Científicos italianos han descubierto una manera de hacer que las neuronas respondan a un placebo, un tratamiento médicamente ineficaz, de la misma manera que lo harían a uno eficaz, según un estudio publicado hoy en The Journal of Physiology.
Encontraron que es posible convertir una neurona que no haya respondido a placebos, "no-respondedora", en una que sí lo haga, "respondedora", condicionando a pacientes de Parkinson con apomorfina, un fármaco dopaminérgico utilizado en el tratamiento de la enfermedad.
Cuando ses le dio un placebo (solución salina) por primera vez, no se indujo ni beneficio clínico ni cambios neuronales asociadaos en el tálamo, una región del cerebro conocida por estar involucrada en la enfermedad. Sin embargo, si se administraba de forma repetida apomorfina antes de la administración del placebo, éste era capaz de aumentar la actividad neuronal del tálamo y producía una mejoría clínica (reducción de la rigidez muscular).
Curiosamente, cuanto más altas eran las administraciones anteriores de apomorfina, mayores eran los cambios neuronales y la mejoría clínica. Cuando la apomorfina se administraba durante 4 días seguidos, la administración posterior de un placebo inducía una respuesta tan grande como la inducida por la apomorfina. Estos cambios duraron durante 24 horas.
Los investigadores administraron apomorfina, 1, 2, 3 o 4 días antes de la implantación quirúrgica de electrodos para aplicar estimulación cerebral profunda, que es un tratamiento para la enfermedad de Parkinson. Durante la cirugía, sustituyeron la apomorfina con un placebo y registraron la actividad de neuronas individuales del tálamo, y evaluaron la rigidez muscular del brazo.
Encontraron que es posible convertir una neurona que no haya respondido a placebos, "no-respondedora", en una que sí lo haga, "respondedora", condicionando a pacientes de Parkinson con apomorfina, un fármaco dopaminérgico utilizado en el tratamiento de la enfermedad.
Cuando ses le dio un placebo (solución salina) por primera vez, no se indujo ni beneficio clínico ni cambios neuronales asociadaos en el tálamo, una región del cerebro conocida por estar involucrada en la enfermedad. Sin embargo, si se administraba de forma repetida apomorfina antes de la administración del placebo, éste era capaz de aumentar la actividad neuronal del tálamo y producía una mejoría clínica (reducción de la rigidez muscular).
Curiosamente, cuanto más altas eran las administraciones anteriores de apomorfina, mayores eran los cambios neuronales y la mejoría clínica. Cuando la apomorfina se administraba durante 4 días seguidos, la administración posterior de un placebo inducía una respuesta tan grande como la inducida por la apomorfina. Estos cambios duraron durante 24 horas.
Los investigadores administraron apomorfina, 1, 2, 3 o 4 días antes de la implantación quirúrgica de electrodos para aplicar estimulación cerebral profunda, que es un tratamiento para la enfermedad de Parkinson. Durante la cirugía, sustituyeron la apomorfina con un placebo y registraron la actividad de neuronas individuales del tálamo, y evaluaron la rigidez muscular del brazo.
Explicación
Fabrizio Benedetti, del Departamento de Neurociencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Turín (Italia) y primer autor del estudio, explica en una nota de prensa de la Sociedad de Fisiología (que reúne a científicos de 60 países):
"Estos resultados muestran que es posible enseñar a las neuronas del tálamo a responder a los placebos, de manera que una no-respondedora a placebo se puede convertir en respondedora. Estos hallazgos pueden tener implicaciones y aplicaciones profundas, ya que podemos reducir el consumo de fármacos mediante la explotación de estos mecanismos de aprendizaje".
"Dado que este estudio muestra que hay una memoria de acción de los fármacos, la administración alternativa de fármaco-placebo-fármaco-placebo, etc. significaría que la gente tendría que tomar menos medicamentos, obteniendo el mismo beneficio clínico", continúa. "Si se da un placebo después de cuatro administraciones anteriores de apomorfina, la respuesta al placebo puede ser tan grande como la respuesta al fármaco, y este efecto dura hasta 24 horas. Por lo tanto, un reto futuro será ver si este efecto puede extenderse más allá de 24 horas."
Fabrizio Benedetti, del Departamento de Neurociencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Turín (Italia) y primer autor del estudio, explica en una nota de prensa de la Sociedad de Fisiología (que reúne a científicos de 60 países):
"Estos resultados muestran que es posible enseñar a las neuronas del tálamo a responder a los placebos, de manera que una no-respondedora a placebo se puede convertir en respondedora. Estos hallazgos pueden tener implicaciones y aplicaciones profundas, ya que podemos reducir el consumo de fármacos mediante la explotación de estos mecanismos de aprendizaje".
"Dado que este estudio muestra que hay una memoria de acción de los fármacos, la administración alternativa de fármaco-placebo-fármaco-placebo, etc. significaría que la gente tendría que tomar menos medicamentos, obteniendo el mismo beneficio clínico", continúa. "Si se da un placebo después de cuatro administraciones anteriores de apomorfina, la respuesta al placebo puede ser tan grande como la respuesta al fármaco, y este efecto dura hasta 24 horas. Por lo tanto, un reto futuro será ver si este efecto puede extenderse más allá de 24 horas."
Referencia bibliográfica:
Fabrizio Benedetti, Elisa Frisaldi, Elisa Carlino, Lucia Giudetti, Alan Pampallona, Maurizio Zibetti, Michele Lanotte, Leonardo Lopiano: Teaching neurons to respond to placebos. The Journal of Physiology (2016). DOI: 10.1113/JP271322
Fabrizio Benedetti, Elisa Frisaldi, Elisa Carlino, Lucia Giudetti, Alan Pampallona, Maurizio Zibetti, Michele Lanotte, Leonardo Lopiano: Teaching neurons to respond to placebos. The Journal of Physiology (2016). DOI: 10.1113/JP271322