ido naciendo nuevos materiales, sistemas y soluciones imaginativas a problemas nunca antes abordados.

Con el paso del tiempo, muchas de esas soluciones tecnológicas han ido incorporándose a nuestra vida diaria, llegando a pasar inadvertidas. Cosas tan cotidianas como cerrar una prenda de vestir utilizando el popular «velcro», o calentar una taza de café en el «microondas», pueden hacerse gracias a la carrera espacial y a los numerosos inventos y desarrollos que ha ido aportando a lo largo de los años.

En la actualidad la tecnología espacial está íntimamente vinculada a nuestro vivir cotidiano, hasta extremos difíciles de sospechar. Por ejemplo, los satélites meteorológicos, como el Meteosat, permiten conocer la evolución del tiempo y las amenazas de fenómenos catastróficos, como las riadas y los huracanes, labor en la que está implicado el INTA.

Concurso escolar

Javier Cacho, responsable de relaciones institucionales del INTA explicaba que en el diseño curricular del actual sistema educativo no existe ninguna disciplina que englobe todas aquellos conocimientos tecnológicos derivados de la actividad espacial, por lo que un método lúdico, como es una competición escolar, puede hacer llegar a los escolares el mensaje de que la actividad espacial.

El concurso es apoyado a nivel nacional por diferentes comunidades autónomas, por el Ministerio de Educación y los distintos museos españoles relacionados con la ciencia y la tecnología y empresas según se puede ver en la página web del concurso, en la que se puede consultar el cronograma y las bases.

En el caso de la ciudad de Madrid, María Fuster, Directora General de Educación y Juventud, resaltaba la implicación de 700 colegios, y que Madrid formaba parte de las ciudades Ariane, especialmente significadas con la exploración del espacio, y que el concurso y el campamento de actividades sobre el espacio representaban para los jóvenes escolares un acercamiento a lo desconocido.

Desde hace dos años el INTA organiza este concurso, que ha movilizado ya a cientos de escolares. Con esta nueva edición se pretende darle una continuidad que permita no sólo divulgar los beneficios de la actividad espacial, sino también estimular las vocaciones científicas y técnicas en estas últimas etapas de formación previas a la entrada en la Universidad.

El concurso se desarrollará a lo largo del curso escolar 2006-2007 y tendrá como tema específico «Sputnik: 50 años de aventura espacial». Pueden participar en él todos los estudiantes que cursen el Segundo Ciclo de la ESO o el Bachillerato en cualquier centro de enseñanza de España, o en aquellos centros que el Ministerio de Educación tiene en el extranjero.

Con el fin de estimular el trabajo en equipo, base de la actividad espacial, el trabajo será realizado por equipos de tres o cuatro estudiantes y un profesor o un tutor relacionado con el mundo educativo o el sector aeroespacial. Se han establecido dos categorías: una para estudiantes de Segundo Ciclo de la ESO y otra para estudiantes de Bachillerato. A su vez, dentro de cada categoría, y para permitir diferentes formas de expresión, existen distintas modalidades (tecnológica, experimental, narrativa / cómic y animación).

Campamento Espacial

Al final del concurso los escolares integrantes de los ocho equipos ganadores, además de recibir los diplomas individuales correspondientes, participarán en un «Campamento Espacial», que durante una semana se desarrollará en Madrid, en unas instalaciones cedidas por la Comunidad de Madrid según comentó Antonio González Terol, Director General de Juventud de la Comunidad de Madrid. En dicho campamento, además de realizar diversas actividades lúdicas y educativas relacionadas con la actividad espacial (como Talleres de Astronomía y de construcción de cohetes), se llevarán a cabo visitas a instalaciones, centros de I+D y empresas del sector espacial, como el Complejo de Comunicaciones Espaciales de la NASA, la Estación de Seguimiento de Satélites de la Agencia Espacial Europa (ESA) y los laboratorios del Centro de Astrobiología y del INTA, que en muchas disciplinas se encuentran entre los mejores del mundo.

Un instrumento eficaz

El Concurso puede ser un eficaz vehículo para acercar a nuestros jóvenes no sólo al mundo espacial, sino también a todas las manifestaciones de la ciencia y de la tecnología que contribuyen de forma innegable al desarrollo de la sociedad y a evitar los grandes males de la humanidad, como el hambre y la enfermedad. Además, la cooperación que se da en la actividad espacial también puede ser un ejemplo y un acicate para tratar de extenderla a todas las esferas de la convivencia, tanto local, como regional e internacional. El espacio, la última frontera también para los jóvenes.



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