Norman Augustine, antiguo presidente de Lockheed Martin, denuncia la decadencia académica norteamericana
La Nacional Science Foundation de Estados Unidos, la agencia gubernamental que fomenta la investigación fundamental y la educación en todos los campos no-médicos de ciencia e ingeniería, advierte en un informe que la producción de artículos publicados por científicos e ingenieros del país se ha estancado, según explica en un comunicado.
Esta caída contrasta con lo que está pasando en Europa y algunas regiones emergentes, donde este índice de competitividad ha crecido significativamente. El nuevo informe de la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF), informa la agencia europea Cordis, ha revelado que la cantidad de artículos de ciencia e ingeniería de EE. UU. publicados en importantes revistas de referencia se estancó en los años noventa, después de más de dos décadas de crecimiento.
Sin embargo, aunque la NSF pretende que se trata de una consecuencia lógica de la globalización y rechaza una crisis en el mundo de la investigación norteamericana, otros informes denuncian el descenso de la calidad en la formación científica y de ingeniería del país, la caída en el número de alumnos matriculados en estas ramas y el déficit de científicos e ingenieros para la economía del país.
El informe Changing U.S. Output of Scientific Articles: 1988 – 2003 ha revelado que el estancamiento en la producción de literatura científica se manifestó en casi todas las disciplinas de investigación y tipos de instituciones de EE. UU., a pesar de los continuos incrementos en la financiación y el personal para la investigación y el desarrollo (I+D).
Por el contrario, el informe descubre asimismo que en las naciones emergentes de Asia se registra un gran aumento en la cantidad de publicaciones, lo que revela una capacidad creciente en la ciencia y la tecnología. En la UE-15, la cantidad de publicaciones también aumentó.
El número de artículos publicados y sus citas en revistas de ciencia e ingeniería son indicadores aceptados ampliamente de la capacidad de investigación, señala Cordis. Las tendencias relativas a las publicaciones, cuando se las relaciona con las de las patentes, las licencias, los gastos en I+D y la formación avanzada del personal, pueden ser consideradas como un factor que afecta a la capacidad de una nación para fomentar la innovación tecnológica.
Presencia fuerte, pero no dominante
A pesar del estancamiento de la cantidad de artículos publicados, se afirma en el informe que la influencia de EE. UU. en la ciencia y la tecnología mundiales es aún fuerte. Los autores indican que el cambio en la cantidad de artículos de ciencia e ingeniería publicados por EE. UU. no es una sorpresa, en vista de la capacidad creciente de investigación e ingeniería en todo el mundo. Tampoco creen que esto sea motivo de preocupación.
«Además de la cantidad de artículos publicados, hay que tomar en consideración otro indicador muy importante: la calidad de los artículos», afirma Derek Hill, analista experto y coautor del informe. «Cuanto más se cita un artículo en otras publicaciones, más calidad se le atribuye. Aunque las citas no son un indicador perfecto, las publicaciones de EE. UU. se citan más veces que las de cualquier otro país.»
En números absolutos, EE. UU. continúa publicando muchos más artículos que cualquier otro país y sigue teniendo una fuerza trascendental en el mundo de la ciencia y la ingeniería. No obstante, la cantidad total de artículos publicados ha disminuido mientras que otras naciones están produciendo más.
Cuatro países asiáticos, China, Corea del Sur Singapur y Taiwán, ganaron terreno entre 1992 y 2003, con un promedio en el índice de crecimiento anual de publicaciones del orden del 15,9%. Según el informe, la producción de artículos de Japón aumentó con un promedio anual del 3%, cinco veces más rápido que la de EE. UU.
La UE-15, que superó a EE. UU. hace unos años en la cantidad total de artículos publicados, tuvo un promedio de crecimiento anual de 2,8% durante el mismo período, más de cuatro veces mayor que el de EE. UU.
Enfermedad más profunda
De todas formas, no puede obviarse que la caída en el número de artículos científicos y de ingeniería elaborados en Estados Unidos no es un dato aislado. Según señalaba recientemente The New York Times, algo está pasando en el mundo universitario de Estados Unidos: por un lado, la calidad de la enseñanza en primaria y secundaria en materias tan relevantes como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, está registrando una caída significativa que ha llevado al Gobierno a tomar medidas correctoras, basadas en el modelo de Singapur, cuyos resultados están todavía por ver.
