Investigadores suizos y británicos han conseguido destruir, por simple contacto, numerosos virus, entre ellos los responsables de infecciones respiratorias y herpéticas, únicamente modificando las moléculas del azúcar.
Este resultado, que se publica en la revista Science Advances, permitirá preparar rápidamente medicamentos antivirales de amplio espectro, capaces de destruir también al coronavirus procedente de la ciudad china de Wuhan.
Sustancias como la lejía son capaces de destruir virus por simple contacto, pero son extremadamente peligrosas para los seres humanos y para el medioambiente: no pueden aplicarse sobre el cuerpo humano sin causar lesiones graves.
Los medicamentos antivirales actúan principalmente inhibiendo el crecimiento de los virus, aunque sin llegar a destruirlos.
Eso supone en ocasiones un problema, porque los virus pueden mutar y convertirse en resistentes a los medicamentos.
Oro y azúcar
La nueva investigación ha superado esta limitación. En 2017, este equipo había usado nanopartículas de oro para engañar a los virus, atraerlos haciéndoles creer que son células humanas, aplastarlos y hacerles perder su toxicidad de forma irreversible. Era el primer antivirus de amplio espectro no tóxico.
Basándose en aquella experiencia, los investigadores desarrollaron un nuevo antiviral utilizando derivados naturales de la glucosa, llamados ciclodextrinas, que se producen a partir de almidón por medio de conversión enzimática.
Los investigadores señalan que las ciclodextrinas son mejores que el oro y más fáciles de utilizar, además de que no desencadenan mecanismos de resistencia en los seres humanos y no son tóxicas.
Las ciclodextrinas ya se utilizan como aditivo en la industria agroalimentaria, si bien la OMS recomienda no ingerir más de 6 mg/kg diario de estos compuestos. También están presentes en la industria farmacéutica y en algunos ambientadores para eliminar malos olores.
Método similar
Lo que han conseguido estos investigadores es algo parecido a lo que habían realizado con las nanopartículas de oro.
Las partículas de azúcar modificadas atraen a los virus antes de desactivarlos de forma irreversible: perturban la envoltura externa del virus y destruyen las partículas infecciosas por simple contacto, en vez de bloquear únicamente el crecimiento viral, como hacen los antivirales actuales.
Los investigadores han comprobado también que este mecanismo funciona independientemente de la naturaleza infecciosa del virus.
Dada la naturaleza estable de las ciclodextrinas, el antivirus podría formularse en forma de crema, gel o vaporizador nasal, lo que añade comodidad a su uso sin implicar al aparato digestivo.
El resultado ya ha sido patentado con la finalidad de estudiar su eventual desarrollo farmacéutico.
Este resultado, que se publica en la revista Science Advances, permitirá preparar rápidamente medicamentos antivirales de amplio espectro, capaces de destruir también al coronavirus procedente de la ciudad china de Wuhan.
Sustancias como la lejía son capaces de destruir virus por simple contacto, pero son extremadamente peligrosas para los seres humanos y para el medioambiente: no pueden aplicarse sobre el cuerpo humano sin causar lesiones graves.
Los medicamentos antivirales actúan principalmente inhibiendo el crecimiento de los virus, aunque sin llegar a destruirlos.
Eso supone en ocasiones un problema, porque los virus pueden mutar y convertirse en resistentes a los medicamentos.
Oro y azúcar
La nueva investigación ha superado esta limitación. En 2017, este equipo había usado nanopartículas de oro para engañar a los virus, atraerlos haciéndoles creer que son células humanas, aplastarlos y hacerles perder su toxicidad de forma irreversible. Era el primer antivirus de amplio espectro no tóxico.
Basándose en aquella experiencia, los investigadores desarrollaron un nuevo antiviral utilizando derivados naturales de la glucosa, llamados ciclodextrinas, que se producen a partir de almidón por medio de conversión enzimática.
Los investigadores señalan que las ciclodextrinas son mejores que el oro y más fáciles de utilizar, además de que no desencadenan mecanismos de resistencia en los seres humanos y no son tóxicas.
Las ciclodextrinas ya se utilizan como aditivo en la industria agroalimentaria, si bien la OMS recomienda no ingerir más de 6 mg/kg diario de estos compuestos. También están presentes en la industria farmacéutica y en algunos ambientadores para eliminar malos olores.
Método similar
Lo que han conseguido estos investigadores es algo parecido a lo que habían realizado con las nanopartículas de oro.
Las partículas de azúcar modificadas atraen a los virus antes de desactivarlos de forma irreversible: perturban la envoltura externa del virus y destruyen las partículas infecciosas por simple contacto, en vez de bloquear únicamente el crecimiento viral, como hacen los antivirales actuales.
Los investigadores han comprobado también que este mecanismo funciona independientemente de la naturaleza infecciosa del virus.
Dada la naturaleza estable de las ciclodextrinas, el antivirus podría formularse en forma de crema, gel o vaporizador nasal, lo que añade comodidad a su uso sin implicar al aparato digestivo.
El resultado ya ha sido patentado con la finalidad de estudiar su eventual desarrollo farmacéutico.
Al interrumpir la envoltura externa de un virus, el nuevo antivirus destruye las partículas infecciosas por simple contacto. © EPFL / Universidad de Manchester.
Esperanza contra las epidemias
Aunque existen medicamentos contra algunos virus, como el VIH o la hepatitis C, solo son muy buenos para el tratamiento de estos virus concretos.
El desarrollo de nuevos antivirales resulta crucial en estos momentos en que con relativa facilidad los virus pueden tener efectos devastadores sobre la población mundial, sin que siempre haya un antivirus apropiado para contener una posible epidemia global.
Los antivirales de amplio espectro ayudarían a controlar estos brotes inesperados y los autores de esta investigación, pertenecientes a la Universidad de Ginebra, la Escuela Politécnica Federal de Lausana y a la Universidad de Manchester (UK), consideran que su fórmula podría ser útil también para neutralizar el coronavirus surgido en Wuhan.
Aunque existen medicamentos contra algunos virus, como el VIH o la hepatitis C, solo son muy buenos para el tratamiento de estos virus concretos.
El desarrollo de nuevos antivirales resulta crucial en estos momentos en que con relativa facilidad los virus pueden tener efectos devastadores sobre la población mundial, sin que siempre haya un antivirus apropiado para contener una posible epidemia global.
Los antivirales de amplio espectro ayudarían a controlar estos brotes inesperados y los autores de esta investigación, pertenecientes a la Universidad de Ginebra, la Escuela Politécnica Federal de Lausana y a la Universidad de Manchester (UK), consideran que su fórmula podría ser útil también para neutralizar el coronavirus surgido en Wuhan.
Referencia
Modified cyclodextrins as broad-spectrum antivirals. Samuel T. Jones et al. Science Advances, 29 Jan 2020: Vol. 6, no. 5, eaax9318. DOI:10.1126/sciadv.aax9318
Modified cyclodextrins as broad-spectrum antivirals. Samuel T. Jones et al. Science Advances, 29 Jan 2020: Vol. 6, no. 5, eaax9318. DOI:10.1126/sciadv.aax9318