Medio litro de agua natural bebida 12 horas después de la última comida aumenta las calorías del organismo un 30%, lo que revela el carácter termo genético del agua.
Lo ha comprobado un equipo de científicos que investigan la influencia del agua en los intercambios energéticos del organismo. Su trabajo se publica en la última edición del Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
La investigación se desarrolló con 14 personas de peso normal que bebieron el agua bajo estricta observación científica. Sus cambios energéticos se midieron mediante parámetros tales como la eliminación de oxígeno y dióxido de carbono.
El aumento de las reservas energéticas se apreció minutos después de haber bebido el agua y se prolongó durante varias horas. Los investigadores consideran que el agua estimula la parte del sistema nervioso simpático implicada en la regulación de los cambios del organismo.
El sistema simpático provoca a nivel celular, y más particularmente de las células musculares, una elevación de la oxidación de las sustancias nutritivas, lo que implica una emisión de calor hacia el exterior, efecto conocido como termogénesis.
Control de peso
La investigación descubrió además que los hombres queman principalmente materias grasas, mientras que las mujeres transforman prioritariamente los hidratos de carbono, lo que puede explicarse por la diferente estructura muscular que existe entre hombres y mujeres.
Lo que de desprende de esta investigación es que, en principio, la termogénesis inducida por el agua puede convertirse en una poderosa herramienta para controlar el peso, ya que el consumo de dos litros de agua por día permitiría ahorrar hasta 150 calorías, casi el equivalente de un solomillo de ternera de 100 gramos.
Eso no quiere decir que el agua sea útil para reducir peso, ya que entre los obesos el sistema nervioso simpático tiene dificultades para provocar la oxidación de las sustancias nutritivas y la subsiguiente termogénesis que se origina en las personas con peso normal.
El descubrimiento será útil más bien para las personas delgadas que deseen conservar su figura, ya que el consumo de agua en las dosis señaladas genera las calorías suficientes sin necesidad de consumir alimentos ricos en azúcares o que generen grasas.
Una persona requiere diariamente un promedio de 2. 000 kilocalorías, energía equivalente a la requerida para mantener encendida una bombilla de 100 Vatios durante 23 horas y 15 minutos. Las reservas de energía del organismo son en mayor parte las grasas y en menor parte los carbohidratos, representando en una persona en óptimo estado físico un 15% y un 0,5% del peso total de la persona respectivamente. Por eso, cuando una persona esta excedida en peso, la energía acumulada o de sobra es un exceso de tejido graso.
Lo ha comprobado un equipo de científicos que investigan la influencia del agua en los intercambios energéticos del organismo. Su trabajo se publica en la última edición del Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
La investigación se desarrolló con 14 personas de peso normal que bebieron el agua bajo estricta observación científica. Sus cambios energéticos se midieron mediante parámetros tales como la eliminación de oxígeno y dióxido de carbono.
El aumento de las reservas energéticas se apreció minutos después de haber bebido el agua y se prolongó durante varias horas. Los investigadores consideran que el agua estimula la parte del sistema nervioso simpático implicada en la regulación de los cambios del organismo.
El sistema simpático provoca a nivel celular, y más particularmente de las células musculares, una elevación de la oxidación de las sustancias nutritivas, lo que implica una emisión de calor hacia el exterior, efecto conocido como termogénesis.
Control de peso
La investigación descubrió además que los hombres queman principalmente materias grasas, mientras que las mujeres transforman prioritariamente los hidratos de carbono, lo que puede explicarse por la diferente estructura muscular que existe entre hombres y mujeres.
Lo que de desprende de esta investigación es que, en principio, la termogénesis inducida por el agua puede convertirse en una poderosa herramienta para controlar el peso, ya que el consumo de dos litros de agua por día permitiría ahorrar hasta 150 calorías, casi el equivalente de un solomillo de ternera de 100 gramos.
Eso no quiere decir que el agua sea útil para reducir peso, ya que entre los obesos el sistema nervioso simpático tiene dificultades para provocar la oxidación de las sustancias nutritivas y la subsiguiente termogénesis que se origina en las personas con peso normal.
El descubrimiento será útil más bien para las personas delgadas que deseen conservar su figura, ya que el consumo de agua en las dosis señaladas genera las calorías suficientes sin necesidad de consumir alimentos ricos en azúcares o que generen grasas.
Una persona requiere diariamente un promedio de 2. 000 kilocalorías, energía equivalente a la requerida para mantener encendida una bombilla de 100 Vatios durante 23 horas y 15 minutos. Las reservas de energía del organismo son en mayor parte las grasas y en menor parte los carbohidratos, representando en una persona en óptimo estado físico un 15% y un 0,5% del peso total de la persona respectivamente. Por eso, cuando una persona esta excedida en peso, la energía acumulada o de sobra es un exceso de tejido graso.