Por otro lado, descienden las matriculaciones en carreras de ingeniería entre los alumnos originarios de Estados Unidos, pero al mismo tiempo crecen las matriculaciones en estas carreras entre alumnos procedentes de otros países, particularmente de India y China, debido a una estrategia de captación de cerebros por parte de numerosas universidades norteamericanas. La ingeniería eléctrica y electrónica es la más afectada por esta caída.
Esta evolución no es baladí, tal como denuncia Norman Augustine, antiguo presidente de Lockheed Martin y profesor de ingeniería en Princeton, porque la economía norteamericana depende enormemente de las ciencias y de la ingeniería: entre 1950 y 2000, la I+D representaba entre el 50% y el 85% del PIB del país.
Menos estudiantes en ciencias e ingeniería
La realidad actual indica que los estudiantes de 15 años que estudian matemáticas están en el 24 puesto del ránking mundial. Sólo el 2% de los estudiantes norteamericanos que terminan el bachillerato hacen una carrera científica. Sólo el 15% de los universitarios del país se titulan en ciencias o ingeniería, frente al 38% de Corea del Sur o el 47% de Francia. En España el 14,3% de los universitarios se gradúan en ingeniería o arquitectura, según un estudio. Sólo el 14% de los estudiantes norteamericanos sigue una carrera universitaria, frente al 70% de hace 30 años.
En consecuencia, hay un déficit de ingenieros: el ministerio de Educación de Estados Unidos estima que el 60% de los nuevos empleos que se crean en el país requieren formación científica o de ingeniería, pero sólo el 20% de los candidatos potenciales reúnen estos requisitos. El 80% de los buscan empleo no están preparados para la demanda.
Están en marcha en Estados Unidos una serie de reformas educativas para cambiar este estado de cosas, particularmente para asegurar la competitividad norteamericana en innovación, I+D, tecnología e industria, frente a la mundialización y el crecimiento económico de otros países. La caída en los índices de publicación de artículos científicos y de ingeniería forma parte de esta decadencia que se pretende corregir empezando por el nivel académico.
Esta caída contrasta con lo que está pasando en Europa y algunas regiones emergentes, donde este índice de competitividad ha crecido significativamente. El nuevo informe de la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF), informa la agencia europea Cordis, ha revelado que la cantidad de artículos de ciencia e ingeniería de EE. UU. publicados en importantes revistas de referencia se estancó en los años noventa, después de más de dos décadas de crecimiento.
Sin embargo, aunque la NSF pretende que se trata de una consecuencia lógica de la globalización y rechaza una crisis en el mundo de la investigación norteamericana, otros informes denuncian el descenso de la calidad en la formación científica y de ingeniería del país, la caída en el número de alumnos matriculados en estas ramas y el déficit de científicos e ingenieros para la economía del país.
El informe Changing U.S. Output of Scientific Articles: 1988 – 2003 ha revelado que el estancamiento en la producción de literatura científica se manifestó en casi todas las disciplinas de investigación y tipos de instituciones de EE. UU., a pesar de los continuos incrementos en la financiación y el personal para la investigación y el desarrollo (I+D).
Por el contrario, el informe descubre asimismo que en las naciones emergentes de Asia se registra un gran aumento en la cantidad de publicaciones, lo que revela una capacidad creciente en la ciencia y la tecnología. En la UE-15, la cantidad de publicaciones también aumentó.
El número de artículos publicados y sus citas en revistas de ciencia e ingeniería son indicadores aceptados ampliamente de la capacidad de investigación, señala Cordis. Las tendencias relativas a las publicaciones, cuando se las relaciona con las de las patentes, las licencias, los gastos en I+D y la formación avanzada del personal, pueden ser consideradas como un factor que afecta a la capacidad de una nación para fomentar la innovación tecnológica.
