El comercio electrónico puede ser beneficioso para le medio ambiente. Eso es, al menos, lo que asegura un estudio financiado por la Unión Europea. El informe también afirma, por el contrario, que si no sabemos usar y administrar este nuevo modo de producir y consumir, los riesgos para nuestro entorno natural pueden ser los mismos o superiores que los derivados de la comercialización y producción tradicionales.
El principal beneficio de hacer nuestras compras a través de Internet proviene de la transformación de productos sólidos en servicios basados en información digital. Esto significa un importante ahorro de materias y energía.
Por ejemplo, cuando vamos a la tienda y compramos un Cd de música, usamos materiales y energía equivalentes a la producción de seis latas de aluminio. Sin embargo, si nos descargamos ese mismo Cd de música de Internet, equivale únicamente a tres latas de aluminio, justo la mitad, según el estudio.
En su justa medida
Ese ahorro beneficioso se volvería en nuestra contra si no lo sabemos administrar en su justa medida. Por ejemplo, en el caso anterior, si el consumidor graba cada canción bajada de Internet en un Cd virgen, o si usa banda ancha o está todo el día conectado a la Red, podría consumir más electricidad y combustibles fósiles que el que se ha desplazado a la tienda en coche.
El informe es el resultado de dos años de investigaciones al amparo del programa “Digital Europe”. Este proyecto, financiado por la UE, examina cómo las tecnologías de la información cambiarán el modo en que los negocios consumen energía y materiales o producen desechos susceptibles de ser reciclados.
Investigadores de Alemania, Italia y el Reino Unido han trabajado con once empresas para calcular el impacto medioambiental de productos y servicios tales como música, la banca electrónica o los ordenadores de bolsillo.
Mejor pagar online
Por ejemplo, en una de las partes del estudio, un equipo del Instituto Wuppertal, que trabajó junto al banco Barclays del Reino Unido, descubrió que pagar una factura online es el doble de eficiente que hacerlo en la ventanilla del banco.
Los productos online trasladan el problema medioambiental del productor al consumidor, asegura Michael Kuhndt, del Instituto Wuppertal en declaraciones a la revista Nature. Sin embargo, en líneas generales no hay ganancias espectaculares medioambientalmente hablando entre comprar on u offline. Tenemos que cambiar nuestro estilo de vida y nuestros hábitos.
Entre esos cambios de hábitos se encuentra la utilización del medio online como forma de comprar. En este sentido, el estudio asegura la red tiene muchas potencialidades para ayudar a mejorar nuestro entorno, siempre que se haga adecuadamente. Así, no se entiende cómo algunos distribuidores, que han puesto sus productos a la venta en Internet, no han reducido, a cambio, sus actividades en el mundo real.
El principal beneficio de hacer nuestras compras a través de Internet proviene de la transformación de productos sólidos en servicios basados en información digital. Esto significa un importante ahorro de materias y energía.
Por ejemplo, cuando vamos a la tienda y compramos un Cd de música, usamos materiales y energía equivalentes a la producción de seis latas de aluminio. Sin embargo, si nos descargamos ese mismo Cd de música de Internet, equivale únicamente a tres latas de aluminio, justo la mitad, según el estudio.
En su justa medida
Ese ahorro beneficioso se volvería en nuestra contra si no lo sabemos administrar en su justa medida. Por ejemplo, en el caso anterior, si el consumidor graba cada canción bajada de Internet en un Cd virgen, o si usa banda ancha o está todo el día conectado a la Red, podría consumir más electricidad y combustibles fósiles que el que se ha desplazado a la tienda en coche.
El informe es el resultado de dos años de investigaciones al amparo del programa “Digital Europe”. Este proyecto, financiado por la UE, examina cómo las tecnologías de la información cambiarán el modo en que los negocios consumen energía y materiales o producen desechos susceptibles de ser reciclados.
Investigadores de Alemania, Italia y el Reino Unido han trabajado con once empresas para calcular el impacto medioambiental de productos y servicios tales como música, la banca electrónica o los ordenadores de bolsillo.
Mejor pagar online
Por ejemplo, en una de las partes del estudio, un equipo del Instituto Wuppertal, que trabajó junto al banco Barclays del Reino Unido, descubrió que pagar una factura online es el doble de eficiente que hacerlo en la ventanilla del banco.
Los productos online trasladan el problema medioambiental del productor al consumidor, asegura Michael Kuhndt, del Instituto Wuppertal en declaraciones a la revista Nature. Sin embargo, en líneas generales no hay ganancias espectaculares medioambientalmente hablando entre comprar on u offline. Tenemos que cambiar nuestro estilo de vida y nuestros hábitos.
Entre esos cambios de hábitos se encuentra la utilización del medio online como forma de comprar. En este sentido, el estudio asegura la red tiene muchas potencialidades para ayudar a mejorar nuestro entorno, siempre que se haga adecuadamente. Así, no se entiende cómo algunos distribuidores, que han puesto sus productos a la venta en Internet, no han reducido, a cambio, sus actividades en el mundo real.