Presencia fuerte, pero no dominante
A pesar del estancamiento de la cantidad de artículos publicados, se afirma en el informe que la influencia de EE. UU. en la ciencia y la tecnología mundiales es aún fuerte. Los autores indican que el cambio en la cantidad de artículos de ciencia e ingeniería publicados por EE. UU. no es una sorpresa, en vista de la capacidad creciente de investigación e ingeniería en todo el mundo. Tampoco creen que esto sea motivo de preocupación.
«Además de la cantidad de artículos publicados, hay que tomar en consideración otro indicador muy importante: la calidad de los artículos», afirma Derek Hill, analista experto y coautor del informe. «Cuanto más se cita un artículo en otras publicaciones, más calidad se le atribuye. Aunque las citas no son un indicador perfecto, las publicaciones de EE. UU. se citan más veces que las de cualquier otro país.»
En números absolutos, EE. UU. continúa publicando muchos más artículos que cualquier otro país y sigue teniendo una fuerza trascendental en el mundo de la ciencia y la ingeniería. No obstante, la cantidad total de artículos publicados ha disminuido mientras que otras naciones están produciendo más.
Cuatro países asiáticos, China, Corea del Sur Singapur y Taiwán, ganaron terreno entre 1992 y 2003, con un promedio en el índice de crecimiento anual de publicaciones del orden del 15,9%. Según el informe, la producción de artículos de Japón aumentó con un promedio anual del 3%, cinco veces más rápido que la de EE. UU.
La UE-15, que superó a EE. UU. hace unos años en la cantidad total de artículos publicados, tuvo un promedio de crecimiento anual de 2,8% durante el mismo período, más de cuatro veces mayor que el de EE. UU.
Enfermedad más profunda
De todas formas, no puede obviarse que la caída en el número de artículos científicos y de ingeniería elaborados en Estados Unidos no es un dato aislado. Según señalaba recientemente The New York Times, algo está pasando en el mundo universitario de Estados Unidos: por un lado, la calidad de la enseñanza en primaria y secundaria en materias tan relevantes como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, está registrando una caída significativa que ha llevado al Gobierno a tomar medidas correctoras, basadas en el modelo de Singapur, cuyos resultados están todavía por ver.
Por otro lado, descienden las matriculaciones en carreras de ingeniería entre los alumnos originarios de Estados Unidos, pero al mismo tiempo crecen las matriculaciones en estas carreras entre alumnos procedentes de otros países, particularmente de India y China, debido a una estrategia de captación de cerebros por parte de numerosas universidades norteamericanas. La ingeniería eléctrica y electrónica es la más afectada por esta caída.
Esta evolución no es baladí, tal como denuncia Norman Augustine, antiguo presidente de Lockheed Martin y profesor de ingeniería en Princeton, porque la economía norteamericana depende enormemente de las ciencias y de la ingeniería: entre 1950 y 2000, la I+D representaba entre el 50% y el 85% del PIB del país.
Menos estudiantes en ciencias e ingeniería
La realidad actual indica que los estudiantes de 15 años que estudian matemáticas están en el 24 puesto del ránking mundial. Sólo el 2% de los estudiantes norteamericanos que terminan el bachillerato hacen una carrera científica. Sólo el 15% de los universitarios del país se titulan en ciencias o ingeniería, frente al 38% de Corea del Sur o el 47% de Francia. En España el 14,3% de los universitarios se gradúan en ingeniería o arquitectura, según un estudio. Sólo el 14% de los estudiantes norteamericanos sigue una carrera universitaria, frente al 70% de hace 30 años.
En consecuencia, hay un déficit de ingenieros: el ministerio de Educación de Estados Unidos estima que el 60% de los nuevos empleos que se crean en el país requieren formación científica o de ingeniería, pero sólo el 20% de los candidatos potenciales reúnen estos requisitos. El 80% de los buscan empleo no están preparados para la demanda.
Están en marcha en Estados Unidos una serie de reformas educativas para cambiar este estado de cosas, particularmente para asegurar la competitividad norteamericana en innovación, I+D, tecnología e industria, frente a la mundialización y el crecimiento económico de otros países. La caída en los índices de publicación de artículos científicos y de ingeniería forma parte de esta decadencia que se pretende corregir empezando por el nivel académico.